jueves, 7 de diciembre de 2023

Día 8 diciembre de 2023. Inmaculada Concepción de María.

 




LECTURAS

  • Génesis 3, 9-15.20
  • Salmo responsorial 
  • Efesios 1,3-6.11-12
  • Lucas 1,26-38


Cada año, en medio del Adviento, celebramos la Fiesta de la Inmaculada, que pone de relieve el lugar privilegiado que ocupa María en la espera de Navidad como Madre del Hijo de Dios hecho hombre, Jesucristo. Con esta fiesta, la Iglesia nos dice y celebra que María fue llena de gracia desde el comienzo de su misma existencia. De ahí el nombre de "Inmaculada Concepción" o concebida sin pecado.

 La Palabra de Dios, en la primera lectura, nos sitúa en el gran marco de la creación por parte de Dios. Ésta es una narración que no tiene pretensión científica, sino que nos ofrece una reflexión religiosa sobre la creación y especialmente sobre la humanidad en su relación con Dios.

El pecado no es constitutivo de la naturaleza humana; sin embargo, el pecado existe desde el momento en que el ser humano, libremente, decide echar por caminos distintos a los previstos por Dios. En el relato del Génesis, de forma poética o a modo de fábula, se nos dice que es la "serpiente" la que propone tentadoramente: "seréis como Dios si coméis del árbol del bien y del mal".  El resultado ya lo sabemos. Pero Dios no abandona al ser humano, sino que lo corrige, lo perdona y le ofrece continuamente la salvación, porque el proyecto creador de Dios es salvador, y Dios siempre es fiel a sí mismo, entre otras cosas porque Dios es esencialmente amor.

Esto es lo que afirma el evangelio, que María de Nazaret ha sido agraciada, es decir, totalmente amada por Dios, y esto mismo es lo que dice el texto de San Pablo a los efesios, que Dios " nos ha destinado, en la persona de Jesucristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos". En efecto, por el bautismo, Jesús, el hijo de María, nos convierte en hijos de Dios por adopción.

 En María, madre de Jesús, encontramos un modelo ejemplar a seguir. A diferencia de Adán y Eva, que quieren ser como Dios, pero colocándose al margen de Dios. María es la mujer que quiere caminar en obediencia a Dios, de ahí su respuesta: "Aquí está la sierva del Señor. Hágase en mí según tu palabra", respuesta que es disponibilidad para servir a Dios y servir a la humanidad. María decide ser feliz y serlo junto a Dios porque sabe que él no le fallará.

María es como un faro en medio del Adviento que nos recuerda la meta hacia la que dirigir nuestros pasos; ella nos ayuda a descubrir quiénes somos, a qué estamos llamados, y cuál es el paraíso que Dios nos tiene reservado. María es nuestra esperanza ya realizada.