viernes, 23 de agosto de 2024

Día 25 agosto de 2024. Domingo XXI del Tiempo Ordinario.

 

LECTURAS

  1. Josué 24, 1-2a. 15-17.18b
  1. Salmo responsorial 33,, 2-3.16-17. 18-19. 20-21. 22-23
  1. Efesios 5, 21-32
  1. Jn 6, 60-69

Con la lectura del evangelio de hoy terminamos el discurso del “pan de vida” de Jn 6. Tanto en el evangelio como en la primera lectura tenemos una pregunta que afecta a lo más interior de toda persona: ¿a qué Dios queremos adorar? Elegir el Dios al que queremos seguir no tiene ningún parecido con elegir entre distintos productos que encontramos en el supermercado. Elegir el Dios al que queremos seguir es elegir un camino con un estilo de vida preciso.

  A lo largo de la historia de la humanidad, encontramos muchos personajes, hombres y mujeres, que marcaron el momento en que vivieron, como políticos, científicos, grandes conquistadores, filósofos o pensadores. Sin embargo, ha habido un personaje, que haya marcado la historia, con un antes y un después como Jesús de Nazaret, quien nunca dejó indiferente a nadie, ni en el momento de su vida terrena ni tampoco en nuestros días. Mientras recorría los caminos de Palestina, a su paso por pueblos y aldeas levantaba pasiones y opiniones a favor y también en contra. Nadie se quedaba indiferente. Como bien sabemos, sus adversarios declarados, los responsables religiosos del pueblo judío lo rechazaron condenándolo a morir en la cruz.

Y como hemos escuchado en el evangelio, terminado el discurso del “pan de vida”, muchos discípulos abandonaron a Jesús, quien, como en otro tiempo Josué, preguntó a los Apóstoles: ¿también vosotros queréis marcharos? Pedro, recogiendo el sentir de sus compañeros, expresó su fe en Jesús diciendo: “Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios”. Las palabras de Pedro indican que seguir a Jesús es el camino que lleva a la vida con Dios, y que dejar a Jesús es caminar hacia el vacío y sinsentido.

 Seguir a Jesús es seguir el camino del evangelio, haciendo propio el estilo de vida de Jesús Después de su muerte y resurrección, él se hace presente en los sacramentos, especialmente en la Eucaristía, dónde se nos da como pan de vida; en la escucha y meditación de su palabra, en la oración; también se hace presente en nuestro prójimo, que es sacramento de Jesús, como él mismo indicó: “Lo que hagáis a uno de estos pequeños, mis hermanos, a mí me lo hacéis”. Y está pasando cada día a nuestro lado, también en las circunstancias históricas que vivimos, en los proyectos que realizamos, como nos lo aseguró en su despedida: “Y sabed que yo estoy con vosotros, cada día, hasta el final de los tiempos”.


LECTIO DIVINA DE LA PARROQUIA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA