sábado, 21 de diciembre de 2024

22 diiciembre de 2024. Domingo IV de Adviento.

 



La cuarta vela de la Corona de Adviento representa el amor

Esta luz nos llama a vivir en amor y a compartir ese amor con los demás, recordándonos que el verdadero significado de la Navidad reside en el amor que se manifiesta a través de gestos de bondad, compasión y solidaridad.

LECTURAS

  • Miqueas 5, 1-4a
  • Salmo responsorial 
  • Hebreos 10, 5-10
  • Lucas 1, 39-45

     El Evangelio de hoy nos pone delante a dos mujeres: María e Isabel; dos mujeres que han encontrado a Dios y han aprendido la lección de que solo el amor de Dios es importante.

     La palabra “encuentro” es la clave del evangelio de hoy. Cómo escuchamos el domingo pasado, el encuentro del Ángel Gabriel con Maria, a quien le anuncia cómo Dios se ha fijado en ella, provoca la respuesta de María, dando entrada a Dios en la humanidad, concibiendo, gestando y dando a luz al hijo Jesús. Y ese encuentro de María con Dios lleva a María al encuentro con Isabel, su pariente, que esperaba un hijo y ya estaba en el sexto mes de embarazo.

    En la joven María, embarazada y en camino, atravesando Palestina de norte a sur para encontrarse con su parienta Isabel, se muestra el amor traducido en servicio, “María que va a prisa hacia la montaña” para compartir su alegría con una madre, Isabel, que había sido estéril, y al mismo tiempo, servirla en aquellos meses delicados. El ejemplo de María nos motiva para ir al encuentro de los otros, particularmente de los más necesitados. No se trata de hacer “cosas grandes”. Quizás sencillamente ofrecer nuestra amistad a esa persona hundida en la soledad o la depresión, estar cerca de ese joven que sufre una incertidumbre frente a su futuro, tener paciencia con ese anciano que busca ser escuchado por alguien, apoyar a alguien que no tiene trabajo, o bien tratar de colaborar con un proyecto solidario.

    Cada año, en el cuarto Domingo de Adviento, el Evangelio pone ante nuestros ojos a María, que supo esperar y abandonarse a Dios.

Este episodio, del encuentro de María con Isabel, nos recuerda las visitas de Dios a nuestra vida, y nos recuerda también, que Dios nunca nos deja solos cuando le necesitamos. Ya lo dijo Jesús en su despedida de los apóstoles: “Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos”.

     Dentro de tres días celebraremos la Navidad, que es la fiesta de la Vida. Cristo ha venido para ser Vida y Luz para todo hombre y mujer. Él nos da el poder de ser hijos de Dios, si lo acogemos con fe.

    Que al saludarnos y decir ¡feliz Navidad! en estos días, lo digamos sintiéndonos hijos de Dios y hermanos unos de otros, y no simplemente como una fórmula social. Que así sea, y ¡Feliz Navidad a todos!

 


HOJA DOMINICAL DIOCESANA

domingo, 15 de diciembre de 2024

Día 15 diciembre de 2024. Domingo III de Adviento.

 

LECTURAS

  1. Sofonías 3, 14-18
  1. Salmo responsorial
  1. Filipenses 4, 4-7
  1. Lucas 3, 10-18

La enseñanza y testimonio de Juan Bautista tocaba los corazones de las gentes, y de ahí que se preguntaran y le pidieran consejo: “Entonces ¿Qué debemos hacer?” Es la pregunta que se hace quien busca la verdad y no se limita a seguir la corriente, o hacer lo que todo el mundo hace, aunque no esté bien. Es la pregunta que se ha hace toda persona que busca coherencia de vida, y quiere que su vida este dirigida por una conciencia recta, cuyo fruto será la alegría.

 Ante la pregunta: “qué debemos hacer?, Juan responde con mucha sencillez, pero con mucho realismo, enseñándonos a humanizar las realidades donde vivimos:  

-Prestar atención a quienes viven bajo el umbral de la pobreza, y de ahí la propuesta: “El que tenga dos túnicas, que comparta con el que no tiene”.

-A los funcionarios encargados de los impuestos les dice: “no exijáis más de lo establecido”; es una llamada contra la corrupción, viejo pecado de entonces y también de ahora, como estamos viendo en nuestro propio país. La justicia obliga a dar a cada uno lo que le corresponde; exigir más de lo establecido por la ley es corrupción; dar a otros más de lo establecido por la ley, eso es caridad.

- A unos soldados, educados para responder con la fuerza y el poder, Juan les dice: “no hagáis extorsión a nadie, no os aprovechéis con denuncias en beneficio propio, sino contentaos con la paga. En definitiva, para responder a la pregunta ¿qué debemos hacer? necesitamos entrar en las zonas oscuras de nuestra vida personal y de nuestro mundo o sociedad.

San Pablo en la segunda lectura dice a los cristianos de Filipos: “Que vuestra mesura la conozca todo el mundo. El Señor está cerca”. ¿Qué es la mesura? Es la medida justa, que, para un cristiano consiste en vivir usando la medida de Dios, como dijo Jesús: “Tratad a los demás como quisierais que Dios os trate a vosotros; la medida que quieres que Dios use con vosotros, usadla vosotros con el prójimo”.

Vivir con este espíritu es vivir reconociendo que el Señor está cerca. Esto es ver y tratar a Dios en el prójimo, y esto hará que el prójimo vea a Dios en nosotros, porque con nuestro buen hacer, hacemos transparente a Dios en nuestra vida.


LECTIO DIVINA DE LA PARROQUIA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA

HOJA DOMINICAL DIOCESANA


CELEBRACIÓN PENITENCIAL COMUNITARIA

El próximo viernes, a las 20,00h tendremos la Celebración Penitencial de Adviento. Estarán presentes varios sacerdotes para la confesión personal


 

domingo, 1 de diciembre de 2024

Día 1 diciembre de 2024. Domingo i de Adviento Ciclo C

 



LECTURAS

  • Jeremías 33, 14-16
  • Salmo responsorial  24, 4bc-5ab.8-10.14
  • 1 Tesalonicenses 3, 12-4,2
  • Lucas 21, 25-28.34-36




Al decir de la venida de Jesucristo, hablamos de dos momentos. El primero es la venida en la historia, encarnándose, haciéndose hombre, viviendo con sencillez y humildad, entregándose a los demás hasta la muerte y resurrección. Es el acontecimiento que celebramos el día de Navidad, y que es un regalo para cada uno de los hombres y mujeres, y, por tanto, para todos los pueblos de la tierra.

El segundo será el retorno de Jesucristo en su gloria y majestad; será la “venida de nuestro Señor Jesús con todos los santos”, como hemos escuchado en la segunda lectura. No será el fin del mundo creado, sino el retorno visible de Cristo victorioso, poniendo fin a este mundo injusto y de muerte, instaurando el Reino del amor, la justicia y la paz, como es la vida de Dios, y entonces será la realización plena y definitiva de la obra salvadora de Dios. Esto lo expresa el evangelio de hoy cuando dice: “Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube con gran poder y gloria”.

  La venida del Señor es regalo de Dios que, como tal, debe motivarnos a ser agradecidos con Dios, y al mismo tiempo, nos mueve a vivir con alegría, lo que se debe traducir en una vida de sencillez, de amor, de paz.

Además, el tiempo de Adviento, debe avivar nuestra esperanza, que no es simple esperar a que llegue la fiesta, sino esperanza activa, y por ello, Jesús en el evangelio nos advierte: “Tened cuidado vosotros, no sea que se emboten vuestros corazones con juergas, borracheras y las inquietudes de la vida”. Como vemos es una llamada a estar vigilantes, es decir, vivir sabiendo que cada momento de nuestra vida es importante, que cada decisión nuestra es respuesta a la llamada escondida de Dios, y que una respuesta puede construir o destruir. El Adviento es también llamada a hacer frente a un peligro de nuestro tiempo, como puede ser el desencanto de todo, o la convicción de que” no hay nada que hacer”.

 Jesucristo es la raíz de nuestra esperanza, que no es pensar ingenuamente que las cosas mejorarán, sino la convicción de que Dios quiere y hace posible una vida de amor, de servicio, de paz, y esto será realidad si nosotros contribuimos a hacerlo posible, porque Dios siempre es fiel, y espera nuestra respuesta confiada y fiel.  

La Palabra de Jesús no nos evita los problemas, pero nos ayuda a hacerles frente. Nos dispone a la escucha, a la mirada vigilante, invitándonos a una dinámica de conversión, liberándonos así de los vicios e ídolos de los que nos rodeamos, dejando que el Niño de Belén ocupe el centro de nuestra vida.



LECTIO DIVINA DESDE LA PARROQUIA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA

HOJA DOMINICAL DIOCESANA

 

 


viernes, 22 de noviembre de 2024

Día 24 noviembre de 2024. Último domingo del año. Fiesta de Jesucristo, Señor del universo.

 

LECTJURAS 

  • Daniel 7,13-14
  • Salmo responsorial 92, 1-2-5
  • Apocalipsis 1, 5-8
  • Juan 18, 33b-37




    Jesús no es rey por la fuerza de sus hombres, sino porque es “testimonio de la verdad”, porque en él se encarna el verdadero rostro de Dios, reflejado en él, y es también el verdadero modo del ser humano, según el proyecto de Dios, que se manifiesta en la verdad de sus gestos y palabras, como fue su predicación y predilección por los pecadores, los débiles y marginados. Jesús mismo se nos ofrece para que lo escuchemos, y lo hagamos experiencia y vida concreta en cada uno de nosotros.

    El domingo pasado, la Palabra de Dios nos hablaba, no del fin del mundo natural, sino del fin de este mundo injusto y alejado del proyecto de Dios, y también nos hablaba de la vida futura junto a Jesucristo resucitado. Hoy se nos muestra a Jesús, en la lectura del Apocalipsis, como el “Hijo del hombre” que viene a instaurar su reino aquí y ahora, como inicio de su reinado eterno.

