LECTURAS
- Sofonías 3,14-18a
- Salmo responsorial
- Filipenses 4,4-7
- Lucas 3,10-18
El domingo pasado el evangelio presentaba a Juan Bautista preparando un
ambiente propicio a la predicación de Jesús. La gente estaba bien atenta al
mensaje del Bautista, prueba de ello es la pregunta que repiten varios colectivos
de personas: “¿Qué debemos hacer?”
A
algunos, sin especificar quiénes, Juan responde: “El que tenga dos túnicas, que se
las reparta con el que no tiene; y el que tenga comida que haga lo mismo”. Juan no llama a una vida de más práctica
religiosa sino que resalta que la auténtica conversión consiste en
vencer el pecado de ignorar al prójimo, hay que dejar de ser centro de uno mismo para
centrarnos en los demás, y en los más necesitados. Es como el Hijo de Dios que
se abaja para hacerse uno de nosotros y
traer la salvación.
También
responde a unos publicanos. La respuesta
de Juan fue muy realista: “no exijáis
más de lo establecido”. Ya sabemos, la profesión de los publicanos
estaba mal considerada: eran los recaudadores de impuestos a favor de los
romanos, y al cobrar abusaban cobrando más de la cuenta sin ninguna transparencia;
por eso eran ricos, y considerados por
el pueblo como pecadores públicos. No les dice que abandonen su trabajo, sino que lo
ejerzan de manera nueva: con justicia y
correctamente.
Al
tercer grupo, unos soldados, Juan que sabía que
llevar armas era una tentación para la ambición y uso de la fuerza, les
responde: “no hagáis extorción, ni os aprovechéis de nadie; contentaos con la
paga”. Juan Bautista no pide cosas desorbitadas, la receta que recomienda es el amor al otro, la
solidaridad y la justicia.
Para
nosotros, vivir el Adviento significa
convertirnos y dar frutos de vida
cristiana, y eso hacerlo con alegría, como nos dice san Pablo: “estad siempre
alegres en el Señor”, porque el Señor está en el interior de cada uno, y cerca
por la oración, cerca en la Eucaristía, cerca en los necesitados.
Hoy,
desde nuestro corazón y con alegría, podemos
decir esta breve oración: ¡Ven, Señor
Jesús; ayúdanos a ser personas que comuniquemos
paz, comunión y alegría allí donde estemos!
CELEBRACIÓN COMUNITARIA DE LA PENITENCIA:
21 DICIEMBRE, 20,00h.
Varios sacerdotes estarán disponibles para confesar
El domingo pasado el evangelio presentaba a Juan Bautista preparando un
ambiente propicio a la predicación de Jesús. La gente estaba bien atenta al
mensaje del Bautista, prueba de ello es la pregunta que repiten varios colectivos
de personas: “¿Qué debemos hacer?”
A
algunos, sin especificar quiénes, Juan responde: “El que tenga dos túnicas, que se
las reparta con el que no tiene; y el que tenga comida que haga lo mismo”. Juan no llama a una vida de más práctica
religiosa sino que resalta que la auténtica conversión consiste en
vencer el pecado de ignorar al prójimo, hay que dejar de ser centro de uno mismo para
centrarnos en los demás, y en los más necesitados. Es como el Hijo de Dios que
se abaja para hacerse uno de nosotros y
traer la salvación.
También
responde a unos publicanos. La respuesta
de Juan fue muy realista: “no exijáis
más de lo establecido”. Ya sabemos, la profesión de los publicanos
estaba mal considerada: eran los recaudadores de impuestos a favor de los
romanos, y al cobrar abusaban cobrando más de la cuenta sin ninguna transparencia;
por eso eran ricos, y considerados por
el pueblo como pecadores públicos. No les dice que abandonen su trabajo, sino que lo
ejerzan de manera nueva: con justicia y
correctamente.
Al tercer grupo, unos soldados, Juan que sabía que llevar armas era una tentación para la ambición y uso de la fuerza, les responde: “no hagáis extorción, ni os aprovechéis de nadie; contentaos con la paga”. Juan Bautista no pide cosas desorbitadas, la receta que recomienda es el amor al otro, la solidaridad y la justicia.
Para
nosotros, vivir el Adviento significa
convertirnos y dar frutos de vida
cristiana, y eso hacerlo con alegría, como nos dice san Pablo: “estad siempre
alegres en el Señor”, porque el Señor está en el interior de cada uno, y cerca
por la oración, cerca en la Eucaristía, cerca en los necesitados.
Hoy,
desde nuestro corazón y con alegría, podemos
decir esta breve oración: ¡Ven, Señor
Jesús; ayúdanos a ser personas que comuniquemos
paz, comunión y alegría allí donde estemos!
CELEBRACIÓN COMUNITARIA DE LA PENITENCIA:
21 DICIEMBRE, 20,00h.
Varios sacerdotes estarán disponibles para confesar