domingo, 30 de octubre de 2022

Día 30 octubre de 2022. Domingo XXXI del Tiempo Ordinario.

 

LECTURAS


  • Sabiduría 11,22-12,2
  • Salmo responsorial
  • 2 Tesalonicenses 1,11-2,2
  • Lucas 19,1-10

 El evangelio nos sitúa a Jesús en Jericó,  ciudad de Palestina a unos 45 kms de Jerusalén, a donde se dirigía  con sus discípulos. En Jericó, Jesús  hizo un gran  milagro: la conversión de un pecador. Se trata de Zaqueo, jefe de publicanos y rico, todo un personaje en la ciudad, pero por  otra parte, despreciado  por sus hermanos de raza, ya que lo consideraban un traidor y hombre impuro, porque ejercía el trabajo de recaudar los impuestos  a favor de los romanos que ocupaban el país.

Sin embargo, a pesar de todo eso, el evangelio presenta a Zaqueo como un hombre que busca y quiere conocer a Jesús, del que ha oído hablar. Jesús  se fijó en Zaqueo y le ofrece su amistad: “Zaqueo, date prisa y  baja,  que hoy necesito quedarme en tu casa”, dijo Jesús. Y Jesús celebró  la salvación  de aquel hombre, pese a las críticas de la gente, diciendo: “También este es hijo de Abrahán”.

Aquel hombre, despreciable y pecador, se  topó con Jesús  reconociendo la falsedad de su vida,  fundamentada sobre la injusticia y el dinero, y  descubriendo el camino de la solidaridad y la justicia, especialmente con los pobres, que era la mayoría de la sociedad de aquel tiempo.

Y nosotros, ¿tenemos ganas de encontrarnos con Jesús? ¿Qué hacemos para ello?  Los cristianos tenemos el peligro de ser bautizados por tradición familiar, y casi  nada más. Y en consecuencia, ni se  conoce a Jesús, ni estamos convencidos  ni convertidos, lo contrario que  Zaqueo. No tenemos más que ver cómo muchos padres bautizan a sus hijos y se olvidan hasta el tiempo de la  primera comunión, pensando más en una fiesta familiar. 

Como  decía la 1ª lectura, en la Misa, Jesús por medio de su Palabra, el evangelio,  nos forma, corrige, reprende, para que nos apartemos del mal, y nos mantengamos unidos a él, quien sostiene nuestra vida y orienta para llegar a la meta definitiva, como dijo Jesús: “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí”.

 LECTIO DIVINA DESDE LA PARROQUIA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA







domingo, 23 de octubre de 2022

Día 23 octubre de 2022. Domingo XXX del Tiempo Ordinario.

 




LECTURAS

  • Eclesiástico 35,12-14.16-19
  • Salmo responsorial  332-3.17-18.19.23
  • 2 Timoteo 4,6-8.16-18
  • Lucas 18,9-14

El día del DOMUND que celebramos hoy tiene como objetivo que tengamos una mirada abierta más allá de nuestras casas y fronteras, que no seamos islas, y esto por deseo de Jesús. Así nos lo pide Jesús,  quien al hacerse ver por los discípulos después de la resurrección les dijo: “Así está escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se predicará la conversión para perdón de los pecados  a todos los pueblos comenzando por Jerusalén. Vosotros seréis testigos de esto”.  Así, el lema del Domund-2022 es: “Vosotros seréis mis testigos”.

El lema “seréis mis testigos” significa e implica que hay que empezar por ser testigos de Jesús en  nuestra propia familia, en nuestro barrio, en nuestra parroquia, allí donde se realiza nuestra vida, trabajo, estudio, relaciones sociales. Ser testigos de Jesús quiere decir que se note que somos cristianos: que nuestra mentalidad esté moldeada por el Evangelio. Por tanto, lo primero es la coherencia de vida. Pero también nuestra palabra debe acompañar, como  dijo el apóstol Pedro a los cristianos en tiempo de persecución: ”Estad siempre dispuestos a dar razón de vuestra fe a quien lo pida, pero hacedlo con delicadeza  y respeto...” (1 Pe 3,15-16).

En una familia cristiana se debe anunciar a Jesús con  la vida y  también con la palabra: enseñar a los hijos las cosas elementales de la fe, familiarizarlos con Jesús, enseñarles las primeras oraciones, la participación en la misa dominical, celebrando así la resurrección del Señor, razón de nuestra fe y garantía de nuestro futuro en Dios, darle gracias a Dios por todos los bienes que recibimos, y sentirnos unidos a todos los demás cristiana, nuestra familia cristiana.

Dentro de la parroquia todos debemos “ser testigos del Señor”, pero hay algunos cristianos-as, los catequistas, que tienen la misión de ser testigos de Jesús ante  niños y jóvenes a los que inician en la fe. Los catequistas son enviados por la Iglesia para transmitir  la Buena Nueva en nombre de Jesús por mediación de la Iglesia. Y lo mismo podemos decir de otros servicios para el bien de la comunidad: el coro parroquial, Cáritas, pastoral de la salud, liturgia, y otros trabajos materiales  que se hacen en la parroquia y templo.