    Nosotros como ciudadanos de este mundo, formamos parte de la sociedad civil, y como tales tenemos el deber de colaborar en ella con nuestro esfuerzo, trabajo y mirada crítica cuando sea necesario. Pero por encima de todo, somos ciudadanos de otro reino, que tiene a Cristo por cabeza y rey. Él es el primogénito de entre los muertos,

    Él ha dicho “mi reino no era de este mundo”, afirmación que nos recuerda que nuestra vida terrena no lo es todo; que estamos llamados a una vida más allá, que ha comenzado aquí ahora. Y esa vida futura y definitiva es un reino de paz y fraternidad universal, de entendimiento y unidad, de vida sin muerte.

    Daremos testimonio de Jesucristo y seremos signos de su reino si procuramos, por todos los medios, que los ideales que Jesús nos propone lo vayamos haciendo realidad en el contexto histórico en que vivimos: contribuyendo a la paz entre los pueblos, el respeto a las personas, la protección de las familias, la solidaridad con los más pobres y desfavorecidos, haciendo posible el diálogo con personas que piensan de otra manera, búsqueda en mejorar la organización y distribución de la riqueza, y todo aquello que suponga llegar al bien común de todos. 


 LECTIO DIVINA DE LA PARROQUIA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA


HOJA DOMINICAL DIOCESANA

 

 

 

 


sábado, 16 de noviembre de 2024

Día 17 noviembre de 2024. Domingo XXXIII del Tiempo Ordinario.



 



LECTURAS

  • Daniel 12, 1-3
  • Salmo responsorial 15, 5.8.9-10.11
  • Hebreos 10, 11-14.18
  • Marcos 13, 24-32


      “Después de la gran angustia, el sol se oscurecerá, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo...” ¿Qué significan estas imágenes literarias? ¿Qué quieren decir estas palabras de Jesús?  Con estas palabras y ejemplos enigmáticos, Jesús anuncia el proceso de liberación de la historia humana y de nuestra propia historia. La “gran angustia” representa un tiempo como el nuestro, en el que parecemos destruirnos unos a otros, y donde los falsos valores brillan, dominan y se imponen.

      “Las estrellas caerán del cielo” simbolizan las fuerzas del mal y de la muerte, es decir, los poderes opresores que encarnan los sistemas ideológicos y económicos, que esclavizan a los seres humanos y causan tantas injusticias y sufrimientos. Caerá este mundo viejo, dominado por la violencia y la injusticia, marcado por la desigualdad y la pobreza, que vive de fachada, de la manipulación, instalado en la mentira y carente de sentido. 

     “Entonces verán venir al Hijo del Hombre sobre las nubes con gran poder y gloria”. Este “Hijo del hombre” es Jesucristo resucitado, es decir, la Nueva Humanidad. Su gran fuerza de Vida y Resurrección pondrá fin a la muerte; y su gloria se anuncia como el gran triunfo del Hijo del Hombre sobre los opresores, cumpliéndose lo que decimos en el Credo: “desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin”.    

     Esta venida del Hijo del Hombre es un mensaje de esperanza. No se trata del final del mundo natural, sino más bien, el final de un mundo injusto. No es el temor, sino la esperanza lo que nos trae el Evangelio de hoy: a pesar de la situación actual de este mundo que excluye a los más pobres, a pesar de tantos sufrimientos sociales y personales que oscurecen el sentido de la vida humana.

 Termina Jesús añade con una pequeña parábola: “Aprended de esta parábola de la higuera”.  La parábola hace referencia a la primavera en que todo reverdece y que anuncia los frutos del verano. Es como si nos dijera que los frutos de la Vida de Dios están cerca, como los de la higuera. Jesús quiere hacer comprender a sus discípulos y a todos nosotros que, en las situaciones difíciles que atravesamos, Él está siempre cerca. Por su Resurrección Cristo está presente en el tiempo y en la historia.




LECTIO DIVINA DE LA PARROQUIA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA


HOJA DOMINICAL DIOCESANA


domingo, 10 de noviembre de 2024

Día 10 noviembre de 2024. Domingo XXXII del Tiempo Ordinario.

 


LECTURAS

  • Reyes 17, 10-16
  • Salmo responsorial 145, 7-10
  • Hebreos 9 24-28
  • Marcos 12, 38-44


Podemos preguntarnos: ¿nos parecemos a la viuda pobre del evangelio que entrega de corazón lo que tiene, o damos solo de lo que nos sobra? Al decir “dar”, no pensemos solo en dinero, sino que, pensemos también en estar cerca de los demás, dedicándoles nuestro tiempo y atención, en nuestra familia y con los de fuera.

  El evangelio nos ayuda a hacer como Jesús, que valora a las personas por lo que son, por su actitud de servicio y solidaridad, y no por los bienes que tienen y acumulan, ni por el éxito social logrado.

La auténtica relación con Dios comienza cuando empezamos a compartir, no de lo que nos sobra, sino compartir aquello de lo que tenemos necesidad, porque compartir significa “partir-con el otro”, es decir, dar parte al otro.

Recordemos la valoración que hace Jesús: “Esa pobre viuda ha echado en el arca más que nadie, porque ha echado lo que tenía para vivir”.

 Hay situaciones en la vida que, sin buscarlas, nos sitúan ante problemas que nos obligan a tomar decisiones en conciencia. Es el caso de las lluvias torrenciales o DANA de días pasados, afectando a poblaciones como Letur, Mira (en CLM), y los pueblos cercanos a Valencia, víctimas de las inundaciones, que estamos siguiendo estos días por la prensa, TV y mensajes WhatsApp.

Junto al drama que sufren tantas familias, valoramos la valentía y coraje de tantos miles de personas que, de todas partes de España, se están desplazando para ayudar en la limpieza de dichos lugares. Lo mismo, tantas personas que están colaborando enviando alimentos, medicinas y dinero, para echar una mano en ese drama humano.


LECTIO DIVINA DE LA PARROQUIA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA

HOJA DOMINICAL DIOCESANA

 

sábado, 2 de noviembre de 2024

Día 3 noviembrede 2024. Domingo XXXI del Tiempo Ordinario.

 

LECTURAS


  • Deuteronomio 6, 2-6
  • Salmo responsorial 17, 2-3a.3bc-4.47.51ab
  • Hebreos 7, 23-28
  • Marcos 12,28b-34


La respuesta de Jesús al maestro de la ley sigue siendo válida para nosotros. Es como si Jesús le respondiera, y nos respondiera a cada uno de nosotros: Lo único importante es amar. No hay nada más decisivo que amar a Dios con todo el corazón y amar a los demás como nos amamos a nosotros mismos.  El amor es lo que verdaderamente da sentido a nuestra vida; es la clave de nuestra vida personal y social. Hoy el evangelio nos invita a centrarnos en lo esencial, a vivir lo que nos construye, nos humaniza.

Hoy no nos basta con un Dios de catecismo, con un Dios aprendido de memoria. Necesitamos hacer la experiencia interior de Dios y desde el evangelio, la oración y la Eucaristía, encontrarnos vitalmente con Él, y desde Él, salir al encuentro de los otros: encontrarnos con los hambrientos, los desnudos, los emigrantes, los enfermos, y todos los necesitados.  Jesús nos invita a descubrir que lo esencial siempre tiene un rostro humano, por eso dirá: “lo que hicisteis a uno de estos pequeños, mis hermanos, a mí me lo hicisteis”.

 En estos días pasados, hemos contemplado la tragedia provocada por las lluvias torrenciales en Letur, Utiel y otros pueblos próximos a Valencia. Al mismo tiempo que la desgracia, descubrimos muchos gestos de solidaridad, tantas personas que han dejado sus casas y se han desplazado para ayudar en las tareas de limpieza. Seguro que habrá otros gestos de ayuda económica solidaria para hacer frente a tantas necesidades y problemas que han sobrevenido a los vecinos de dichos pueblos. Estos son gestos de amor, amor al prójimo que es también amor a Dios, para quien no pasan desapercibidos, al contrario, encontrarán palabras de felicitación por parte de Jesús: “Lo que hiciste en favor de los damnificados, me lo has hecho a mí”.

Nuestra oración hoy puede ser: Señor, que sepamos acoger el amor que tú nos ofreces siempre; ayúdanos a procurar que quienes nos rodean se sientan amados de verdad.



LECTIO DIVINA PARROQUIA DE SAN ROQUE DE ALMANSA

HOJA DOMINICAL DIOCESANA

 

viernes, 25 de octubre de 2024

Día 27 octubre de 2024. Domingo XXX del Tiempo Ordinario.



 

LECTURAS

  • Jeremías 31,7-9
  • Salmo responsorial
  • Hebreos 5,1-6
  • Marcos 10,46-55

Podemos apreciar el contraste entre los discípulos que van con Jesús, pero que parecen ciegos, porque no ven más allá de sus propios intereses y ambiciones. Y, por otra parte, el ciego Bartimeo, quien, teniendo los ojos cerrados, sin embargo, sí ve a Jesús. “El ciego Bartimeo estaba sentado al borde del camino pidiendo limosna”, nos relata el evangelio. Es decir, esta inmóvil, no puede avanzar en el camino, la vida se ha parado con él; está a merced de la ayuda que los otros quieran darle, vive en estado de dependencia permanente, ha perdido su libertad.

Este ciego representa también a una multitud de hombres y mujeres de nuestro tiempo, necesitados de luz y de sentido. Todos somos un poco el ciego Bartimeo.

 Con toda seguridad, el ciego Bartimeo había oído hablar de Jesús. Le han contado de sus milagros y curaciones que realiza. Conoce también las antiguas profecías que dicen que, en el tiempo del Mesías, los ciegos verán y los cojos caminaran. Cree en ello, y por eso con toda su fuerza grita: “Jesús, hijo de David, ten compasión de mí”. Y Jesús no pasa de largo. Lo escucha, se detiene y lo hace llamar. En ese momento cambian de actitud aquellos que le regañaban: “Ánimo, levántate, que te llama”. Y el ciego: “soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús”. Tantos días, tantos años esperando una oportunidad, un momento como éste. Finalmente se encuentra con Jesús.

“¿Qué quieres que te haga?” le dice Jesús; y la respuesta del ciego es inmediata: “Rabbuni, haz que recobre la vista”. El ciego cree realmente que Jesús puede salvarlo de la ceguera y darle la vista, como así fue: “Anda, tu fe te ha salvado”. Jesús con su palabra certifica que el milagro es fruto de la fe. Y aquel hombre recobró la vista. El ciego Bartimeo, una vez curado, no se fue a su casa, sino que siguió permanentemente como discípulo de Jesús, como indica el evangelio: “Lo seguía por el camino”.

 Bartimeo es el modelo de todo el que desea ser discípulo/a de Jesús, y que quiere verse libres de su ceguera para seguirlo por el camino de la vida de cada día y que lleva a una vida plena de sentido.  


LECTIO DIVINA DE LA PARROQUIA SAN ISIDRO DE ALMANSA

HOJA DOMINICAL DIOCESANA

 


domingo, 20 de octubre de 2024

Día 20 octubre de 2024. Domingo XXIX del Tiempo Ordinario. Jornada del DOMUND.

 



LECTURAS

  • Isaías 53, 10-11
  • Salmo responsorial 32, 4-5.18-19.9,2
  • Hebreos 4,14-16
  • Marcos 10,35-45


  •   Las lecturas de hoy nos pueden ayudar a comprender el sentido de la auténtica misión de la Iglesia, al celebrar hoy la Jornada del Domund: día mundial de la propagación de la fe.
  •  El Concilio Vaticano II nos recordó que “la Iglesia es misionera por naturaleza”, y esto se desprende del mandato de Jesús: “Como el Padre me envió, así os envío yo “… “Id a todos los pueblos, anunciad el Evangelio, enseñando lo que os he mandado, bautizando a los que crean”, frase que recoge el lema del Domund-2024: “Id a los cruces de los caminos e invitad al banquete”. Y los que anuncian el Evangelio: sacerdotes, religiosos-as, laicos, como es el caso de los catequistas y grupos pastorales en las parroquias, son misioneros que anuncian a Jesucristo, bien en lugares donde no se conoce a Jesús, bien en las parroquias, ayudando a iniciar en la fe a niños, jóvenes y adultos; los esposos cristianos son misioneros especialmente en la “Iglesia doméstica”, que es su propia familia. Por eso cuando presentan a sus hijos para ser bautizados, declaran que saben y se comprometen a educarlos en la fe para que conozcan a Cristo y amen a Dios y al prójimo.
  •   Anunciar el Evangelio, suscitar la fe en Jesucristo Salvador significa servir. Y esto debemos hacerlo con nuestra forma de vida al estilo de Jesús, pero también con las palabras adecuadas para que Jesucristo sea conocido, amado, creído y celebrado. Igualmente, en este día del Domund nos sentimos agradecidos por los misioneros que en otras tierras anuncian a Jesucristo, y lo hacen en nombre de la Iglesia. De aquí que también en este día especialmente, dediquemos algo de nuestros bienes, que hacemos con nuestra colaboración económica en la colecta, para hacer posible que los misioneros lleven a cabo la misión de anunciar el Evangelio allí donde están, con frecuencia e tierras lejanas, en situaciones adversas y de subdesarrollo. 

LECTIO DIVINA DE LA PARROQUIA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA

HOJA DOMINICAL DIOCESANA



viernes, 11 de octubre de 2024

Día 13 octubre de 2024. Domingo XXVIII del Tiempo Ordinario.

 

LECTURAS

  • Sabiduría 7,7-11
  • Salmo responsorial  89, 12-13.14-15.16-17
  • Hebreos 4,12-13
  • Marcos 10,17-30


Llama la atención el individuo del evangelio, un joven según el evangelio de Mateo, que tiene todo lo que hoy se requiere para ser feliz (juventud, riqueza, estatus social), sin embargo, siente un vacío en su vida, y se acerca a Jesús de Nazaret, de quien espera una respuesta que calme su angustia. No parece preocuparle la vida terrena, que la tiene resuelta; él pregunta dónde encontrar una vida plena y llena de sentido.

  Jesús le contesta: “¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno, más que Dios”, lo que significa que: solo Dios es el último fundamento de todo. Sin Dios el ser humano no sabe a dónde va; solo Dios da sentido a nuestra vida y plenitud para siempre. La respuesta de Jesús al joven: “cumple los mandamientos”, es también la propuesta que nos hace Jesús a nosotros hoy, posiblemente en estos términos: ahí tenéis mi Palabra, que es el evangelio, léelo y medítalo; ahí tienes mi familia según la fe, la Iglesia, que te ayuda a conocerme; ahí tienes los sacramentos, momentos del encuentro más personal con Dios mientras caminamos por este mundo.

 Hay un gesto en el evangelio con mucho contenido: la mirada de Jesús. Si el evangelista pone de relieve la “mirada” de Jesús es porque debió ser algo que impresionó a los testigos de la escena. Jesús comienza a mirar a aquel joven de un modo nuevo. Se diría que, mirándolo, Jesús descubre quién es ese joven en su interior. Es la mirada de Dios sobre todo ser humano, porque Dios por encima de todo nos ama, pero debemos corresponder, dejando que esa mirada de amor entre en nosotros, es decir, que nos sintamos queridos por Dios.

