viernes, 24 de septiembre de 2021

Día 26 septiembre de 2021. Domingo 26 del Tiempo Ordinario.

 


«Hacia un <nosotros> cada vez más grande» es el lema con el que se celebra esta Jornada el 26 de septiembre. Y el objetivotomar conciencia de la situación del mundo en el que vivimos ante el desafío de las migraciones y las oportunidades que nos ofrecen de cara al futuro.


LECTURAS

  • Números 11, 25-29
  • Salmo responsorial 18
  • Santiago 5,1-6
  • Lucas 9,38-43.45.47-48



 Hoy comienza el evangelio con  una queja: Juan, el discípulo más joven de Jesús, dice a Jesús  que hay una persona  que echa demonios en su nombre y que se lo han querido impedir porque no es del grupo de discípulos.  La respuesta de Jesús fue: “No se lo impidáis” porque lo que importa es que el bien sea hecho. Estas palabras de Jesús son una invitación a la tolerancia, al respeto y a la alegría por el bien, lo haga quien lo haga, “porque el que no está contra nosotros, está  a favor nuestro”, dice Jesús.

Aquí podemos preguntarnos: ¿Puede colaborar  como voluntaria de Cáritas una persona no creyente o de otra religión? Según la respuesta de Jesús, una persona no creyente debería ser recibida y puede colaborar en Caritas siempre que acepte el ideario de Cáritas: su buena acción y buena colaboración siempre será buena acción y buena colaboración como la de un cristiano. En la misma línea, los cristianos también debemos estar dispuestos a trabajar en iniciativas de carácter cívico, social o humanitario, aunque no sean iniciativas de la Iglesia, porque contribuir a mejorar la sociedad es construir Reino de Dios. Es en este sentido en el que el papa Francisco nos dice que seamos ”Iglesia en salida”, que demos testimonio de nuestra fe más allá de los muros de nuestros templos. Es lo que decía Jesús: “Vosotros sois la sal de la tierra; vosotros sois la luz del mundo,  que brille vuestra luz ante los hombre para que den gloria a Dios”.

 En el Evangelio, Jesús amplía la mirada de sus discípulos, ya que tenían  una mirada exclusivista;  Jesús resalta que todo el que hace el bien no puede estar contra aquel que vino a hacer el bien a la humanidad como era Jesús. Toda persona es capaz del bien, porque todas recibimos los dones de Dios. Por lo mismo, allí donde se trabaja por el bien común, donde se abren las puertas a los descartados, a los vulnerables, allí los cristianos debemos participar. El Señor nos pedirá cuentas de nuestras acciones cuando nos diga: “Lo que hacéis a uno de estos pequeños, mis hermanos, a mí me lo hacéis”.


Crisis migratorias en pandemia

        Un año más, complicado por la pandemia, los obispos también quieren hacer presente en su mensaje las dramáticas crisis migratorias, tanto en las fronteras de Canarias como en Ceuta y Melilla. «Las personas vulnerables en movimiento -recuerdan- siguen llamando a nuestras fronteras. Con ellas sentimos que estamos juntos en un mundo plagado de catástrofes, de guerras y consecuencias del cambio climático que siguen obligando a muchos a salir de su tierra».

        También muestran su preocupación y rezan «por el dolor de quienes, a poco de llegar, intentan abrirse paso en nuestra sociedad y que, en poco tiempo, ha agrandado sustancialmente su desigualdad».

         En este tiempo, «hemos aprendido a constatar que todos estamos interconectados, que compartimos destino y viaje. Sabemos que estamos en el mismo barco en medio de muchas tormentas, donde o permanecemos juntos, o perecemos juntos», añaden los obispos.

HOJA DOMINICAL DOCESANA

 


sábado, 18 de septiembre de 2021

Día 19 septiembre de 2021. Domingo 25 del Tiempo Ordinario.

 

LECTURAS

  • Sabiduría 2, 12.17-20
  • Salmo responsorial 53
  • Santiago 3, 16-4,3
  • Marcos 9, 30-37

La expresión “el Hijo del hombre”,  es una imagen que presenta el profeta Daniel, quien comunica  que Dios mismo dará su Reino a un misterioso “hijo de hombre”, representante del pueblo  sometido al dolor y sufrimiento. Jesús se autopresenta como el “Hijo del hombre”  que entrega su vida por toda la humanidad para liberarla del pecado, del mal y de la muerte, dándole la posibilidad  de ser una humanidad según el proyecto de Dios.

