domingo, 15 de junio de 2025

Día 15 junio de 2028. Santísima Triniad. Jornada "Pro Orantibus






 LECTURAS

Proverbios 8,22-31 
Salmo responsorial 8, 4-9
Romanos 5,1-5
Juan 16,12-15


Es imposible penetrar en el interior Dios y conocerlo por nuestros propios medios. Pensadores y filósofos se han preguntado sobre Dios, y han dado respuestas a su modo. Limitarnos a decir que conocemos a Dios por nuestro propio razonamiento tiene el peligro de hablar de un Dios a nuestra medida que, ciertamente no es Dios, sino el Dios que podemos imaginar. Cuando decimos que Dios es amor, misericordioso, perdón, que nos busca para hacernos sus hijos, que nos llama a participar de su gloria, y que es Padre, Hijo y Espíritu Santo, todo esto lo decimos porque nos lo ha manifestado Jesucristo con su actuar y con sus palabras, porque Jesucristo es el rostro humano de Dios.

 Dios se acerca a nosotros por caminos y maneras a veces insospechables, y lo hace siempre respetando nuestra libertad, porque como seres creados por él, él nos ofrece los medios para que vayamos descubriendo cómo nos ama y nos asocia a su vida, que es eterna. Para esto necesitamos tiempo, pero también nos hace falta humildad, es decir, aceptar que Dios es Dios, y, por tanto, no reducirlo a nuestras ideas, apetencias o gustos, porque si así fuera ya no sería Dios.

Dios se ha hecho visible en la humanidad a través de Jesucristo, y nadie esperaba la forma de hacerlo: apareció en la humildad de Belén, naciendo en una familia sencilla de su tiempo, siendo uno más de su pueblo, enraizado en su historia y creencias.

La historia de la Iglesia está plagada de testimonios que nos hablan de cuantas maneras los hombres y mujeres han tenido acceso a Dios: los Apóstoles, San Pablo, y cada uno de nosotros, con nuestra propia historia, con la ayuda de nuestra familia o de nuestro entorno, en último término, la Iglesia, cuya misión es anunciar a Jesucristo y encender la llama de la fe.

LECTIO DIVINA DE LA PARROQUIA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA

HOJA DOMINICAL DIOCESANA

 






viernes, 6 de junio de 2025

D.ía 8 junio de 2025. Domingo de Pentecostés. Jornada de la Acción Católica y Apostolado Seglar

 


LECTURAS

  • Hechos de los Apóstoles 2,1-11
  • Salmo responsorial 32, 10-15
  • Corintios 12,3b-7.12-13
  • Juan 20,19-23

    Con la resurrección de Jesús y envío del Espíritu Santo, los apóstoles que estaban llenos de miedo, que habían abandonado a Jesús en el momento de la pasión, que estaban decepcionados porque esperaban que Jesús iba a actuar de forma triunfante, rodeados por un mundo religioso lleno de preceptos y costumbres y hostil, están en la casa con las puertas cerradas sin saber qué hacer. Pero allí están reunidos, acompañados por María la madre de Jesús, en actitud de espera y oración. Con la venida del Espíritu han comenzado a tener la vida de Jesús. Se sienten perdonados y reconciliados.

    La Iglesia, como nos enseña San Pablo, es el Cuerpo de Cristo y está formada por todos nosotros que, si somos fieles a Jesús, lo hacemos visible en el mundo; en eso consiste ser sus testigos. Por ello, lo mismo que María y los discípulos estaban reunidos, y reciben el Espíritu Santo, también nosotros los cristianos nos reunimos cada domingo en este Cenáculo que es la iglesia, donde escuchamos la Palabra de Dios bajo el influjo del Espíritu Santo, y es entonces cuando somos capacitados para hacer presente a Jesús en nuestros diversos ambientes.

      Hoy celebramos la jornada de la Acción Católica y del Apostolado seglar, que no es algo ajeno a nosotros, sino que es nuestra vocación porque Jesús nos llama a cada uno a hacer propia la misión de la Iglesia en medio de nuestro mundo, continuando la misión de los Apóstoles, qué es la misión de Jesucristo, y viviendo como hijos queridos de Dios que por el bautismo nos hace miembros de su familia, la Iglesia.



HOJA DOMINICAL DIOCESANA

viernes, 30 de mayo de 2025

Día 1 junio de 2025. Ascensión del Señor.

 


 LECTURAS

  • Hechos de los Apóstoles 1, 1-11
  • Salmo responsorial 
  • Efesios 1, 17-23
  • Lucas 24, 45-53

La Ascensión del Señor no es un hecho aislado que sucede aparte de la resurrección, sino que es el desenlace de la muerte y resurrección, por tanto, es la entrada de Jesucristo en la gloria de Dios, dando por terminada su vida terrena o histórica, y comienzo de la misión de la Iglesia por encargo de Jesús. Esto lo expresamos en el Credo cuando decimos: “fue crucificado, padeció y fue sepultado, resucitó al tercer día, subió al cielo y está sentado a la derecha del Padre… y su reino no tendrá fin”. Así, la palabra “Ascensión” significa fin de la presencia física de Jesús en este mundo terreno, viviendo para siempre su condición de Dios y hombre, puesto que su humanidad ha sido divinizada por la resurrección.

La celebración de la Ascensión manifiesta el triunfo de Dios, cuyo proyecto se ha cumplido y se ha manifestado en Jesús, indicando que su modo de vida, que le llevó incluso a dar la vida por nosotros, es el camino que debe hacer la humanidad según el proyecto Dios, y, por tanto, ese es el camino del cristiano que de verdad quiere seguir a Jesús.

Con Jesucristo, la humanidad tiene la puerta abierta para entrar en la dimensión de Dios, y asegura lo que ya había anunciado a los Apóstoles en la tarde de la última Cena: “En la casa de mi Padre hay muchas moradas y voy a prepararos un sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que donde yo estoy, estéis también vosotros”.

  Hoy no celebramos la ausencia del Señor sino una nueva forma de presencia. Él permanece siempre a nuestro lado, pero lo hace respetando nuestra libertad y ofreciéndonos la ayuda del Espíritu Santo, que nos ilumina y da fuerza para dar testimonio de Jesús y poder actuar en su nombre. Por tanto, La Ascensión señala un antes y un después: del tiempo histórico de Jesús se pasa al tiempo de la Iglesia. Todo lo que Jesús hizo y enseñó tendrá continuidad en la misión de los Apóstoles y de la Iglesia.

LECTIO DIVINA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA

HOJA DOMINICAL DIOCESANA


viernes, 23 de mayo de 2025

Día 25 mayo de 2025. Domingo VI de Pascua. Pascua del enefermo.

 


LECTURAS

  • Hechos de los Apóstoles 15,1-2.22-29
  • Salmo responsorial 66, 2-3.5.6.8
  • Apocalipsis 21,10-14.22-23
  • Juan 14,23--29

     Si vivimos lo que Jesús nos enseña, entonces abrimos nuestro corazón a Dios, permitiendo que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo entren en nuestra vida, y eso se nota en los frutos, es decir, en las obras. Que una persona importante venga a nuestra casa es un honor. Cuánto más que Dios more en nosotros, como dice Jesús. Santa Teresa escribe que “si entrar en el cielo es entrar en la vida de Dios, ¿No es también un cielo que Dios entre en mi vida y la habite? ¿Hay algo más grande que puede decirse de un hombre que decir “es un hombre de Dios”, o que “lleva a Dios consigo?”

     Los grandes Santos fueron hombres y mujeres de Dios, hombres y mujeres de intensa vida interior (vida de oración), pero también hombres y mujeres de compromiso solidario con el mundo que les tocó vivir. Decir de alguien que es “hombre o mujer de Dios”, es afirmar que estamos ante personas que aúnan en sí el conocimiento de Dios en la oración y el servicio a los demás, sobre todo a los más pobres, porque quien es de Dios dialoga o habla con Dios (oración) y hace las obras de Dios (compromiso profético).

     En el Evangelio de hoy, también escuchamos una promesa fundamental de Jesús: “El Paráclito (defensor), el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho”. Después de su muerte y resurrección, Jesús ya no está físicamente presente como en su vida histórica, pero actúa con la presencia y fuerza del Espíritu Santo, que actualiza la enseñanza de Jesús. De aquí la importancia de escuchar al Espíritu Santo y dejarnos guiar por Él, y esto se hace con la oración, con los sacramentos, como hicieron los discípulos y María, la madre de Jesús, quienes reunidos oran y esperan la venida del Espíritu Santo.

     La primera lectura de hoy, de Hechos de los Apóstoles, nos relata un gran conflicto que surgió entre los primeros cristianos, unos procedentes del judaísmo y otros del paganismo. Y vemos que lo resuelven, encontrándose y planteando el problema, dialogando sobre el mismo, proponiendo y escuchando los diversos pareceres, preguntándose qué es lo esencial y qué lo secundario, si la Ley de Moisés o la fe Jesucristo.  Y llegaron a la gran decisión de que es Jesucristo resucitado quien salva. Y lo dicen con estas palabras que redactan a modo de decreto: “El Espíritu Santo y nosotros hemos decidido… no imponeros otras cargas…”. Aquí encontramos a los cristianos como pueblo que caminan juntos bajo la guía del Espíritu Santo (primera concreción de Iglesia sinodal).

LECTIO DIVINA PARROQUIA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA

HOJA DOMINICAL DIOCESANA

PRIMERAS COMUNIONES 
25 MAYO DE 2025


 

 

 

 

 

sábado, 17 de mayo de 2025

Día 18 mayo de 2025. Domingo V de Pascua.

 

LECTURAS

  • Hechos de los Apóstoles 14,21b-27
  • Salmo responsorial 144, 8-13
  • Apocalipsis 21,1-5a
  • Juan 13,31--33a.34-35

  •  Las palabras del Evangelio de hoy están precedidas del lavatorio de los pies y la última Cena. Y la lección que nos da Jesús es que, para tener parte en él, debemos amar como él amó. Por eso el mandamiento nuevo es el camino para seguir a Jesús y estar unidos a él, formando parte de la nueva humanidad que Dios quiere y que ha inaugurado Jesús con su modo de vida, incluso pasando por la muerte. Por tanto, el amor es el signo identificativo del discípulo de Jesús. Es el estilo de vida, marcado por el amor, lo que da a entender si somos o no discípulos de Jesucristo.
  •      De hecho, un Padre de la Iglesia de los primeros tiempos escribió que la gente se admiraba del amor que se profesaban los cristianos entre ellos, diciendo: “mirad como se aman” y, precisamente, por ese testimonio se iban añadiendo más creyentes a la comunidad.
  •     Para nosotros que en este tiempo pascual celebramos y saboreamos la resurrección de Jesús, ese mandamiento mantiene toda su actualidad. La gente podrá creer en los frutos de la Pascua en la medida que vean nuestras parroquias y comunidades alegres, unidas, servidoras. Que ese amor sea nuestro distintivo, como dijo el mismo Jesús: “En esto se conocerá que soy mis discípulos, si os amáis como yo os he amado”.

LECTIO DIVINA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA

HOJA DOMINICLA DIOCESANA

PRIMERAS COMUNIONES
18 MAYO DE 2025




  •  


lunes, 12 de mayo de 2025

Día 11 mayo de 2025. Domingo IV de Pascua. Día del Buen Pastor.

 

PAPA LEÓN XIV


LECTURAS

  • Hechos de los Apóstoles 13, 14.43-52
  • Salmo responsorial
  • Apocalipsis 7,9,14b-17
  • Juan 10, 27-30


    En la historia del pueblo de Israel aparecen grandes personajes que ejercían el oficio de pastores: Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, David. Así como el “pastor” tiene la tarea de conducir, proteger, y buscar buenos pastos para sus ovejas, la imagen del “pastor”, en la Biblia, pasó a ser la imagen que representa a los dirigentes, a los que Dios les encarga de conducir y proteger a su pueblo en su nombre. Hubo algunos que fueron buenos pastores o dirigentes, pero también hubo muchos, que no dieron la talla, fueron mala gente. Así lo denunciaba el profeta Jeremías, quien decía; “Ay de los pastores de Israel que se apacientan a sí mismos; ¿no deben los pastores apacentar a las ovejas?”. Tras estas duras palabras, Jeremías profetizó que Dios será el Pastor del pueblo. Esta profecía se cumplió en Jesús, quien se aplica a sí mismo el título de “Buen Pastor”.

       Esta es una de las mejores imágenes que tenemos de Jesús, que nos guía y cuida. Y nosotros estamos llamados a formar su familia, es decir, a estar en comunión con él y caminar juntos (Iglesia sinodal). En el evangelio de hoy Jesús nos dice que él conoce a sus ovejas. No somos seres anónimos, sino que nos conoce por nuestro nombre y se preocupa por nosotros. Jesús promete que nunca nos dejará solos, y con él caminamos hacia una vida definitiva, donde habrá justicia y encontraremos el consuelo.

     El evangelio de hoy, nos indica la importancia de escuchar la voz de Jesús, y la gran suerte que significa formar parte de su familia la Iglesia. Cada domingo, nuestro encuentro en la Eucaristía es la ocasión en la que nos reunimos como familia de Dios, y escucha su Palabra, como nos dice Jesús en el evangelio: “Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen y yo les doy la vida eterna”.

    Precisamente porque Jesús se autodefine “Buen Pastor”, hoy celebramos la jornada de oración por todas las vocaciones. Oramos especialmente por quienes han recibido la llamada de hacer presente a Cristo, Buen Pastor, como es el caso del papa León XIV, nuestro obispo Ángel, los obispos, los sacerdotes, religiosos-as, y también todos los cristianos que tienen alguna responsabilidad en la Iglesia, o en distintos ámbitos de la sociedad, como los padres en la familia.

LECTIO DIVINA SAN ISIDRO DE ALMANSA

HOIJA DOMINICAL DIOCESANA


PRIMERAS COMUNIONES

11 MAYO DE 2025



domingo, 4 de mayo de 2025

Día 4 mayo de2025. Domingo III de Pascua.

 ORDENACIÓN DEL OBISPO DE ALBACETE

 


3 MAYO DE 2025



   LECTURAS

  • Hechos de los Apóstoles 5, 27b-32.40b-41
  • Salmo responsorial 
  • Apocalipsis 5,11-14
  • Juan 21,1-19



     Todo empezó en el lago de Tiberíades. Un buen día, apareció Jesús hablando a la gente con gran fuerza, llamando a Pedro y Andrés, Santiago y Juan, y a algunos más, a los que invitó a seguirle: ellos dejaron las barcas y las redes y formaron grupo en torno a Jesús, siendo compañeros durante su predicación por Galilea, Judea, y finalmente Jerusalén.

     La muerte de Jesús fue como un “gran apagón de luz” pera aquellos amigos de Jesús; sus mentes se obscurecieron, tuvieron sensación de pánico, perdieron todas las esperanzas puestas en Jesús y desilusionados volvieron a su trabajo de siempre. Sin embargo, después de la muerte, con las apariciones de Jesús en repetidas ocasiones a los Doce, comienzan de nuevo a ver luz que, entre dudas y miedo, provoca la alegría de ver al Señor, quién se manifiesta en su nueva forma de ser, difícil de explicar con palabras humanas. La tercera aparición del Resucitado a los discípulos, de nuevo en el lago de Tiberíades, que leemos hoy, devuelve la esperanza y fe en Jesús, quien renueva la llamada: “Sígueme”, y los envía a ser sus testigos por el mundo.

     Después de la pesca milagrosa y recogidos los peces, el evangelio nos presenta a Jesús que les ofrece el almuerzo preparado por él, lo cual nos está indicando cuál es el modo de presencia de Cristo, una vez que no se encuentra físicamente entre los suyos como en su vida histórica.

    En el evangelio de hoy, como en otros textos de apariciones del resucitado, Jesús se hace presente siempre ante el grupo de los discípulos reunidos (comunidad), y dicho encuentro con el Señor renueva la fe en Jesús resucitado, produciéndose un cambio de vida en los discípulos.

     Con la resurrección de Jesús, el Espíritu Santo les ayuda a entender que el modo de vida de Jesús es el modo de vida querido por Dios.  Y  este camino de Jesús fue el camino que siguieron los apóstoles y primeros discípulos como hemos escuchado en la primera lectura en que se juegan la vida al confesar que Jesús crucificado ha resucitado y ellos actúan en su nombre, afirmando que han de obedecer a Dios antes que a las autoridades que los están acusando y quieren que se callen.


LECTIO DIVINA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA

HOJA DOMINCAL DIOCESANA

ÙLTIMOS CINCO OBISPOS DE ALBACETE



DE IZQUIERDA DERECHA: 

D. CIRIACO BENAVENTE (82 AÑOS) D. VICTORIO OLIVER (95 AÑOS), D. ANGEL ROMÁN (actual Obispo: 57 AÑOS) D. ANGEL FERNÁNDEZ (73 AÑOS) D. FRANCISCO CASES (80 AÑOS)


domingo, 27 de abril de 2025

Día 27 abril de 2025. Domingo 2º de Pascua. Divina Misericordia.

 

LECTURAS

  • Hch 5,12-16
  • Salmo responsorial 117, 2-4.22-24.25-27
  • Apocalipsis 1,9-11a.12-13.17-19
  • Juan 20,19-31


Era el día primero de la semana, el día en que se apareció Jesús a los apóstoles. Desde entonces ese es el día del encuentro de la Comunidad cristiana con el Señor resucitado, llamado el “Día del Señor” o “Domingo”, y por eso es el “Día de la Eucaristía”. En consecuencia, participar en la celebración dominical de la Eucaristía es el signo de identidad cristiano por excelencia, y de ahí que sea el primer mandamiento de la Iglesia: “Celebrar la Santa Misa los domingos y fiestas de precepto”.

Hay una segunda parte en el evangelio de hoy, en la que el protagonista es el apóstol Tomás, que no estaba con sus compañeros cuando se apareció Jesús la primera vez. Nuevamente, el primer día de la semana, domingo siguiente, los discípulos están reunidos y esta vez sí esta Tomás con ellos. Éste había afirmado que, si no metía el dedo en sus clavos y la mano en su costado, él no creería que Jesús ha resucitado. Jesús vuelve a aparecerse a ellos y responde a la petición de Tomás, quien al verlo confiesa de todo corazón: “Señor mío y Dios mío”.

Pero el evangelio quiere mostrarnos algo más, respondiendo a una pregunta: ¿Qué sucede con quienes no han presenciado las apariciones de Jesús? Este es nuestro caso y el de las generaciones de cristianos que hemos llegado a la fe en Jesucristo fiándonos de lo que nos han transmitido los apóstoles, compañeros del Señor y testigos de su vida, muerte y resurrección. Por eso, cuando Tomás reconoce su fe ante Jesús: “Señor mío y Dios “, Jesús le responde diciendo: “Bienaventurados los que crean sin haber visto”. Estas palabras las dedica Jesús a nosotros, que creemos por el anuncio que nos hace la Iglesia.

 Los diferentes textos de apariciones de Jesús nos ayudan a profundizar en el núcleo de nuestra fe: Jesús ha resucitado y estamos llamados a ser testigos de nuestra fe en Cristo muerte y resucitado.  Ser testigos  del Resucitado es actuar como él actuó. De lo contrario, nuestra fe no da razón de lo que afirmamos.


LECTIO DIVINA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA

HOJA DOMINICAL DIOCESANA

 

 


domingo, 20 de abril de 2025

Día 20 abril de 2025. Domingo de Resurrección.

 

LECTURAS

  • Hechos de los Apóstoles 10,34a.37-43
  • Salmo responsorial 117
  • Colosenses 3,1-4
  • Juan 20,1-9


El mensaje central de todas las lecturas proclamadas se pueden resumir en una afirmación del Apocalipsis: “La victoria es de nuestro Dios”. Jesús no está en la tumba porque ha resucitado.

Situaciones tan oscuras como el dolor, la enfermedad y la muerte quedan iluminadas. Ya no hay motivos para estar totalmente desesperados. El que murió en la Cruz y “descendió a los infiernos”, ha resucitado. Esta es la respuesta de Dios al fracaso aparente de la muerte de Jesús en la cruz. “¡No temáis!”, dirá Jesús resucitado a sus discípulos, bloqueados por el miedo, y pensando que se trataba de un fantasma. “Soy yo que vuelvo para estar con vosotros y sosteneros en vuestra lucha.