 Pero el día del Domund nos invita dirigir la mirada más allá de nuestras fronteras, nos hace mirar a otros pueblos de la tierra, donde  Jesús todavía no es conocido. Nos hace pensar  en los misioneros: sacerdotes, religiosos-as y laicos, que la Iglesia envía a países lejanos para ser testigos de Jesús anunciándolo con palabras y obras.

Esto nos debe comprometer a interesarnos por conocer las misiones y rezar por los misioneros, y orar especialmente para que haya cristianos–as que respondan a Jesús ofreciéndose como misioneros.

Y también  nos invita a sostener la misión y a los misioneros con nuestra oración y también con nuestra cooperación económica. Recordemos que nuestra generosidad es otra forma de ser testigos y que nuestra aportación colabora de forma eficaz para que el Evangelio sea predicado "hasta los confines de la tierra".



LECTIO DIVINA DESDE LA PARROQUIA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA





Eclesiástico 35,12-14.16-19

sábado, 15 de octubre de 2022

Domingo XXIX del Tiempo Ordinario.

 

LECTURAS

  • Éxodo 17, 8-13
  • Salmo responsorial 120,1-2.3-4.5-6.7-8
  • 2 Timoteo 3,14-4,2
  • Lucas 18,1-8


Escuchando las lecturas de este domingo, enseguida percibimos  que el tema de la oración es la nota dominante. Jesús, con la parábola que nos ha propuesto nos dice  que, si un juez corrupto fue capaz de escuchar y administrar justicia a una pobre viuda que insistentemente le pedía justicia, ¿cómo podemos dudar de  que Dios  escuche nuestros gritos de angustia  si lo hacemos orando con confianza?

 Hoy, en el evangelio Jesús nos invita a  orar siempre. ¿Cómo se hace para rezar siempre? No está pensando Jesús en que multipliquemos los rezos. Todo eso puede estar muy bien, si va acompañado de un auténtico sentimiento del corazón y una disposición a hacer la parte que nos toca en lo que pedimos. Y no está de más que recordemos la advertencia de Jesús de no ser charlatanes como los paganos, que piensan que serán escuchados por su mucho hablar. “El Padre celestial ya sabe lo que necesitamos antes de pedírselo” (Mt 6,7),  dice Jesús

 La oración a la que se refiere Jesús consiste en mantenerse en constante diálogo con el Señor: que Él sea nuestro criterio, nuestro apoyo y nuestra referencia para poder valorar la realidad, los acontecimientos, las personas. Y discernir así nuestros pensamientos, sentimientos, reacciones,  proyectos y opciones posibles.  Esto significa e implica que Dios nos habla a través de nuestra vida diaria y de lo que va ocurriendo también a otros, y también desde su Palabra o evangelio.

Este orar siempre se realiza también en la oración comunitaria, como hacemos cada domingo participando en la celebración de la Eucaristía, donde ponemos en práctica el deseo de Jesús: “Haced esto en memoria mía”, y donde nos asegura que está con nosotros todos los días. Esto se realiza de manera sublime en la Eucaristía,  “centro y culmen de la vida cristiana”.

Por la plegaria sabemos que Dios está con nosotros. Leamos y meditemos el Evangelio en el que Jesús no señala el camino a seguir.


LECTIO DIVINA DESDE LA PARROQUIA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA


CATEQUESIS DE CONFIRMACIÓN


      Estamos en los días  de inscripción para catequesis de  profundización  que culminará con al Sacramento de la Confirmación, completando así la iniciación cristiana. 
      Las catequesis serán los viernes, de 6 a 7 de la tarde, y los grupos estarán formados por niños de 5º y 6º de Primeria, y 1º-2º de la ESO. 
      Quienes lo deseen deben pasar por la parroquia, de 5 a 9 de la tarde, excepto los lunes.

sábado, 8 de octubre de 2022

Día 9 ocubre de 2022. Domingo XXVIII del Tiempo Ordinario.

 

LECTURAS

  • 2 Reyes 5,14.17
  • Salmo responsorial 97,1.2.3ab.3cd-4
  • 2 Timoteo 2,8-13
  • Lucas 17,11-19

Jesús pone de relieve la fe-confianza que  ha manifestado uno de los leprosos, precisamente un samaritano. Y curando al samaritano, Jesús está indicando que la salvación de Dios incluye también a los extranjeros;  Jesús, que era judío, es crítico y cuestiona la idea que los judíos tenían de una relación con Dios exclusiva y excluyente: pensaban que como ellos eran el pueblo elegido, la salvación de Dios era para ellos y no para los  demás.

