LECTURAS
- Deuteronomio 18,15--20
- Salmo responsorial
- 1ª Corintios 7,32-35
- Marcos 1,21-28
Jesús
está en los comienzos de su predicación, y lo hace con palabras y obras, como
fue aquella primera curación. Una de las características de la Palabra de Dios
es que realiza lo que dice, y Jesús manifestó su autoridad liberando a aquel hombre del mal y llenándolo de vida nueva.
Llama
la atención la frase que sale de la boca del hombre poseído por el demonio:
“¿Qué tenemos que ver nosotros contigo
Jesús nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros?” No es una frase de película de terror, no. Es
una frase que indica que donde está Jesús,
el mal no tiene nada que hacer, lo mismo que donde está la luz
desaparece la oscuridad.
“Qué
tenemos que ver nosotros contigo” es una queja
que, con frecuencia, podemos tener también nosotros ante la Palabra de Dios que nos invita al
perdón, al servicio, a la sencillez y sinceridad
de vida, a quitar de nuestra vida lo que es injusto, nuestros afanes materialistas,
nuestra búsqueda de confort y nuestro espíritu mundano al margen del proyecto
de Dios.
Todos
queremos que las cosas vayan a mejor,
queremos un mundo mejor, pero muchas veces, al margen del proyecto de Dios, y ya vemos los resultados: queremos el
progreso, pero al precio de destrozar la naturaleza; queremos el progreso,
aunque eso nos obligue a llevar mascarillas y llenar los hospitales. Estas formas mundanas de actuar suponen la
pregunta del evangelio de hoy: “¿Qué tenemos que ver nosotros contigo, Jesús
Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros?”
LECTIO DIVINA DESDE LA PARROQUIA DE SAN ROQUE DE HELLÍN: EN PIE DE GUERRA
HOJA DOMINCAL DIOCESANA
DÍA DE LLA VIDA CONSAGRADA: 2 DE FEBRERO
Jesús está en los comienzos de su predicación, y lo hace con palabras y obras, como fue aquella primera curación. Una de las características de la Palabra de Dios es que realiza lo que dice, y Jesús manifestó su autoridad liberando a aquel hombre del mal y llenándolo de vida nueva.
Llama la atención la frase que sale de la boca del hombre poseído por el demonio: “¿Qué tenemos que ver nosotros contigo Jesús nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros?” No es una frase de película de terror, no. Es una frase que indica que donde está Jesús, el mal no tiene nada que hacer, lo mismo que donde está la luz desaparece la oscuridad.
“Qué
tenemos que ver nosotros contigo” es una queja
que, con frecuencia, podemos tener también nosotros ante la Palabra de Dios que nos invita al
perdón, al servicio, a la sencillez y sinceridad
de vida, a quitar de nuestra vida lo que es injusto, nuestros afanes materialistas,
nuestra búsqueda de confort y nuestro espíritu mundano al margen del proyecto
de Dios.
Todos queremos que las cosas vayan a mejor, queremos un mundo mejor, pero muchas veces, al margen del proyecto de Dios, y ya vemos los resultados: queremos el progreso, pero al precio de destrozar la naturaleza; queremos el progreso, aunque eso nos obligue a llevar mascarillas y llenar los hospitales. Estas formas mundanas de actuar suponen la pregunta del evangelio de hoy: “¿Qué tenemos que ver nosotros contigo, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros?”