El logotipo de una Iglesia sinodal es un árbol grande y majestuoso, lleno de
sabiduría y luz, alcanza el cielo. Un signo de profunda vitalidad y esperanza
que expresa la cruz de Cristo. Lleva la Eucaristía, que brilla como el sol. Las
ramas horizontales, abiertas como manos o alas, sugieren, al mismo tiempo, el
Espíritu.
El Papa Francisco, siguiendo el espíritu del concilio Vaticano II, ha convocado a toda la Iglesia en sínodo, siendo el lema: "Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión", como indica el logotipo.
Y para ello, propone que todo el pueblo de Dios se implique y opine, a partir de unos documentos que ayuden s ls reflexión, que se desarrollará en tres fases:
1. la primera, en le ámbito diocesano, y va desde hoy hasta el mes de abril de año próximo, 2022; en que se hará una síntesis de lo expuesto por todos los grupos de base.
2. La segunda, en el ámbito de asambleas regionales y continentales, que culminaría en febrero de 2023.
3. La tercera fase será la Asamblea del Sínodo en Roma con representación de obispos de todo el mundo y bajo la presidencia del papa Francisco, y tendrá lugar en octubre de 2023, donde recogiendo lo dicho en las fases precedentes, se irá exponiendo y se debatirá, elaborando un documento final del Sínodo, que el Papa ofrecerá a toda la Iglesia mediante una Exhortación apostólica, indicando pautas parra ser y vivir como Iglesia sinodal.
La fase diocesana, se inicia en todas la diócesis del mundo este domingo, 17 de octubre. En Albacete se inicia a las 20,00h con la Eucaristía en la Catedral, presidida por el Sr. Obispo
LECTURAS
- Isaías 53, 100-11
- Salmo responsorial 32
- Hebreos 4, 14-16
- Marcos10, 35-45
Jesús se va acercando a Jerusalén, habiendo anunciado varias veces que allí va
a sufrir, morir y resucitar; pero los discípulos parece que no se dan por
enterados, y parece que van con la convicción que Jesús en Jerusalén va a triunfar,
manifestándose como el Mesías, realizando todo lo que esperaba el pueblo. De
hecho los discípulos, algunos pasos detrás
de Jesús, van discutiendo entre ellos sobre quién será el más importante, y
para más colmo, se adelantan los hermanos Santiago y Juan, quienes sin ninguna vergüenza ni
reparo se atreven a pedir algo inaudito
a Jesús: “Concédenos sentarnos en tu
gloria, uno a tu derecha y otro a tu
izquierda”. ¡Qué morro!
Esto
es lo que hemos contemplado en el evangelio de hoy: cuando dos de los discípulos buscan ocupar
un sitió importante junto a Jesús, provocando la envidia y el enfado de
los demás compañeros, Jesús, en vez de
enfadarse, aprovecha la ocasión para reunirlos
y orientar su vida como discípulos suyos. Y así, ”llamándolos, les dijo:
“Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los
oprimen. No sea así entre vosotros; el que quiera ser el primero, sea vuestro
servidor”, y les propone ser como él que “no ha venido a ser servido sino a
servir y dar la vida por todos”.
Así, Dios hecho hombre en Jesús, se hace compañero de camino de toda la
humanidad, como hemos escuchado en la 2ª lectura de Hebreos: “ha sido probado
en todo, como nosotros, menos en el pecado”. Y esto lo ha hecho Dios por medio
de Jesús para reunirnos a toda la humanidad formando la familia de Dios y formar
parte de su Reino.
En
estos días, y partir de ahora vamos a escuchar hablar mucho de “Iglesia
sinodal”. “Sinodal viene de “sínodo” y este concepto, de origen griego,
significa “hacer camino juntos”. Ser “Iglesia
sinodal” quiere decir que los cristianos
debemos caminar juntos, no cada uno por su lado, y menos que unos miremos por
encima del hombro a otros.
El
seguimiento de Jesús no es una receta mágica para conseguir grandeza o poder,
ni siquiera para pasar de puntillas sobre este mundo y tener suerte en todo lo
que hacemos. Jesús
nos ha dicho que él no ha venido a ser servido sino a servir, y nos ofrece
seguir ese mismo camino como forma de hacer u mundo mejor, una sociedad más solidaria
y fraterna.
Jesús se va acercando a Jerusalén, habiendo anunciado varias veces que allí va a sufrir, morir y resucitar; pero los discípulos parece que no se dan por enterados, y parece que van con la convicción que Jesús en Jerusalén va a triunfar, manifestándose como el Mesías, realizando todo lo que esperaba el pueblo. De hecho los discípulos, algunos pasos detrás de Jesús, van discutiendo entre ellos sobre quién será el más importante, y para más colmo, se adelantan los hermanos Santiago y Juan, quienes sin ninguna vergüenza ni reparo se atreven a pedir algo inaudito a Jesús: “Concédenos sentarnos en tu gloria, uno a tu derecha y otro a tu izquierda”. ¡Qué morro!
Esto es lo que hemos contemplado en el evangelio de hoy: cuando dos de los discípulos buscan ocupar un sitió importante junto a Jesús, provocando la envidia y el enfado de los demás compañeros, Jesús, en vez de enfadarse, aprovecha la ocasión para reunirlos y orientar su vida como discípulos suyos. Y así, ”llamándolos, les dijo: “Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No sea así entre vosotros; el que quiera ser el primero, sea vuestro servidor”, y les propone ser como él que “no ha venido a ser servido sino a servir y dar la vida por todos”.
Así, Dios hecho hombre en Jesús, se hace compañero de camino de toda la humanidad, como hemos escuchado en la 2ª lectura de Hebreos: “ha sido probado en todo, como nosotros, menos en el pecado”. Y esto lo ha hecho Dios por medio de Jesús para reunirnos a toda la humanidad formando la familia de Dios y formar parte de su Reino.
En estos días, y partir de ahora vamos a escuchar hablar mucho de “Iglesia sinodal”. “Sinodal viene de “sínodo” y este concepto, de origen griego, significa “hacer camino juntos”. Ser “Iglesia sinodal” quiere decir que los cristianos debemos caminar juntos, no cada uno por su lado, y menos que unos miremos por encima del hombro a otros.
El seguimiento de Jesús no es una receta mágica para conseguir grandeza o poder, ni siquiera para pasar de puntillas sobre este mundo y tener suerte en todo lo que hacemos. Jesús nos ha dicho que él no ha venido a ser servido sino a servir, y nos ofrece seguir ese mismo camino como forma de hacer u mundo mejor, una sociedad más solidaria y fraterna.