FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA
“Familia, portadora de la Buena Noticia”
LECTURAS
En Evangelio de hoy se nos habla de una familia, que cumpliendo lo que prescribía la Ley del Señor, la Ley judaica, no pudo ofrecer en el Templo más que “un par de tórtolas o dos pichones”, la ofrenda de los pobres. Ciertamente la familia de Jesús, María y José, estaban viviendo una situación extrema especial, por razón de su desplazamiento hasta Belén, sin familia en aquel lugar, donde llevaron prácticamente lo puesto y, seguramente, poco más para comer. Seguro que en Nazaret era una familia corriente; pero lo propio de las familias de aquella época era que vivían una situación de economía de subsistencia, generalmente jornaleros; José era conocido como el “artesano”, lo cual indica su habilidad como cantero, carpintero, y, por tanto, con cierta habilidad en el tema de la construcción. Y en la escena del Templo aparecen dos personajes: un hombre y una mujer, ambos ancianos, y que representan las esperanzas del pueblo de Israel en el futuro Mesías.
Viendo a María y a José presentando al Niño en el Templo, siguiendo los ritos propios de la religión judía a la que pertenecían, es una invitación a cultivar en nuestras familias cristianas una profunda y auténtica práctica religiosa, no por tradición o costumbre, sino por convicción. La forma cómo los mayores nos comportamos, celebrando el domingo viniendo a la misa, nuestro comportamiento en nuestra forma de vida, sin duda es lo mejor que podemos hacer por los esposos entre sí y por los hijos. Como decía el papa Pablo VI, convencen más los hechos que las palabras, aunque las palabras deben explicar los hechos.
El evangelio nos dice que el Niño Jesús
crecía y se fortalecía en el marco de su familia, que era una familia judía
practicante. El modelo de la familia de Nazaret, aunque era otra época, sin embargo,
ciertas actitudes que muestran las lecturas bíblicas son válidas entonces y ahora, porque la
familia es espacio de crecimiento y de maduración progresiva.
Demos gracias a Dios por nuestra familia, por el esposo y esposa, por nuestros padres, por los hijos, y por la familia cristiana, la Iglesia, que nos ayuda a seguir a Jesús.