El Señor nunca dijo: “No seréis zarandeados por la tempestad “, al contrario, advirtió: “¡Cuidado con la gente!, porque os entregarán a los tribunales, os azotarán en las sinagogas y os harán comparecer ante gobernadores y reyes por mi causa… y seréis odiados a causa de mi nombre”. Pero también afirmó: “En el mundo tendréis luchas; pero tened valor: yo he vencido al mundo”.

 En la madrugada de las mañanas de resurrección, tienen lugar en nuestros pueblos y ciudades las procesiones del “encuentro”, que son expresiones populares que recuerda el acontecimiento de la resurrección de Jesucristo. En ellas lo significativo es que María, la madre de Jesús y madre de la Iglesia, se encuentra con su hijo y recibe la buena noticia del Señor resucitado.

La Pascua, el paso de Jesús de la muerte a la vida, y paso de este mundo al Padre, es el encuentro de la humanidad con su Salvador, comienzo de una nueva época en la que todo adquiere un sentido nuevo. Como nos dice San Pablo: “Nuestra esperanza, que es Cristo, no defrauda”.  ¡Cristo ha resucitado! ¡Feliz Fiesta de Pascua!

LECTIO DIVINA DE LA PARROQUIA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA

HOJA DOMINICAL DIOCESANA


sábado, 12 de abril de 2025

Día 13 abril de 2025. Domingo de Ramos.

 

LECTURAS

  • Isaías 5, 4-7
  • Salmo responsorial 21,8-9.17-20.23-24
  • Filipenses 2, 6-11
  • Lucas 22,14-23,56





   En este comienzo de la Semana Santa, leemos el relato de la Pasión del Señor, condensando en este día, lo que va a sucederle a Jesús como consecuencia de su predicación. El relato de la Pasión es el marco en el que se sitúan las celebramos de Semana Santa, teniendo por centro y culmen el Triduo Pascual, que comienza con la Misa de la última Cena del Señor en la tarde de Jueves Santo, con la institución de la Eucaristía; el Viernes Santo, en que celebramos la Muerte del Señor, y la Vigilia Pascual que celebramos al atardecer del Sábado Santo, y que es el principio del Domingo de Resurrección, la Pascua del Señor.

   Llama la atención que Jesús hace su entrada en Jerusalén sobre un asno, en claro contraste con la entrada de los reyes de los imperios, quienes entrarían sobre un brioso “caballo”, signo de poder. El asno, animal tranquilo, es señal de paz, mientras que el caballo es señal de guerra. En otras palabras, Jesús realiza un “signo profético”, un signo contracultural, para lo que sería habitual en su tiempo y responde de esa manera al rey pacífico que esperaban los justos de Israel, frente a aquella otra mentalidad entonces reinante, incluso entre sus discípulos, que esperaban un Mesías conquistador y que podría orden sometiendo a los romanos.

    Sin embargo, esta entrada “triunfal” como muchas veces se dice, pronto tomará el rumbo de la pasión que celebraremos en los días que siguen. Efectivamente, el bien y la bondad dan frutos, pero las fuerzas del mal se empeñan en acallarlos y, en ocasiones, lo logran. Jesús tendrá que pasar por la cruz, incluso dando la vida por ser fiel a la misión encomendada por Dios. Recordemos cómo en el pasaje de las tentaciones (primer domingo de Cuaresma), el diablo le ofreció sus reinos para darle poder sobre ellos. Jesús no quiere ese reinado y, por eso, afronta la cruz, con la confianza puesta en el Rey del cielo, que es el Dios bondad, en nombre del cual se hizo hombre para reconciliar a la humanidad, con el poder de llegar a ser hijos de Dios.


 LECTIO DIVINA PARROQUIA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA

HOJA DOMINICAL DIOCESANA



 HORARIOS SEMANA SANTA  EN PARROQUIA DE LA RESURRECCIÓN

 

13 de abril. DOMINGO DE RAMOS.

 - 11,30h. Bendición de Ramos y Palmas en Plaza de

 petancas de calle Arboleda. Procesión por calles Arboleda y     Arado (tramo de la parroquia) hasta la iglesia, y Santa Misa.

 

15 de abril. MARTES SANTO.

-20,00h. Celebración comunitaria de la Penitencia. Habrá   varios sacerdotes para las confesiones.

 

17 de abril: JUEVES SANTO.

- 18,30h: Solemne Misa de la Cena del Señor.

- 22,30h: Hora Santa ante el Santísimo Sacramento.

 

18 de abril: VIERNES SANTO.

- 12,00h. Vía Crucis dentro del templo parroquial.

- 18,30h: Celebración de la Muerte del Señor.

 

 19 de abril. SÁBADO SANTO. VIGILIA PASCUAL.

-20,00h: Vigilia Pascual.

 

 20 de abril. DOMINGO DE PASCUA DE RESURRECCIÓN.

-11,30h Misa de Pascua.

 

 

 

 

 

 

 

 

sábado, 5 de abril de 2025

Día 6 abril de 2025. Domingo V de Cuaresma.



