lunes, 1 de julio de 2024

Día 30 junio de 2024. Domingo XIII del Tiempo Ordinario.

     

LECTURAS

  • Sabiduría 1,13-15
  • Salmo responsorial
  • 2 Corintios 8,7.9.13-15
  • Marcos 5,21-43



En los distintos evangelios, vemos que son muchas y de diferente condición las personas que se acercan a Jesús. En el evangelio de hoy tenemos dos personas significativas: primero, se le acerca un responsable de la sinagoga, cuyo nombre es Jairo, persona importante en la ciudad, es cumplidor de la Ley y ayuda a cumplirla. Pero tiene un grave problema: la enfermedad grave que sufre su hija, que la encamina a toda prisa hacia la muerte. Pero él que ha visto a Jesús curar enfermos, se acerca con toda confianza a Jesús, para pedirle que cure a su hija y la salve de la muerte.

 El otro personaje es una mujer, de la que no se dice su nombre, pero que sufría hemorragias desde hacía 12 años, y por esta situación es considerada impura; ha gastado toda su fortuna en médicos sin obtener resultados. Un día, viendo pasar a Jesús, del que ha oído decir que curaba enfermos, vio que podía ser su salvación, y de forma discreta y anónima, tal vez avergonzada, mezclada entre la gente, pero con una fe, tal vez mágica, tocó el manto de Jesús, pensando que tal vez obtenga la curación, como así fue. Jesús reconoce: “Hija, tu fe te ha salvado. Vete en paz y queda curada de tu enfermedad”. 

También nosotros acudimos al Señor. ¿Cuál es nuestra fe? La fe verdadera implica una relación personal con Jesús como Salvador. Cada domingo cuando venimos a la Eucaristía, se realiza el encuentro con el Señor cuando escuchamos su palabra, que nos alienta y nos ayuda a hacer el camino; renovamos nuestra fe; le pedimos perdón por nuestras faltas de confianza, y le damos gracias por todo lo que hemos recibido durante la semana.

El Señor quiere la vida para toda la humanidad, para los que sufren y para los que no encuentran sentido a su existencia, y nos repite también lo que hemos escuchado en la primera lectura: “Dios creó al ser humano incorruptible y lo hizo a imagen de su propio ser”. Esto es lo que nos enseña Jesús, que Dios es nuestro Padre, y todo hombre y mujer somos hijos de Dios y hermanos unos de otros.


LECTIO DIVINA DE LA PARROQUIA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA