LECTURAS
- Números 6,22-27
- Salmo responsorial
- Gálatas 4,4-7
- Lucas 2,16-21
En Navidad, como su nombre indica, poníamos el acento en el nacimiento de Jesús; hoy, teniendo por marco el Niño acostado en el pesebre y visitado por los pastores, nos fijamos en la madre del Niño, la joven María, que se convierte en Madre de Dios, en cuanto que Dios, toma carne humana de María de Nazaret. San Pablo (2ª lectura), de manera concisa nos habla de la madre y de la misión del Hijo, hecho hombre, nacido de mujer, para rescatarnos del pecado y hacernos hijos de Dios por adopción. Igualmente nos dice que que confesar a María como Madre de Dios es creer que Jesucristo es el Hijo de Dios hecho hombre. Comenzar el año con esta afirmación es comenzar el año con esperanza.
El evangelio resalta un detalle a tener en cuenta; “María, por su parte, conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón”. Esta fue una actitud constante en María, quien interiorizaba lo que iba sucediendo en torno a su hijo, y buscaba el significado de todo aquello. En aquel momento María descubría que los humildes, como eran los pastores, eran amados de Dios, y seguro que más adelante, cuando oía de Jesús, ya adulto, lo que hacía en su predicación, le daría vueltas a las cosas, descubriendo cómo Dios amaba a los enfermos y pecadores, a los que curaba y perdonaba, llenándolos de esperanza mostrándoles el rostro misericordioso de Dios.
En este principio de año, vivimos y celebramos religiosamente los favores que Dios nos concede de manera gratuita y silenciosa. Por Jesucristo, Dios nos bendice y protege, asegurándonos que Él está siempre de nuestra parte porque quiere que la vida de sus hijos crezca desarrollando cada cual sus propias capacidades.
JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ
MENSAJE DEL PAPA FRANCISCO EN LA JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ 2022
La Santa Sede hace público el martes 21 de diciembre el mensaje del papa Francisco para la 55ª Jornada Mundial de la Paz, que se celebra el 1 de enero de 2022, titulado «Diálogo entre generaciones, educación y trabajo: instrumentos para construir una paz duradera«.
El Santo Padre hace un llamamiento a los gobernantes y a cuantos tienen responsabilidades políticas y sociales, a los pastores y a los animadores de las comunidades eclesiales, como también a todos los hombres y mujeres de buena voluntad «para que sigamos avanzando juntos con valentía y creatividad por estos tres caminos: el diálogo entre las generaciones, la educación y el trabajo. Que sean cada vez más numerosos quienes, sin hacer ruido, con humildad y perseverancia, se conviertan cada día en artesanos de paz. Y que siempre los preceda y acompañe la bendición del Dios de la paz».
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