sábado, 26 de mayo de 2018

Día 27 de Mayo. Domingo de la Santísima Trinidad


LECTURAS

  • Deuteronomio 4, 32-34.39-40
  • Salmo responsorial 32
  • 1 Romanos 8, 14-17
  • Mateo 28, 16-20
       Nuestra vida cristiana comienza con el bautismo en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, Al celebra la Fiesta de la Trinidad se pone de relieve  que Dios es familia en comunión, en su interior y hacia nosotros.
       Mirando a Jesús, icono visible del Dios invisible, conocemos los sentimientos de Dios, su ternura y misericordia, y sabemos que quiere que vivamos como hijos suyos y hermanos unos de otros. 
       Dios, además de hablarnos por medio de Jesucristo, nos ha hablado también a través de todo lo creado: la naturaleza, el sol, la luna, las montañas, los mares, el ser humano: todo ello "es caricia de Dios" no dice el papa Francisco en la encíclica "Laudato si". ¿Cómo es posible negar la existencia de Dios, cuando hay tantas maravillas que no se explican por sí solas y que exigen un Hacedor en su origen? Celebrar la Trinidad es preguntarse ¿quién es Dios para mí?
        Hoy, además, celebramos el día de oración por los contemplativos, por aquellos que en monasterios y conventos  trabajan y oran por el mundo, por nuestra diócesis, por nuestros problemas, y oran alabando y dando gracias a Dios. Pedimos que el Espíritu Santo los llene de su fuerza en fidelidad a su vocación contemplativa, y que suscite vocaciones a la vida consagrada en los monasterios y conventos.


Primeras Comuniones 26 Mayo 2018

domingo, 20 de mayo de 2018

Día 20 de Mayo. Domingo de Pentecostés


LECTURAS

  • Hechos 2, 1-11
  • Salmo responsorial 103
  • 1 Corintios 12, 3b-7.12-13
  • Juan 20, 19-23



      Celebrar hoy Pentecostés es trasladarnos a aquellos comienzos cuando el Espíritu de Jesús, se puede decir que invadió e impulsó a los discípulos a anunciar el Evangelio, y llenos de alegría pusieron manos a la obra, con la fuerza de dicho Espíritu.
       Donde está Dios (Espíritu) no puede haber violencia, y cuando ésta aparece es que  allí no está Dios. Por eso cuando hay conflictos,  injusticias, mentira, Dios está ausente porque se le cierra la puerta, y como Dios es un "señor" muy educado, no entra y respeta nuestra  libertad.
       Cuando Dios está presente se nota en los frutos, que siempre se traduce en mayor humanidad y preocupación por los demás.
       Desde Pentecostés, Jesucristo Resucitado esta  permanentemente en nosotros, aunque no físicamente visible, pero actúa a través del Espíritu Santo, como él mismo dijo: "El Padre y yo enviaremos el Espíritu Santo, el Defensor; él os ayudará a entender lo que yo os he enseñado".
       Según San Pablo los frutos del espíritu sin: amor, alegría, paz, paciencia, bondad, lealtad , modestia, domino de sí. También nos dice en la segunda lectura  que: "El Espíritu se manifiesta en cada uno para el bien común  del cuerpo" que es la Iglesia; y podríamos añadir: y para el bien común de la humanidad.

LECTIO DIVINA DESDE LA PARROQUIA DE SAN ROQUE DE HELLÍN: ASÍ TAMBIÉN OS ENVÍO YO.


