domingo, 2 de noviembre de 2025

Día 2 noviembre de 2025. Domingo XXXI del Tiempo Ordinario. Todos los Difuntos.

 


LECTURAS

  • Lamentaciones 3, 17-26
  • Salmo responsorial 129, 1-8
  • Romanos 14,7-9.10-12
  • Mateo 25, 31-46

     La razón y fundamento de nuestro ser cristianos es nuestra fe en Jesucristo resucitado, como hemos escuchado en San Pablo y como proclama la Iglesia y confesamos en el Credo: “Creo en la resurrección de la carne y en la vida eterna”. Esta expresión “resurrección de la carne” quiere indicar que es el mismo ser humano de la existencia terrena quien resucita, con todas sus dimensiones, pero transfigurado como  Cristo resucitado, quien fue maltratado, torturado, crucificado, y resucitó al tercer día con esta carne nuestra. Con su resurrección Jesús entró con toda su humanidad en la dimensión definitiva de Dios, llena de claridad y transparencia, donde ya no hay debilidad, ni enfermedad, ni injusticia que pueda afectarle.

    La resurrección de Cristo Jesús es la garantía de la resurrección de nuestra carne; una carne transfigurada, en la que ya no será posible el engaño; carne gloriosa como nos decía ayer san Juan (2ª lectura):”Somos hijos de Dios, pero aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es”.

    Jesús reveló a Marta: ”Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque haya muerto vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre”. Y pocas horas antes de su muerte anunció a los discípulos: “En la casa de mi Padre hay muchas moradas. Cuando vaya y os prepare un lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estéis también vosotros”.

   Con la parábola que hemos escuchado en el Evangelio se nos indica que el camino para ir a Dios pasa por el ser humano. Por ello, dice Jesús “lo que habéis hecho a uno de estos los más pequeños, a mí me lo habéis hecho”; y, por el contrario, “lo que no hacéis a estos, los  más pequeños, tampoco a mí me lo hacéis”. Esta enseñanza de Jesús nos ofrece las pistas de evaluación: criterios que se verifican en el ejercicio de la misericordia, en el día a día, con los hambrientos, forasteros, enfermos, marginados, ancianos y todo el que nos necesita. El ejercicio de la misericordia adopta formas diversas según las necesidades y problemas que surgen y que la vida presenta.

LECTIO DIVINA SAN ROQUE DE ALMANSA