sábado, 20 de diciembre de 2025

Día 21 diciembre de 2025. Domingo IV de Adviento.

 


  • Isaías 7,10-14
  • Salmo responsorial
  • Romanos 1,1-7
  • Mateo 1,18-24


   El evangelio de Mateo, escrito hacia el año 70, se dirige a cristianos de procedencia judía, que conocen la Biblia y esperaban al Mesías,  y por eso es tan importante para él dejar claro que en Jesús se cumplan las Escrituras.

   Antes del pasaje que hoy consideramos, Mateo señala la genealogía de Jesús, que ya leímos el día 17 de diciembre, porque quiere mostrar que Jesús es descendiente de David como habían anunciado los profetas. Pero recordemos que, en dicha genealogía, cuando llega a José, no afirma que él engendró a Jesús, sino que era el esposo de María, de quien nació Jesús.  

   El evangelio de hoy nos muestra cómo José acogió a María sin poner condiciones. Confío en las palabras del Ángel, es decir, en la inspiración que Dios ejerció en su conciencia, que le llevó a decir sí y cumplir la voluntad de Dios.

    Muchas veces ocurren hechos en nuestra vida, cuyo significado no entendemos, y, a veces, nuestra primera reacción es de decepción y rebelión. José dejó de lado sus propios razonamientos para dar paso a lo que acontecía,  lo acogió y asumió con responsabilidad, haciéndolo parte de su propia historia.

    La venida de Jesús en medio de nosotros, su venida histórica hace 2025 años, y la venida actual que sucede cuando escuchamos el Evangelio y celebramos la Eucaristía es un regalo de Dios, por el que Jesucristo, esperanza que no defrauda,  se hace compañero de camino en nuestra propia historia, y se convierte para nosotros en camino, verdad y vida, que nos lleva a la gloria y morada de Dios, dónde “seremos semejantes a él y lo veremos tal cual es”.

 

LECTIO DIVINA DE LA PARROQUIA SAN ISIDRO DE ALMANSA

HOJA DOMIINCAL DIOCESANA