sábado, 6 de noviembre de 2021

Día 7 noviembre de 2021. Domingo 32 del Tiempo Ordinario.

 


 Hoy,  7 de noviembre, celebramos el Día de la Iglesia Diocesana

«Somos lo que tú nos ayudas a ser. Somos una gran familia contigo»,  es el lema que recuerda que juntos, como familia, logramos una parroquia activa que responde a la llamada de Dios.

 Juntos somos Iglesia Diocesana, poniendo todo lo que somos al servicios de los otros y colaborando juntos llevamos a cabo la labor de la Iglesia. Juntos logramos una parroquia vivacomprometida, apasionada por Jesucristo y entregada a los demás.


LECTURAS

  • 1 Reyes 17,10.-16
  • Salmo responsorial 145
  • Hebreos 9, 24-28
  • Mc 12,38-44

Relata el evangelio que estando Jesús sentado frente a los cepillos de las ofrendas, observaba cómo la gente echaba dinero: “muchos ricos echaban mucho”, dice el evangelio. También  una pobre viuda, se acercó y echó dos pequeñas monedas del más bajo valor de aquel tipo de dinero. Y aquel gesto de la viuda llamó la atención de Jesús,  quien llamando a los discípulos les hizo ver que “aquella pobre viuda había echado más que nadie, porque los demás han echado de lo que les sobra, pero esta mujer, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir”.

La mirada de Jesús es muy diferente a nuestras miradas, a veces, superficiales. Jesús procura comprender  el corazón y la vida de las personas con las que se cruza; la mirada de Jesús es calmada, no juzga a la primera, da confianza y valora  lo que de bueno hay en toda persona.

Este Evangelio nos invita a abrir los ojos y descubrir a  muchísima gente que hay en nuestro alrededor, que es como esta mujer: generosas en el cumplimiento de su obligación, y sin darse la más mínima importancia, sin aplausos,  sin hacer ruido. Son personas  como las dos viudas de las que nos hablan la 1ª lectura y el evangelio de hoy.

Seguro que a todos nos gustan las alabanzas y los reconocimiento, muchas veces justos,  por lo bien que hacemos  las cosas. No es que esto sea malo, a veces es necesario y nos eleva la autoestima. Pero en el Banco del Reino de Dios las «acciones» que más valen son aquellas que hacemos generosamente y que nadie valora, que nadie  aplaude ni reconoce, o que incluso desprecian o critican. Pero Jesús  que sí  las valora,  dirá: “Venid benditos de mi Padre y heredad el Reino,  porque tuve hambre y me diste comer, estuve enfermo y me visitaste… porque lo que hiciste a uno de estos pequeños, mis hermanos, a mí me lo hiciste”.

HOJA DOMINICAL DIOCESANA