 

LECTURAS

  • Isaías 43,16-21
  • Salmo responsorial 125,1-6
  • Filipenses 3,8-14
  • Juan 8,1-11

 




     Desde el evangelio de este domingo, Jesús nos invita a mirar nuestra conciencia y nuestras manos, a veces cargadas de “piedras” para arrojar sobre los demás sin misericordia, como hacemos cuando juzgamos o criticamos y condenamos sin piedad. Jesús quiere que nos preguntemos, ¿con qué derecho juzgamos o criticamos a los demás? ¿Acaso estoy libre de pecado?

     Jesús no disfruta condenando, sino que su alegría es salvar. Ese es el camino a seguir, el camino de Jesús. Por tanto, se trata de no ir por la vida pisoteando al prójimo, sino ayudando a levantarse, perdonando y animando a cambiar de vida. Por eso, ante la acusación de los fariseos y escribas, que terminaron por marcharse sin lanzar las piedras, Jesús dice a la mujer: “¿Nadie te ha condenado? Yo tampoco te condeno; anda, y en adelante no peques más”. No minimiza el pecado, pero ofrece un camino nuevo, una salida. Esa es la clave cristiana: reconocer el error, acoger la misericordia y caminar en conversión.

    Este pasaje evangélico es una lección sobre el amor, la compasión y la hipocresía. Jesús no niega el pecado, pero cambia el enfoque: de la justicia fría que busca el castigo, él ofrece una segunda oportunidad.

    Frente a una sociedad donde reina el juicio apresurado y la exposición pública del error, como vemos tantas veces y todos los días en TV y prensa, estas palabras de Jesús resuenan con fuerza.  Muchas veces somos como los acusadores del evangelio: rápidos para señalar los errores de los otros, ignorando los propios. Pero Jesús nos recuerda que todos tenemos algo roto por dentro, y que nadie estamos en condiciones de condenar sin antes mirar nuestro propio corazón.


    LECTIO DIVINA DE LA PARROQUIA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA

    HOJA DOMINICAL DIOCESANA


viernes, 28 de marzo de 2025

Día 30 de marzo. Domingo IV de Cuaresma.

 

LECTURAS

  • Josué 5,9a.10-12

  • Salmo responsorial
  • 2 Corintios 5, 17-21
  • Lucas 15,1-3.11-32


  •     En el evangelio de hoy, el padre  respeta las decisiones equivocadas de sus hijos con dolor, porque donde ha6.- Dios no puede ser sino misericordioso, Porque Dios es amor y su amor no es mudable, porque le nace de lo más íntimo de su ser.  Por eso al ver regresar al hijo “se le conmueven las entrañas". Así se muestra también en la primera lectura, donde olvidando las infidelidades del pueblo Dios lo introduce en la tierra prometida, diciéndoles: “hoy , os he quitado de encima el oprobio de Egipto”.
  •     El padre sabe que la lejanía en la que sus hijos se han situado solo puede hacerles infelices. El pequeño llega a tocar fondo cuidando cerdos y no teniendo qué comer. El mayor, como no ama, va acumulando reproches en su interior, que más tarde echará en cara a su padre como se aprecia en su negativa a participar de la fiesta organizada por el padre.  
  •     Jesús muestra que Dios siempre toma la iniciativa y espera de modo activo el retorno de sus hijos saliendo a buscarlos. Así cuando el hijo menor “estaba todavía lejos, su padre lo vio y echó a correr hacia él”; el padre no le pide cuenta de sus actos; le ofrece el perdón de manera gratuita, porque ese es el modo de actuar Dios, como dice San Pablo en la segunda lectura “Porque Dios mismo estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo, sin pedirles cuenta de sus pecados”.
  •     También hoy, Dios sigue saliendo a buscar a sus hijos, que somos nosotros, y lo hace:  en su Palabra que nos hace recapacitar; en el ejemplo de los creyentes sinceros que con su ejemplo de vida nos muestran el camino, y también sale a nuestro encuentro en el acontecer de la vida diaria donde él está presente.

  • HOJA DOMINICAL DIOCESANA 

  • LECTIO DIVINA DE LA PARROQUIA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA

domingo, 23 de marzo de 2025

Día 23 marzo de 2025. Domingo III de Cuaresma.

 

LECTURAS

  • Éxodo 3,1-8a.13-15
  • Salmo responsorial
  • 1 Corintios 10,1-6.10-12
  • Lucas 13, 1-9

     En el pasaje del Evangelio de hoy, Jesús responde a la inquietud de algunos sobre la tragedia de los galileos asesinados por Pilato en el templo de Jerusalén y sobre el derrumbe de la torre de Siloé, que mató a dieciocho personas. Jesús deja claro que estas desgracias no son castigos divinos por pecados individuales, sino una llamada a la conversión. Por ello, les dijo: “Y si vosotros nos os convertís, pereceréis lo mismo”.

     A propósito de dichas desgracias, Jesús cuenta la parábola de la higuera estéril: un árbol que no da fruto durante tres años, pero al que el viñador le pide al dueño que le dé una oportunidad más, con cuidado y paciencia, antes de cortarlo. En nuestra sociedad, solemos buscar respuestas rápidas ante el sufrimiento: queremos encontrar una razón para el mal y, a veces, culpamos a las víctimas o creemos que todo es fruto del destino. Jesús rompe con esta lógica simplista y nos invita a mirar nuestra propia vida en lugar de juzgar a los demás. Nos recuerda que lo importante no es buscar culpables, sino hacer un examen personal y cambiar lo que nos aleja de Dios y del amor al prójimo.  

