LECTURAS
- Isaías 9,1-3.5-6
- Salmo responsorial
- Tito 2,11-14
- Lucas 2,1-14
- Isaías 25,7-10
- Salmo responsorial
- Hebreos 1,1-6
- Juan 1,1-18
El Niño de Belén, nos enseña a
ser como niños, es decir, sencillos. Nosotros, por el contrario, queremos aparecer grandes, nos
encanta construir torres elevadas hasta el cielo. Queremos ser como dioses,
escalando a costa de lo que sea, hasta tocar la gloria, el poder, el prestigio. Pero
el Dios verdadero bajó hasta nosotros despojándose de gloria y de poder. Se
hizo niño. Nos enseñó los caminos de la humildad y del servicio, de la
esperanza y del amor. Son los caminos que
nos llevan directamente a Dios. Si queremos ser como Dios, fijémonos en
el modelo navideño: encontraremos, como decía el ángel, un niño envuelto en
pañales y acostado en un pesebre. El Niño Dios llega con toda humildad: toma
nuestra condición humana, "Dios se hizo hombre para que los hombres puedan
llegar a ser Dios", dijo san Agustín.
Jesús se revistió de la naturaleza humana, y
ahora Jesús viene a nosotros y podemos descubrirlo en los pobres y necesitados.
Muchas veces no lo queremos ver cuando llama a nuestra puerta, y lo rechazamos
como fueron también rechazados José y María, que llegaron a Belén como unos
inmigrantes o transeúntes. Este es el gran drama del hombre de nuestro tiempo:
que rechazamos a Dios y al hermano. “Lo que hacéis a uno de estos pequeños, mis
hermanos, a mi me lo hacéis” dijo Jesús. Es
significativo ver cómo María y José tuvieron que refugiarse en un establo, en
las afueras de Belén, y cómo los
primeros que se dieron cuenta del nacimiento del Niño fueron los pequeños de
aquella época: los pastores, que eran mal vistos porque nunca podían participar
del culto como los demás y vivían al margen porque tenían que vigilar sus
rebaños.
Dios
se hace Niño para estar a nuestro alcance. En esta Eucaristía el Niño Dios se
hace presente, y nos dice de reconocerlo en los demás, en los que están cada
día cerca de nosotros, y también en quienes
encontramos en nuestro camino, como son los pobres y necesitados. ¡Feliz Navidad!
HORARIO DE MISAS:
- 24 diciembre: Misa Nochebuena: 19,30h
- 25 diciembre: Misa Navidad: 12,00h
El día de Navidad por la tarde no hay celebración de la Misa.
El Niño de Belén, nos enseña a ser como niños, es decir, sencillos. Nosotros, por el contrario, queremos aparecer grandes, nos encanta construir torres elevadas hasta el cielo. Queremos ser como dioses, escalando a costa de lo que sea, hasta tocar la gloria, el poder, el prestigio. Pero el Dios verdadero bajó hasta nosotros despojándose de gloria y de poder. Se hizo niño. Nos enseñó los caminos de la humildad y del servicio, de la esperanza y del amor. Son los caminos que nos llevan directamente a Dios. Si queremos ser como Dios, fijémonos en el modelo navideño: encontraremos, como decía el ángel, un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre. El Niño Dios llega con toda humildad: toma nuestra condición humana, "Dios se hizo hombre para que los hombres puedan llegar a ser Dios", dijo san Agustín.
Jesús se revistió de la naturaleza humana, y ahora Jesús viene a nosotros y podemos descubrirlo en los pobres y necesitados. Muchas veces no lo queremos ver cuando llama a nuestra puerta, y lo rechazamos como fueron también rechazados José y María, que llegaron a Belén como unos inmigrantes o transeúntes. Este es el gran drama del hombre de nuestro tiempo: que rechazamos a Dios y al hermano. “Lo que hacéis a uno de estos pequeños, mis hermanos, a mi me lo hacéis” dijo Jesús. Es significativo ver cómo María y José tuvieron que refugiarse en un establo, en las afueras de Belén, y cómo los primeros que se dieron cuenta del nacimiento del Niño fueron los pequeños de aquella época: los pastores, que eran mal vistos porque nunca podían participar del culto como los demás y vivían al margen porque tenían que vigilar sus rebaños.
Dios se hace Niño para estar a nuestro alcance. En esta Eucaristía el Niño Dios se hace presente, y nos dice de reconocerlo en los demás, en los que están cada día cerca de nosotros, y también en quienes encontramos en nuestro camino, como son los pobres y necesitados. ¡Feliz Navidad!