Será tras la resurrección, cuando los discípulos comprenderán las enseñanzas y signos de Jesús, descubriendo  que lo fundamental es darse  a los demás como Jesús, quien dio su propia vida por la humanidad entera.

 Los padres y maestros saben que para que los hijos y los alumnos  se enteren de las cosas hay que repetirlas varias veces y  de forma breve. Los técnicos en publicidad  saben  que un producto entra en le mente humana a base de impactos cortos y repetitivos. También Jesús repite hoy el mismo mensaje que el domingo pasado: “El Hijo del hombre será entregado en manos de los hombres, lo matarán y al tercer día resucitará”. A pesar de ello, los discípulos no se enteran,  porque están en otra cosa. De ahí la pregunta de Jesús: “¿De qué discutíais por el camino?  Discutían entre ellos quien sería el más importante.

Hoy, 2.000 años después, tal vez no hemos cambiado mucho: familias que se rompen, disputas  entre hermanos, entre compañeros de trabajo, entre militantes de partidos políticos, entre miembros del gobierno. También dentro de la Iglesia hay enfrentamientos clericales, búsqueda de puestos de relumbrón,  males que también pueden aparecer entre los fieles en las parroquias  buscando protagonismo,  dando origen a envidias y rivalidades.

Jesús, como buen comunicador, también pronuncia un mensaje breve y categórico, que debe quedar grabado en nuestra mente y que eche raíz en nuestro corazón: “Quien quiera ser el primero, que sea  el último y el servidor de todos”. A esta frase lapidaria, Jesús añade una imagen: hace venir a un niño, lo pone en medio de todos, y se identifica con él, diciendo: “El que acoge a un niño como este en mi nombre, a mí me acoge”. Los niños en tiempos de Jesús, hasta los 12-13 años no contaban en la sociedad judía. Poniendo esta imagen, Jesús está diciendo  que quien acoge a  los pequeños y humildes, a los que no cuentan, los enfermos, ancianos,  los marginados, están acogiendo a Jesús mismo.  El papa Francisco llama a nuestra sociedad: la sociedad del “descarte”, porque al que no sirve o estorba se le tira o echa fuera: el aborto provocado voluntariamente, la eutanasia, el abandono de los ancianos, rechazo del inmigrante  del que, por otra parte,  se abusa  dada su indefensión, son ejemplos ilustrativos.

Cuando llegue el momento de la verdad, Jesús  nos dirá: “Lo que hiciste a uno de estos pequeños, mis hermanos, a mí me lo hiciste”,  que es lo mismo que “El que acoge a un niño como éste, a mí me acoge”.

 

 HOJA DOMINICAL DIOCESANA

 



sábado, 11 de septiembre de 2021

Día 12 septiembre de 2021. Domingo 24 del Tiempo Ordinario.

 

    LECTURAS

  • Isaías 50, 5-9a
  • Salmo responsorial 114
  • Santiago 2, 14-18
  • Marcos 8, 27-35


En el evangelio de este domingo contemplamos  dos escenas, muy cercanas  y a la vez opuestas: por una  parte  Pedro, reconoce la identidad y grandeza de Jesús, al confesar públicamente “Tú eres el Mesías”.  Pero en la mente de Pedro está la misma concepción  que tenían los judíos de la época, que entendían el Mesías como liberador del pueblo  de la opresión romana e instaurador de un reinado político  en el que Dios se haría de respetar. De ahí que, cuando poco después, Jesús habla de sufrimiento, muerte y resurrección, Pedro intentó disuadirlo, diciendo a Jesús: “Aparta de ti tales pensamientos, eso no te puede suceder”.

 Tanto Pedro como el resto de los discípulos  no habían entendido el sentido de la misión de Jesús. Jesús deja claro que su misión pasa por el sufrimiento, es decir, Jesús vive su humanidad con todas sus consecuencias, y una de ellas es que habría quienes no entenderían  ni querían entender  su mensaje, y buscaron quitarlo de en medio, como así sucedió  con su pasión y  muerte.

