LECTURAS |
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Cuando éramos niños, al recitar los Diez Mandamientos, terminábamos a modo de resumen: “estos diez mandamientos se encierran en dos:
amar a Dios sobre todas las cosas, y al prójimo como a uno mismo”, que es lo
que nos ha dicho Jesús en el evangelio de hoy. Lo que pasaba entonces y ocurre también hoy, es que lo sabemos perfectamente,
pero corremos el peligro de pensar que con saberlo ya basta.
La
originalidad de Jesús en la respuesta que da en el el evangelio de hoy está en unir 2 mandamientos,
poniéndolos al mismo nivel: “En estos dos mandamientos se contienen la Ley y
los Profetas”.
El amor que Jesús pide es una actitud, consecuencia de un amor
previo recibido y agradecido. Por eso, cuando Jesús nos pide amar, nos
dice que tengamos como modelo a Dios que nos ama primero: “sed misericordiosos
como el Padre del Cielo es misericordioso”, o “como el Padre me ha amado, así
os he amado yo”. El
cristiano consciente y convencido de ser cristiano es el que experimenta el
amor entrañable de Dios que nos quiere, nos perdona y nos hace hijos suyos, de
modo que el amor de Dios echa raíces,
llenándonos de paz y alegría, y en consecuencia, nos mueve a querer a los demás como Dios nos quiere.
El mundo no cambió de repente con la venida de Jesús. Él actuó como fermento en
la masa, como luz en medio de la oscuridad. Nosotros somos sus continuadores
como así nos dijo: “como el Padre me envió, así os envío yo también”, y en otra
ocasión: "vosotros sois la sal de la tierra, vosotros sois la luz del
mundo”.
Pedimos
al Espíritu Santo que nos acompañe con su fuerza para que hagamos realidad en la vida de esta semana los deberes que
Jesús nos propone en el evangelio, y en definitiva, que trabajemos por el reino
de Dios, aquí y ahora, según el proyecto de Dios.
MISAS DE LA FAMILIA
La Misa que celebramos cada domingo es, como nos recuerdo el concilio Vaticano II "el centro y culmen de la vida cristiana" porque es el encuentro de la familia de Dios, en el que se hace presente Jesucristo Resucitado. En la Misa o Eucaristía escuchamos la Palabra de Dios que ilumina nuestra vida para caminar como discípulos de Jesús, damos a gracias a Dios por todos los bienes que de el recibimos, nos alimenta con la Comunión y al terminar la Misa salimos con el encargo de Jesús de vivir en nuestra vida durante la semana lo que en la Misa hemos celebrado y orado.
Por ello, como hemos dicho en reunión con todos los padres de niños de catequesis, todos los domingos del tiempo de catequesis, celebramos la Misa de las familias a las 13,00h.