Este evangelio podemos aplicarlo a nuestra vida personal, identificándonos con los diez leprosos, no porque seamos leprosos físicos, sino porque tenemos  actitudes y pecados  que nos hacen impuros ante Dios y que lesionan la convivencia entre nosotros, creando divisiones, enfrentamientos, faltas de confianza, dando lugar a una humanidad  pecadora, como bien podemos apreciar si hacemos un recorrido por nuestro mundo y  ambientes por donde nos movemos. Reconocer  nuestras actitudes y pecados hace que tomemos conciencia de nuestra  pobreza ante Dios, como aquellos leprosos que gritan ante Jesús: “Señor, apiádate de nosotros”. Cuando reconocemos nuestra situación de debilidad y pecado, entonces hacemos posible la acción curativa  y gratuita de Dios sobre nosotros, como hizo Jesús con aquellos leprosos. Recordemos lo que  decimos al inicio de  la Misa por tres veces: “Señor, ten piedad, Cristo ten piedad, Señor ten piedad”. Siempre comenzamos la Eucaristía  reconociendo  la necesidad  de ser acogidos, perdonados y amados  por aquel que siempre permanece fiel, Jesucristo, como nos ha dicho san Pablo (2ª lectura): “Si somos infieles, él permanece fiel, porque no puede negarse a sí mismo”.

Del mismo modo, que podemos vernos reflejados en los diez leprosos, más debemos  identificarnos con el samaritano que  se vuelve para dar gracias a Jesús y  glorifica a Dios porque se siente no sólo curado de la enfermedad, sino salvado y querido por Dios. Cada uno podemos pensar en los motivos personales que tenemos para  dar gracias a Dios: por el don de la vida,  por nuestra familia, por haber conocido a Jesucristo y ser cristianos. Cada uno puede pensar en muchas  circunstancias por las que dar gracias. Esto es lo que hacemos cada semana, cuando venimos a celebrar la Eucaristía: que es encuentro con Jesucristo resucitado, realmente  presente en el Sacramento,  que nos alimenta con su Palabra y con el Pan consagrado, que es su persona, y  es encuentro con la familia de Jesús, la Iglesia, reunida en la celebración eucarística.




LECTIO DIVINA DESDE LA PARROQUIA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA


domingo, 2 de octubre de 2022

2 cotubre de 2022. Domingo XXVII del Tiempo Ordinario


 LECTURAS

  • Habacuc 1,2-3; 2.2-4
  • Salmo responsorial 94,1-2.6-7.8-9
  • 2 Timoteo 1,6.-8.13-14
  • Lucas 17,5-10

Cuando leemos las parábolas de Jesús, no las debemos entender de manera literal, sino que se trata  de descubrir el significado profundo  de  la imagen o parábola con la que nos habla. Así, la imagen de la morera, tomada al pie de la letra es un absurdo, porque con esta forma exagerada de hablar, lo que nos está diciendo el evangelio es que la fuerza de Dios está ya en cada uno de nosotros. La alusión a la morera del evangelio hay que entenderla en el sentido metafórico como cuando decimos “la fe mueve montañas”. La fe auténtica nos pone en movimiento y nos permite realizar cosas que, de otra manera, son  imposibles.

 La fe es una actitud personal fundamental que  da consistencia a la propia vida.  Es un regalo de Dios que recibimos por mediación de la Iglesia y que va creciendo, ayudados por la Palabra de Dios, la práctica de los Sacramentos y la vivencia de la misma en nuestro quehacer diario.

Con frecuencia pedimos a Dios que nos libre de las limitaciones propias de  nuestra condición de seres creados. Y sin embargo, la fe nos debe llevar a descubrir y vivir que Dios  se nos ha entregado totalmente en la creación y, por tanto, estamos llamados a colaborar en dicha creación, respetando la naturaleza  y no destruyéndola, cuidar la “casa común” como la llama el papa Francisco;  estar por la vida y no por la muerte;  estar por el amor y no por el odio, por la unidad y no por la división.

En este principio de curso podemos hacer nuestras las palabras de san Pablo a su  discípulo Timoteo (2ª lect.): “Ten por modelo las palabras sanas que  has oído de mí en la fe y en el amor,  que tiene su fundamento en Cristo Jesús”. Esta recomendación de san Pablo  se hace extensiva a  todos y especialmente los padres  para procurar reavivar la fe de los hijos y de la familia, pues la fe es el tesoro que Dios ha confiado a la Iglesia y a la familia, que es “Iglesia doméstica”.


CATEQUESIS



A partir del martes próximo,  día 4 de octubre, comenzamos la catequesis de iniciación cristiana (correspondiente a niños que están en 2º,3º y 4º de Primaria).

También estamos iniciando la inscripción de catequesis de iniciación (2ª fase, de profundización), que culminará con la recepción del sacramento de la Confirmación.

Y el domingo próximo,  día 8 de octubre,  reanudamos  la Misa de las Familias,  que tendrá lugar a las 13,00h.