Si  alguien nos preguntara: ¿Quién es para ti Jesucristo? ¿Qué has visto en él para seguirle y ser cristiano? Sin negar lo que dice el catecismo, ¿Qué respuesta daríamos desde un punto de vista vivencial, según yo siento a Jesucristo en mi vida?

Decirnos a nosotros mismos con nuestras propias palabras  quien es Jesucristo para mí, cómo afecta a mi vida, puede ser de gran ayuda para crecer en la relación  con él y madurar en la fe.

Como al apóstol Pedro, nosotros también  tenemos necesidad  de dejar que Jesús  nos corrija la visión tal vez errónea que podemos tener de él. Hay que escuchar a Jesús para que corrija nuestras formas de pensar muy humanas, y a  veces no precisamente de acuerdo con lo que Dios quiere y espera de nosotros. Por eso,  Jesús siempre nos dirá: “Si alguno quiere venir en pos de mí, cargue con su cruz y me siga”, que dicho con otras palabras equivale a decir: “Mira, yo voy hacia el Padre, si quieres salvar tu vida, tienes que venir conmigo, porque yo soy el camino que conduce a la vida”.  La cruz es nuestra realidad humana, incluyendo la presencia del mal, presente en el mundo, al que tenemos que combatir, incluso con sufrimiento, pero sabiendo que nuestra meta como la de Jesucristo es la resurrección y la vida en Dios. 


LECTIO DIVINA DESDE LA PARROQUIA DE SAN ROQUE DE HELLÍN: 

HOJA DOMINICAL DIOCESANA


sábado, 4 de septiembre de 2021

Día 5 septiembre de 2021. Domingo 23 del Tiempo Ordinario.

 

LECTURAS

  • Isaías 35,47a
  • Salmo responsorial 145
  • Santiago 2,1-15
  • Mc 7,31-37

El relato del evangelio de hoy no es sólo crónica de un hecho sucedido, sino que además está lleno de simbolismo. En los Profetas, la ceguera y la sordera  eran símbolos de resistencia  a la palabra de Dios. En el evangelio es símbolo de incomprensión  y resistencia al mensaje de Jesús.

En el rito del bautismo, 60 años atrás, había un gesto que hacía el sacerdote sobre el bautizando,  que se suprimió, sin duda por razones de higiene,  y es el mismo gesto que realizó  Jesús con el sordomudo: el sacerdote ponía saliva en los oídos del que iba a ser bautizado, y le decía la misma palabra que pronunció Jesús: “Effetá”: “¡ábrete!”, indicando con tal gesto que el nuevo bautizado era capacitado y llamado a escuchar la palabra de Dios, necesaria para crecer en la fe. Esto nos lleva a preguntarnos: ¿con qué actitud escucho o leo la Palabra de Dios? ¿Lo hago con alegría, con ganas de saber lo que Dios quiere de mí?

 Hay personas que piensan que ser cristiano consiste sólo en rezar,  repitiendo oraciones aprendidas de memoria, que se dicen muchas veces rutinariamente, esperando que  den buena suerte y que Dios se ponga contento. Orar o rezar es, ante todo, ponerse en presencia silenciosa  y agradecida ante Dios que nos quiere por encima de todo y se comunica con nosotros. Santa Teresa decía que “orar es  tratar de amistad, estando muchas veces a solas con quien sabemos  que nos ama”.

La postura de cerrarse a la Palabra de Dios es bastante frecuente, y olvidamos  que escuchar la Palara de Dios  es el medio que nos permite descubrir la salvación que Dios ha depositado dentro de cada persona.













CATEQUESIS CURSO 2021-2022


    Como estamos a punto de comenzar el nuevo curso  de catequesis 2021-2022, los padres que deseen que sus hijos participen en la Catequesis, pueden pasar por la parroquia, donde recibirán la carta de  instrucción  sobre detalles de catequesis y la ficha de inscripción. 
    Disponen de todo el mes de septiembre hasta el día 30 del mismo, en que tendremos una reunión del párroco y catequistas con padres.  La inscripción se hace a partir de 2º curso de primaria.
    La Catequesis comenzará con el mes de octubre en los días que se indican a continuación
   -  5 de octubre, los niños de 2º año;
   -  6 de octubre, los de 3º año; 
   -  7 de octubre, los que comienzan el 1º año.