sábado, 16 de diciembre de 2023

Día 17 diciembre de 2023. Domingo III de Adviento.

 


LECTURAS

  • Isaías 61,1-2a.10-11
  • Salmo responsorial
  • Tesalonicenses 5,16-24
  • Juan 1,6-8.19-28


El evangelio de hoy, lo mismo que el domingo pasado, nos habla de uno de los personajes que nos ayudan, y que es modelo de preparación, en este tiempo de Adviento: Juan Bautista. Este profeta nos facilita el acceso al Señor: “Yo soy la voz que grita en el desierto:” Allanad el camino del Señor”.

Esta llamada de Juan Bautista no puede quedar como palabras que se lleva el viento, sino que debemos preguntarnos y concretar cómo allanar cada uno de nosotros el camino al Señor, y así preguntarnos: ¿qué cosas deberíamos hacer para facilitarle el acceso hasta nosotros? ¿Qué barreras y obstáculos le ponemos habitualmente que impiden que se nos acerque ? Y no olvidemos que allanar el camino debe ser también allanar el camino a los otros en vez de complicarles la vida todavía más, porque  esto es levantar muros y encerrarnos en nuestro pequeño mundo de intereses y gustos.

 Los sacerdotes y levitas de Jerusalén preguntan a Juan: “¿Tú quién eres?  Y la respuesta de Juan es que él no es el Mesías, simplemente prepara el camino del Señor, y con humildad dice: “Yo bautizo con agua; pero en medio de vosotros hay uno que, no conocéis, el que viene detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia”.

         También nosotros que vivimos en un mundo de apariencias y grandezas, al tiempo que tenemos miedo al qué dirán, debemos preguntarnos: ¿Quiénes somos nosotros respecto a Jesucristo? ¿Sus admiradores? ¿sus amigos y seguidores? Juan se siente servidor de Jesús, invitando al pueblo a preparase a recibir al Mesías, que es el importante.

          Y yo que soy cristiano: ¿Cómo preparo el camino al Señor en mi familia, con mis amigos, con los compañeros de trabajo?

           Juan el Bautista nos enseña a ser humildes y anunciadores de Jesucristo, nuestro salvador. Que nuestra vida cristiana esté construida por la búsqueda del bien común, el diálogo con los demás, el compromiso por los más necesitados, con la preocupación de que nuestra familia también sean buenos cristianos, y con la confianza puesta en Jesucristo, que quiere que vivamos con alegría y esperanza en el Dios que nos quiere por encima de todo y nos ha llamado a participar de su gloria eterna.


LECTIO DIVINA DE LA PARROQUIA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA

HOJA DOMINICAL DIOCESANA