    Vivimos en una cultura de lo inmediato, donde lo que no da resultados se descarta rápidamente: relaciones, proyectos, incluso personas. Sin embargo, Dios no actúa así con nosotros. Nos da oportunidades, nos cuida, nos fertiliza con su Palabra, sacramento, con su gracia, y espera pacientemente que demos fruto. Pero esa paciencia no es infinita, porque nosotros vivimos en el tiempo que tiene un límite. Por tanto, la parábola es una invitación urgente a cambiar ahora, a vivir con sentido, a no dar largas a la conversión.  Jesús nos muestra que Dios no nos condena por nuestros errores, pero sí nos llama a cambiar. La misericordia no es una excusa para la pasividad, sino un impulso para la transformación.


LECTIO DIVINA DE LA PARROQUIA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA

viernes, 14 de marzo de 2025

Día 16 marzo de 2025.Domingo II de Cuaresma. Día del Seminario.

 


LECTURAS

Génesis 15,5-12.17-18
Salmo responsorial 26, 1.7-9.13-14
Filipenses 3, 17-4,1
Lucas 9, 28b-36



Tras aquella visión y palabras en la montaña, Pedro lleno de entusiasmo dijo: “Maestro, ¡qué bueno es que estemos aquí! Haremos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías”. Esta forma de hablar Pedro muestra el deseo humano de continuar disfrutando de la gloria de Dios. Pero Jesús le muestra que tiene que volver a la realidad de la vida todavía mortal. Mientras estamos en este mundo, solamente con la fe podemos vivir con el convencimiento y esperanza de que, también, un día seremos transfigurados, es decir, resucitados, gracias a Jesús.

        Termina el Evangelio diciendo: “Ellos guardaron silencio y, por aquellos días, no contaron a nadie nada de lo que habían visto". El “guardaron silencio” recuerda a María, la madre de Jesús,  que “guardaba todas estas cosas en su corazón”. Quedó en la memoria de Pedro, Santiago y Juan el recuerdo de lo que ocurrió en la cima del monte, pero lo más importante es que intuyen que Jesús no es un maestro cualquiera, sino Dios mismo, aspecto que descubrirán plenamente con la resurrección.

 Metidos de lleno en la Cuaresma, nos encaminamos hacia la celebración del misterio Pascual de Jesús, su” paso” de la muerte a la vida. Este es el horizonte que no debemos perder de vista. Cada año, con la Pascua celebramos el triunfo de Cristo y el triunfo de la humanidad por Cristo, que actualizamos en cada celebración de la Eucaristía, porque el cielo se hace presente en los sacramentos que celebramos.

 A través de signos sensibles, los Sacramentos, Dios actúa de manera invisible, porque en nuestra condición de, todavía, no resucitados no podemos percibir físicamente la presencia de Dios. Pero él está y actúa en nosotros. Esto es lo que sucede en la Eucaristía de cada domingo y de cada día. Es lo que diremos en la última oración después de la Comunión: “Te damos gracias, Señor, porque al participar en estos gloriosos misterios, nos haces recibir, ya en este mundo, los bienes eternos del cielo”.


LECTIO DIVINA DE LA PARROQUIA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA

HOJA DOMINICAL DIOCESANADÍA 


DÍA DEL SEMINARIO: SEMBRADORES DE ESPERANZA

Tres realidades están condicionando el tiempo en que vivimos: la conectividad que facilitan las tecnologías pero que provocan el aislamiento del presente, la soledad que a veces se vive en medio de la multitud y el dolor que provoca el sufrimiento y la injusticia.

En medio de todas esas realidades, los sacerdotes, como Jesús, están llamados a sembrar esperanza.

Cuatro rasgos de este tiempo suscitan depresión y desesperanza: la incertidumbre económica; el miedo a la enfermedad; el uso masivo de redes sociales impregnadas de ideologías y bulos; y el envejecimiento progresivo de la población. Las consecuencias se manifiestan en los altos índices de depresión y de suicidio, que se han convertido en problemas importantes de salud pública.

En este contexto social, 15.285 sacerdotes católicos desempeñan su misión en la Iglesia española cumpliendo la misión de anunciar el Evangelio y sanar las heridas de este tiempo. Esta es, también, la motivación que anima a cada uno de los 1.036 seminaristas que se forman en los seminarios de las diócesis españolas en este curso 2024-2025. Su formación está centrada, precisamente, en ir desarrollando progresivamente las actitudes y aptitudes que se necesitan para ser sembradores de esperanza siendo sacerdotes misioneros a lo largo y ancho de la geografía española. Y cada uno de estos seminaristas es una razón para la esperanza en las 57 seminarios y comunidades formativas que hay en España. Como seminaristas siguen el plan de formación vigente, un tiempo que se prolonga entre 7 y 9 años, y en el que los seminaristas atraviesan cuatro etapas: propedéutica, discipular, configuradora y de síntesis vocacional, que son indispensables para que se manifieste la idoneidad de su vocación.

