LECTURAS
- Apocalipsis 7,2-4.9-14
- Salmo responsorial 23
- 1 Juan 3,1-3
- Mateo 5, 1-12a
Hoy celebramos, además de los santos que ya están en el
calendario y santoral, a esos otros que gozan ya de la plenitud de la vida junto a Dios y con
Jesucristo resucitado. Estos
santos, como dice la 1ª lectura del Apocalipsis “son una muchedumbre, que
nadie podrá contar, de todas las naciones, razas, pueblos y lenguas y que están
delante del Cordero”. O como dice el
papa Francisco, son los santos de “la puerta de al lado”: miembros de nuestra
propia familia, vecinos, compañeros de
trabajo, que viven y son ejemplo de bien hacer en el entramado de la vida de cada día.
Ser santo es lo mismo que ser buen cristiano. La 1ª carta de san Juan (2ª
lectura) nos recuerda dónde está el fundamento de de ser cristiano y por tanto
de ser santo: “Mirad qué amor nos ha
tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios pues ¡lo somos!”. El
cristiano de verdad que hace suyo el camino a ser santo es el que reconoce que
Dios le ha amado primero, aún siendo pecador, y que le incorpora a su familia
por medio de Jesucristo, y ese Dios nos sigue acompañando por el Espíritu Santo para que permanezcamos fieles.
El papa actual, Francisco, nos dice en la exhortación “Gaudete et exultate”
(nn. 63-64) que la felicidad y santidad se consiguen en la forma de vivir siguiendo el estilo de
Jesús, sin miedo a ir a contracorriente
de lo que acostumbra a hacer la sociedad en que vivimos. Esto
supone dejarse poseer por el Espíritu de
Dios que llenaba la persona de Jesús; esto supone también dejar espacio en nuestra vida para que la Palabra de Dios
entre en nuestro corazón y genere una vida más evangélica y más humana.
Pedimos a todos los Santos que hoy celebramos, muchos “santos de la puerta de
al lado”, familiares o vecinos nuestros,
que intercedan por nosotros, y que un
día también nosotros podamos participar de la gloria de Dios, siendo semejantes
a Dios y contemplándolo tal cual es.
Hoy celebramos, además de los santos que ya están en el calendario y santoral, a esos otros que gozan ya de la plenitud de la vida junto a Dios y con Jesucristo resucitado. Estos santos, como dice la 1ª lectura del Apocalipsis “son una muchedumbre, que nadie podrá contar, de todas las naciones, razas, pueblos y lenguas y que están delante del Cordero”. O como dice el papa Francisco, son los santos de “la puerta de al lado”: miembros de nuestra propia familia, vecinos, compañeros de trabajo, que viven y son ejemplo de bien hacer en el entramado de la vida de cada día.
Pedimos a todos los Santos que hoy celebramos, muchos “santos de la puerta de al lado”, familiares o vecinos nuestros, que intercedan por nosotros, y que un día también nosotros podamos participar de la gloria de Dios, siendo semejantes a Dios y contemplándolo tal cual es.