Un “cristiano” es el que sigue a Cristo, escucha su Palabra, conoce su vida, y se esfuerza por vivir como Cristo vivió.  Un cristiano así es distinto de un simple “bautizado”, porque podemos estar bautizados, pero no seguir ni cumplir lo que Cristo nos propone como modo de ser feliz en lo que somos y hacemos ahora, y feliz plenamente en la vida del Reino de Dios o vida eterna.

Nosotros no carecemos de nada, o de casi nada, y, sin embargo, a pesar de tenerlo todo, se nos ve tristes, no somos felices. ¿Por qué no tenemos la alegría del Evangelio? Tal vez, porque vivimos una búsqueda desenfrenada de bienestar material, tentados por una publicidad que nos ciega, a la que respondemos muchas veces inconscientemente, una sociedad que nos invita a lo superficial, al consumismo, a disfrutar el momento presente, sin mirar hacia la meta final.

Quien no lee el Evangelio, quien no celebra y participa cada domingo de la Eucaristía, quien no celebra los sacramentos, difícilmente puede encontrarse con Jesucristo, que está siempre a la espera para mirarnos con amor y decirnos “ven y sígueme”.


LECTIO DIVINA DE LA  PARROQUIA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA

viernes, 4 de octubre de 2024

Día 6 octubre de 2024. Domingo XXVII del Tiempo ordinario.

 

LECTURAS

  • Génesis 2,18-24
  • Salmo responsorial 127, 1-2.3.4-5.6
  • Hebreos 2, 9-11
  • Marcos 10, 1-12

 El “repudio” (que hoy llamamos “divorcio”), en la época de Jesús era una tremenda discriminación de la mujer. Había toda una casuística con razones ridículas para despedir a la esposa: si la mujer se despistaba y se le quemaba la comida, si el marido había encontrado otra mujer más atractiva, etc., eran motivos de “repudio” por parte del varón. Jesús rompe con esta interpretación machista por la cual el hombre podía despedir a su mujer por cualquier causa y se pone de parte del más débil, en este caso la mujer.

 Ante la pregunta-trampa que los fariseos le hacen, arguyendo desde una ley antigua que daba al hombre el poder de expulsar a su mujer de la familia, Jesús le remite al designio original de Dios, y lo hace citando el primer libro de la Biblia, el Génesis, donde está escrito: “Serán dos en una sola carne”; esta es una expresión hebrea que significa: “dos en plena comunión de amor”. Es decir, contra la mentalidad y cultura judía de la época, Jesús afirma la igualdad del hombre y de la mujer, fundamentadas en el amor, que sólo es posible si hay igualdad y dignidad.

 Jesús termina la discusión con las palabras del Génesis: “Lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre”, con lo que afirma que el amor verdadero no se acaba nunca. Dios que es amor ha puesto la semilla del amor en el corazón del hombre y de la mujer para que vivan el matrimonio en plena comunión de vida. En consecuencia, Dios no quiere mujeres sometidas al varón, Jesús no admite la superioridad del varón y el sometimiento de la mujer, sino que afirma la igualdad y dignidad de ambos, cuyo fruto debe ser un amor verdadero entre ambos.

Dios nos ha creado a su imagen y semejanza; y justamente, por eso, tenemos capacidad de amar. Y es precisamente cuando nos amamos cuando nos parecemos a Dios. Por eso dirá Jesús a todos sus discípulos:” Amaos unos a otros como yo os he amado”.

El matrimonio cristiano es el lazo de unión por el que un hombre y una mujer se comprometen a vivir amándose el uno al otro durante toda la vida, como Cristo nos ha amado, siendo así reflejos del amor de Dios.


LECTIO DIVINA DE LA PARROQUIA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA
 

 

 


viernes, 27 de septiembre de 2024

Día 29 septiembre de 2024. Domingo XXVI del Tiempo Ordinario.

 

LECTURAS

  • Números 11,25-29
  • Salmo responsorial 18, 8.10.12-13.14
  • Santiago 5, 1-6
  • Marcos 9, 38-43.45.47-48

    El evangelio relata la queja del discípulo Juan a Jesús, al que dice: “Hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no viene con nosotros”. La respuesta de Jesús no se hace esperar: “No se lo impidáis, porque el que hace milagros en mi nombre, no puede hablar mal de mí”. Con estas palabras Jesús descalifica la intolerancia, porque lo que importa es que se haga el bien. Así, Jesús nos invita al respeto y a la alegría por el bien que se hace, lo haga quien lo haga. La pretensión de monopolizar el bien y la verdad son actitudes extrañas a Jesús y, en consecuencia, deben ser extrañas a los discípulos de Jesús que somos nosotros, los cristianos, como ya declaró el concilio Vaticano II: “Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en el corazón de los discípulos de Cristo” (GS 1)

  ¿Qué significa hoy “echar demonios”? Significa liberar de las esclavitudes, es luchar contra el mal, contra todo aquello que impide una vida plenamente humana. Así pues, todos los que, de alguna manera, trabajan por el crecimiento y la liberación de la vida del ser humano “están con nosotros”, dice Jesús.