En este día del Seminario se hace visible cómo el ministerio sacerdotal hace frente en muchas ocasiones a las raíces de la desesperanza. Así, frente a la incertidumbre económica, los sacerdotes son sembradores de esperanza porque se comprometen en el acompañamiento de las personas que viven en situación de soledad o enfermedad y desarrollan las 4.488 Cáritas parroquiales, que atienden más de 2,5 millones de personas necesitadas y coordinan los equipos de voluntarios en las parroquias.

También frente a la despoblación y al envejecimiento demográfico, los sacerdotes son sembradores de esperanza en el mundo rural. La mitad de las parroquias que hay en España (22.921 parroquias) se encuentran en zonas rurales. Al frente de las mismas están sacerdotes que acompañan a las personas que viven allí, las atienden espiritualmente y hacen presente el Evangelio de Jesucristo en zonas muchas veces abandonadas por otras instituciones.

En definitiva, de muchas maneras los sacerdotes en España son sembradores de esperanza, en medio de una sociedad que está amenazada, precisamente, por la desesperanza.

 El motor que mueve a los sacerdotes a emprender este servicio no es otro que la propia experiencia personal de haberse encontrado con Cristo y de descubrirse llamado por él a través de la Iglesia para servir a la humanidad sembrando la esperanza del Evangelio.


domingo, 9 de marzo de 2025

Día 9 marzo de 2025. Domingo I de Cuaresma.

 


LECTURAS

  • Deuteronomio 26,4-10
  • Salmo responsorial  90, 1-2..10-15
  • Romanos 10,8-13
  • Lucas 4,1-13

         Las tentaciones que sufrió Jesús y relatan el evangelio son tentaciones que podemos sufrir también nosotros en nuestras circunstancias concretas de la vida,

 La tentación del “tener”: “Di a esta piedra que se convierta en pan”. En esta tentación se presentan los bienes materiales como la fuente de felicidad de la persona, quedando Dios en segundo lugar. Ya lo dijo Jesús: “Donde está tu tesoro, allí está tu corazón”. La Cuaresma nos invita a despegarnos de los bienes materiales que atan nuestro corazón y ser como Jesús “que, siendo rico, se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza”.

 La tentación del “poder” como dominio sobre los demás: “Te daré el poder y la gloria, si me adoras”, dijo el diablo. Vencer esta tentación es sentirse “imagen de Dios”, que es amor y misericordia", y supone vivir la autoridad como Jesús nos la propone: nunca en provecho propio, sino para servir a los demás.

 La tentación de “utilizar a Dios” en beneficio propio: Satanás le pide a Jesús un poco de exhibición teatral: “Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí, y antes de que caigas, te recogerán los ángeles”. Esta es la tentación del éxito, del cuidar la imagen. Unos fariseos pidieron a Jesús un milagro. Y Jesús respondió: “¿Por qué buscáis fenómenos extraordinarios para creer”?  O también, cuando estaba en la cruz, le decían los sacerdotes: “Si eres el Hijo de Dios, baja de la cruz y creeremos en ti”.

La lectura y meditación frecuente de la Palabra de Dios nos dan luz para distinguir la voluntad de Dios de las propuestas o inclinaciones al mal, y nos dan fuerza para decidir llevar a la práctica aquello que Dios quiere para nosotros.

LECTIO DIVINA DE LA PARROQUIA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA

HOJA DOMINICAL DIOCESANA


NUEVO OBISPO DE ALBACETE

El papa Francisco ha nombrado obispo de Albacete al sacerdote Ángel Román Idígoras.

El obispo electo de Albacete nació en Madrid, el 30 de junio de 1968. Ingresó en el seminario conciliar de esta ciudad como seminarista menor en 1984. Es bachiller en Teología por el Centro de Estudios Teológicos “San Dámaso” de Madrid (1992). Fue ordenado sacerdote el 24 de abril de 1994.

Obtuvo la licenciatura en Magisterio por la Universidad Complutense de Madrid (1989) y en Sociología por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología León XIII, de la Universidad Pontificia de Salamanca (2003).

Su ministerio sacerdotal lo ha desarrollado en la diócesis de Alcalá de Henares donde ha sido vicario parroquial en la parroquia de San Diego de Alcalá (1994-2002) y adscrito a la parroquia de Nuestra Señora del Templo de San Fernando de Henares (2002-2005). También ha sido arcipreste de Torrejón de Ardoz (2006-2014). Ha sido miembro del colegio de consultores (2007-2022).

En esta misma diócesis ha ocupado los cargos de director de la Oficina de Sociología, vicesecretario de la Visita Pastoral, director del secretariado diocesano para los Movimientos de Acción Católica y responsable adjunto sinodal para la fase diocesana del Sínodo sobre la Sinodalidad.

En la actualidad es párroco de Nuestra Señora del Rosario en Torrejón de Ardoz, desde 2005; capellán del centro penitenciario Madrid VII (Estremera), desde 2021, y vicario territorial de la Vicaría centro o de San Félix de Alcalá, desde 2024. Además, es miembro del Consejo Presbiteral Diocesano desde 2021.

La ordenación episcopal tendrá lugar el día 3 de mayo de 2025, a las 11,00h, en la Catedral de Albacete.