QUIERO VER: PUEDES SENTIRLO

HOJA DOMINICAL DIOCESANA

Primeras Comuniones 19 Mayo 2018



sábado, 12 de mayo de 2018

Día 13 de Mayo de 2018. Domingo de la Ascensión del Señor


LECTURAS

  • Hechos de los Apóstoles 1,1-11
  • Salmo responsorial 46
  • Efesios 4, 1-13
  • Marcos 16, 15-20

      La escena plástica de la Ascensión del Señor pone de relieve lo que significa la Resurrección: el triunfo de Jesús resucitado, de modo que lo que parecía un fracaso,  la muerte en la la cruz, sin embargo fue el paso  por el que Jesús entra a participar de la gloria y vida de Dios de modo definitivo, como decimos en el Credo: "Subió a los cielos y está sentado a la derecha del Padre".
      La Palabra de Dios que escuchamos hoy  nos indica  el fin de  la etapa humana  e histórica de Jesucristo,  una vida  hecha de fidelidad a la voluntad de Dios, una vida en coherencia con los planes  de Dios que llega a plenitud y termina junto a Dios, de donde salió para encarnarse,  haciéndose hombre , ofreciendo la salvación al mundo, esto es, que todo hombre y mujer pueda participar  de la vida de Dios, vida feliz y eterna.
      En consecuencia,  esta fiesta, para nosotros es una fiesta de esperanza porque nos habla y apunta a nuestra meta definitiva, pues nuestra vida está orientada hacia Dios. Él cuenta con nosotros para formar la gran familia de los salvados. Así lo dijo Jesús: "El que cree en mí aunque muera vivirá", y también: "En la casa de mi Padre hay muchas estancias... Cuando vaya y os prepare sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que dónde yo estoy, estéis también vosotros".
Al final de Hechos hay una frase muy significativa: "Galileos, ¿qué hacéis ahí mirando al cielo? Y en el evangelio otra frase también indicativa: "id al mundo entero y proclamad el Evangelio..." Todo lo cual lo podemos interpretar  como que nosotros somos los herederos de aquellos primeros discípulos, y que no podemos estar mirando al cielo y olvidar la tierra, al contrario, mirar al cielo y al mismo tiempo recorrer los caminos del mundo de la mano de Dios. Mirar al cielo significa que Jesús  está a nuestro lado y nos anima en la misión: "Y el Señor cooperaba con ellos, confirmando la palabra con las señales que les acompañaban"


Primeras Comuniones 12 Mayo de 2018

sábado, 5 de mayo de 2018

Día 6 de Mayo de 2018. Domingo 6º de Pascua


LECTURAS


  • Hechos de los Apóstoles 10,25-26.34-35.44-48
  • Salmo responsorial 97
  • 1ª de Juan 4,7-10
  • Juan 15,9-17
     Hoy, la Iglesia  nos invita a tener muy presentes a los enfermos: "La Pascua del enfermo" se llama esta jornada.
     El mandamiento del amor fraterno nos indica que la persona ha de ocupar el centro de todo; la persona es más importante que la ganancia o el ahorro económico. Y sin embargo, en nuestra sociedad la indiferencia es moneda corriente; pasamos también de las personas, por eso, olvidamos o ignoramos el sufrimiento, la soledad del prójimo.
     Todos hemos estado enfermos alguna vez. Un simple dolor de cabeza, un malestar,nos puede hacer entender la limitación  que tiene la persona que "no está bien", que no puede vivir la vida con la normalidad de otras ocasiones. Y valoramos la preocupación  que quien está a nuestro lado  aliviando nuestro dolor o preocupándose de nosotros.
     Jesús pasó de largo ante quien sufría, fueran enfermos o pecadores; el "pasó haciendo el bien", perdonado y curando. Incluso nos enseñó la importancia de acercarse al que sufre, lo hizo con la parábola del "buen samaritano". 
      Nosotros, como Jesús, no podemos ser ajenos al dolor de quien  sufre la enfermedad. Es más, acercándonos al que está enfermo, visitándolo y atendiéndolo, estamos acercándonos a Dios, porque Dios se identifica con el que sufre, como nos asegura Jesús con aquella otra parábola: "Porque tuve hambre y me diste de comer; estuve enfermo y me visitaste", concluyendo Jesús: "Lo que hiciste a uno de estos pequeños, mis hermanos, a mí me lo hiciste"