    Jesús s muestra una segunda prioridad, que la podemos apreciar en todas las páginas de los evangelios: son los pequeños, los que no cuentan, los marginados. Y por eso, Jesús añade:” El que os dé a beber un vaso de agua porque sois de Cristo, no se quedará sin recompensa”. Dar un vaso de agua es una expresión concreta de acogida y de solidaridad. “Dar un vaso de agua” era el modo de hablar de la época, que no debemos de entenderlo al pie de la letra. Jesús quiere decir que cualquier acción que ayude a los demás a ser más humanos, beneficia no sólo al que lo recibe, sino, en primer lugar, al que lo hace, porque la recompensa está en la misma acción.

    Y, por último, Jesús hace una llamada a vivir su seguimiento, no a medias tintas, sino con radicalidad, como expresan sus palabras: “Y, si tu mano te induce a pecar, córtatela… si tu pie te induce a pecar, córtatelo…  si tu ojo te induce a pecar, sácatelo.... “. Ciertamente las palabras de Jesús, fuertemente expresivas no hay que entenderlas al pie de la letra. Estas palabras nos invitan a ir erradicar aquello que impide nuestro crecer como personas, o que dificulta nuestra misión, porque está en juego entrar en la Vida y ante el don del Reino de Dios no vale la mediocridad. 


LECTIO DIVINA PARROQUIA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA


COMIENZO DE LA CATEQUESISI CURSO 2024-2025

                    A partir del 1 de octubre comenzamos la catequesis de iniciación cristiana:

MARTES: 2º año de catequesis, a las 6 de la tarde.

MIÉRCOLES: 3º año de catequesis, a las 6 de la tarde.

JUEVES: 1º año de catequesis, a las 6 de la tarde.



 
   

 

 

 

 

 


viernes, 20 de septiembre de 2024

Día 22 septiembre de 2024. Domingo XXV del Tiempo Ordinario.

 

LECTURAS

  • Sabiduría 2, 12.17-20
  • Salmo responsorial 
  • Santiago 3, 16-4,3
  • Marcos 9, 30-37


Nuestra sociedad tiene su baremo para medir la importancia de una persona, y así se habla de los más ricos del mundo, los más influyentes de la sociedad, si es un deportista, la importancia se mide por triunfos y fortuna. Muy pocas veces, nuestra sociedad considera a las personas que entregan toda su vida o muchos momentos de la misma para ayudar a los más desfavorecidos, y que siempre están ahí cuando se les necesita.  Jesús sí que aprecia a estas personas, con quienes se identifica, como él mismo declaró: “Lo que hacéis a uno de estos pequeños, mis hermanos, a mí me lo hacéis”. Por tanto, Jesús nos ayuda a mirar el mundo como él lo mira, como ha dejado muy claro en la propuesta que hace a los discípulos en el evangelio de hoy: “Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos; y el que acoge a un niño como éste en mi nombre, me acoge a mí, y acoge al que me ha enviado".

Jesús no solo predica el servicio, sino que él mismo se hace servidor de los otros: “El Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar la vida en rescate por muchos”. Esto mismo lo resume el evangelista Juan, tras el lavatorio de los pies de los discípulos, cuando Jesús explica el gesto: “Os he dado ejemplo para lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis”. Así pues, según Jesús, servir es amar. Pensemos en la familia, como los padres y madres se desviven por sus hijos; no los sirven por obligación, sino porque los quieren. En cambio, la vanidad es todo lo contrario: el vanidoso siempre quiere ser el primero, nunca se hará servidor porque solo piensa en sí mismo.

Cuando Jesús nos dice que sirvamos a los demás, nos está diciendo que pongamos los dones y capacidad recibidos a disposición de quienes tenemos al lado, y si lo hacemos es señal de que hemos aprendido a amar.


LECTIO DIVINA DE LA PARROQUIA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA



INSCRIPCIÓN DE CATEQUESIS



 Durante el mes de septiembre es el tiempo de hacer la inscripción para catequesis de iniciación cristiana y preparación a la Primera Comunión. Pueden pasar por el despacho parroquial de 7 a 8 y de 8,30-a 9 de la tarde, donde pueden recoger las fichas correspondientes.
Los días de catequesis son los siguientes:

Martes: 2º año de catequesis
Miércoles: 3º año de catequesis
Jueves: 1º año de catequesis.
Viernes: Catequesis de Confirmación, a las 17,00h.


viernes, 13 de septiembre de 2024

Día 15 septiembre de 2024. Domingo XXIV del Tiempo Ordinario.

  •  Isaías  50,5-9a
  • Salmo responsorial 114, 1-2.3-4.5-6.8-9
  • Santiago 2, 14--18
  • Marcos  8,27-35

    La pedagogía de Jesús le lleva a preguntar a los discípulos sobre quién dicen las gentes que es él. Las respuestas son generales: unos que Juan el Bautista, otros que Elías y otros que los profetas. Jesús sabe que su misión es entendida de varias formas, como se va percibiendo a lo largo del evangelio. Pero a Jesús le interesa la respuesta de sus propios discípulos, los cercanos, aquellos que comparten vida con él, de quienes espera que hayan entendido correctamente quién es Él y cuál es la clase de mesianismo que viene a realizar. Pedro toma la palabra, pero su respuesta adelanta la incomprensión que el mismo Jesús sufrirá, no solo por parte del pueblo judío, sino también entre los suyos.

