Desde el concilio Vaticano II, la Iglesia ha dado pasos bien
significativos en la tarea de dar a conocer la Palabra de Dios. Ha habido
una gran divulgación de materiales orientados a distintos ámbitos de
la animación bíblica de la pastoral y los innumerables proyectos de lectura
creyente de la Biblia en diócesis, parroquias y comunidades. En efecto, aquel Concilio Ecuménico dio un gran impulso al descubrimiento
de la Palabra de Dios. Desde él, los sucesivos Pontífices han seguido
la estela marcada por la constitución “Dei Verbum” y han cuidado
mucho subrayar la importancia de la Palabra de Dios en la vida y misión de la
Iglesia. El papa Francisco, a la luz de la XII Asamblea General del
Sínodo de 2012 sobre la nueva evangelización, publicó la exhortación “Evangelii
gaudium”, donde, además de estar cosida de abundantes citas y comentarios
bíblicos, afirma que “toda la evangelización está fundada sobre la Palabra
de Dios escuchada, meditada, vivida, celebrada y testimoniada” (EG 174). Tras la conclusión del Jubileo extraordinario
de la misericordia, en el año 2013, e Papa pidió que se pensara en “un domingo
dedicado enteramente a la Palabra de Dios para comprender la inagotable riqueza
que proviene de ese diálogo constante de Dios con su pueblo. Un sueño
hecho realidad al instituir el III Domingo del Tiempo Ordinario como “Domingo
de la Palabra de Dios”.
LECTURAS
- Jonás 3,1-5.10
- Salmo responsorial 24
- 1 Corintios 7, 29-31
- Marcos 1,14-20
El evangelista Marcos nos presenta, hoy, como un adelanto sintetizado de la predicación de Jesús así
como la respuesta de los discípulos que
siguieron a Jesús, formando un grupo en torno a él, compartiendo vida y misión.
Más
adelante, este mismo evangelio muestra
que no fue fácil formar tal grupo de discípulos, que se resisten a abandonar su vieja mentalidad como los judíos de su tiempo,
que muchas veces no entienden lo que Jesús
dice, tienen miedo de hacerle preguntas, por ejemplo, cuando
Jesús habla del sufrimiento, muerte y resurrección, que eran egoístas y tenían sus propios
intereses, y Jesús con paciencia los va
formando, corrigiendo, y preparando para que un día puedan continuar la propia
misión que Jesús les encomendará.
Tampoco es fácil para nosotros hoy, ser discípulos de Jesús porque como humanos que somos, participamos de la
mentalidad del mundo, del ambiente cultural donde vivimos, buscamos lo cómodo
aunque no siempre esté de acuerdo con lo que Dios tiene proyectado, nos dejamos
arrastrar por las ideologías imperantes. ¿Cómo va a querer Dios que se elimine
una vida inocente, por ejemplo, en el caso del aborto? ¿Cómo va a querer Dios
que se corte una vida humana, como por ejemplo, con la eutanasia? Algunas
ideologías exultan de alegría diciendo
que esto es progreso, que es una conquista, que es un derecho humano. Esta es la mentalidad del
mundo.
Por
eso, cuando leemos hoy el evangelio, Jesús nos repite lo que dijo entonces a la
gente: “Se ha cumplido el tiempo y el Reino de Dios está cerca. Convertíos y creed
en el Evangelio”. Así, Jesús nos llama a dejar todo lo que impide
el amor, el servicio, el perdón, la vida, la confianza en Dios, y nos pide seguirlo
viviendo según su Espíritu, en el lugar y situación donde cada uno le toca
vivir.
No dejemos para mañana lo que podamos
hacer hoy. Dejemos que la Palabra de Dios nos purifique y disponga a creer en ella, como hicieron los habitantes de Nínive y los primeros discípulos de Jesús.
LECTIO DIVINA DESDE LA PARROQUIA DE SAN ROQUE DE HELLÍN: EMPEZANDO DESDE GALILEA
CON MOTIVO DE LA PANDEMIA COVID-19
Siguiendo las indicaciones sanitarias sobre la COVID-19, en rápido aumento en nuestra ciudad, en esta parroquia se interrumpe la catequesis y demás actividades a excepción de las Eucaristías dominicales y de días laborables. También mantenemos la Misa de los domingos, a las 13,00h, dedicada especialmente a las familias y niños.
El evangelista Marcos nos presenta, hoy, como un adelanto sintetizado de la predicación de Jesús así
como la respuesta de los discípulos que
siguieron a Jesús, formando un grupo en torno a él, compartiendo vida y misión.
Más
adelante, este mismo evangelio muestra
que no fue fácil formar tal grupo de discípulos, que se resisten a abandonar su vieja mentalidad como los judíos de su tiempo,
que muchas veces no entienden lo que Jesús
dice, tienen miedo de hacerle preguntas, por ejemplo, cuando
Jesús habla del sufrimiento, muerte y resurrección, que eran egoístas y tenían sus propios
intereses, y Jesús con paciencia los va
formando, corrigiendo, y preparando para que un día puedan continuar la propia
misión que Jesús les encomendará.
Tampoco es fácil para nosotros hoy, ser discípulos de Jesús porque como humanos que somos, participamos de la mentalidad del mundo, del ambiente cultural donde vivimos, buscamos lo cómodo aunque no siempre esté de acuerdo con lo que Dios tiene proyectado, nos dejamos arrastrar por las ideologías imperantes. ¿Cómo va a querer Dios que se elimine una vida inocente, por ejemplo, en el caso del aborto? ¿Cómo va a querer Dios que se corte una vida humana, como por ejemplo, con la eutanasia? Algunas ideologías exultan de alegría diciendo que esto es progreso, que es una conquista, que es un derecho humano. Esta es la mentalidad del mundo.
Por eso, cuando leemos hoy el evangelio, Jesús nos repite lo que dijo entonces a la gente: “Se ha cumplido el tiempo y el Reino de Dios está cerca. Convertíos y creed en el Evangelio”. Así, Jesús nos llama a dejar todo lo que impide el amor, el servicio, el perdón, la vida, la confianza en Dios, y nos pide seguirlo viviendo según su Espíritu, en el lugar y situación donde cada uno le toca vivir.
No dejemos para mañana lo que podamos
hacer hoy. Dejemos que la Palabra de Dios nos purifique y disponga a creer en ella, como hicieron los habitantes de Nínive y los primeros discípulos de Jesús.
LECTIO DIVINA DESDE LA PARROQUIA DE SAN ROQUE DE HELLÍN: EMPEZANDO DESDE GALILEA