    Cuando parece que Pedro conoce bien la respuesta: “Tu eres el Cristo”, Jesús se anima a explicarles mejor qué tipo de mesianismo está realizando; pero rápidamente se da cuenta que no lo han entendido, como da a entender Pedro que comienza a reprenderlo por decir que sería reprobado por las instituciones religiosas de su tiempo, sería asesinado y, solo después, habría de resucitar.

    Jesús manifiesta que será un mesías que sufrirá y será crucificado, y quien esté dispuesto a ser su discípulo, ha de correr su misma suerte. Pero Pedro no parece estar dispuesto a ello, y trata de corregir a Jesús, quien le llama “Satanás”, dándole las razones de tal nombre: Pedro, y seguramente la mayoría de los discípulos, están esperando un mesianismo de gloria, de triunfos, de acogida multitudinaria. Por eso dice Jesús: “Tú piensas como los hombres, no como Dios.”

   Este texto sigue vigente hoy, y desde él tenemos que comprender quién es y qué representa Jesucristo para nosotros. Con frecuencia entendemos que Jesucristo es un Dios al que le pedimos bendiciones, y nuestras oraciones se limitan a pedir cosas o favores que nos saquen de apuros o nos den suerte; o lo hemos convertido en un Dios al que honramos con actos de culto, cumpliendo ciertas normas y mandatos; o también, lo hemos convertido en un Dios a nuestra medida que justifica nuestros estilos de vida, por lo que nos aplicamos ciertas palabras suyas y otras las ignoramos. Podríamos seguir describiendo otras deformaciones de la persona de Jesús. Y lo malo está en que, con frecuencia, no buscamos momentos para escuchar la Palabra de Dios, o rehusamos formarnos como cristianos, que nos ayude a comprender mejor a Jesús y sus implicaciones como discípulos

   Este evangelio de hoy nos invita a entender quién es Jesús y, en consecuencia, nos ayuda a seguirle en lo que Él es, y no acomodándolo a nuestros intereses o gustos personales.


LECTIO DIVINA DE LA PARROQUIA SAN ISIDRO DE ALMANSA
 

 

 


jueves, 5 de septiembre de 2024

Día 8 septiembre de 2024-Domingo XXIII del Tiempo Ordinario.

 

LECTURAS

Isaías 35,4-7a
Salmo responsorial 145, 7.8-9a.9bc-10
Santiago 2,1-5
Marcos 7,31-37



  •     “¡Éffeta! palabra aramea (lengua de Jesús), que significa “ábrete”, es la palabra clave en el evangelio de hoy. Podemos identificarla con el verbo “escuchar”, que es algo más que oír, y tiene una dimensión humana y espiritual muy importante. Aprendiendo a escuchar la Palabra de Dios, aprendemos también a escucharnos los unos a los otros, y así dialogar y entendernos. Dialogar es una necesidad que tenemos cada persona y también la sociedad, especialmente en estos tiempos en que vamos hasta por la calle pendientes del móvil y ausentes de los demás. Por eso, los cristianos en la medida en que aprendamos a escuchar la Palabra de Dios, aprenderemos a dialogar y ser mejores ciudadanos.
  •      El sordomudo del evangelio de hoy es una figura representativa de nuestra cerrazón mental como discípulos de Jesús. Muchísimos bautizados nunca han oído la Palabra de Dios; de hecho, a muchos no les suena el evangelio; y muchos bautizados cuando asisten a la misa o a una celebración sacramental, no prestan atención a la Palabra que se proclama, sino que están distraídos de mil maneras: pendientes del móvil, algunos charlando con el vecino; cuando se trata de una boda, más pendientes del coro que canta, o haciendo comentarios sobre los novios u otras cuestiones; y cuántas veces pendientes del reloj porque aquello parece que no acaba nunca.
  •       Nuestro mundo, y especialmente nuestras sociedades occidentales se están haciendo sordas a Dios. Hoy Jesús nos diría: “¡Éffeta Europa! ¡Ábrete Occidente! No conseguimos oír a Dios, porque nos dejamos arrastrar por la cultura de la superficialidad, del ruido, de las prisas; incluso somos sordomudos ante la vida: no apreciamos el misterio de la vida, se hacen leyes para eliminar la vida, se trafica con la vida humana, se deja que el mar se trague muchas vidas humanas; el horror de las guerras que llenan buena parte de los telediarios y noticias de prensa, las seguimos como si se tratara de un espectáculo, pensamos que eso nos queda lejano. ¿Cómo vamos a percibir la presencia de Dios si vivimos fuera de nosotros, incapaces de entrar en nuestro interior? Ya lo dijo San Agustín de sí mismo: “Señor, yo te buscaba por las afueras, y tú estabas dentro de mí, porque tú eres más interior a mí que yo mismo”.
  •      La curación del sordomudo nos invita a dejar que Jesús siga realizando en cada uno de nosotros su gesto liberador, que lo hace por medio de su Palabra y por medio de los sacramentos de la Iglesia, signos y acciones visibles en los que actúa Dios de manera invisible, dándonos vida ahora, y ayudándonos a caminar hacia la vida en Dios. 

LECTIO DIVINA  PARROQUIA SAN ISIDRO DE ALMANSA