viernes, 18 de agosto de 2023

Día 20 agosto de 2023. Domingo XX delTiempo Ordinario.

 

    LECTURAS

  • Isaías 56,6-7
  • Salmo responsorial  66,2-3.5.6.8
  • Romanos 11,13-15.29-32
  • Mateo 15,21-28


     En el evangelio de hoy, leemos cómo una mujer pagana se acerca a Jesús pidiendo con insistencia: “Ten compasión de mí, Señor, Hijo de David”. Y seguidamente, le expone el problema: “mi hija tiene un demonio muy malo”. Sin embargo, ¡qué extraña la reacción de Jesús!: en primer lugar, no haciendo caso, y, en segundo lugar, le pone pegas. Tal vez, muchos de los presentes se escandalizaron, pero la mujer continuó insistiendo. Hasta los discípulos le dicen: “atiéndela porque viene gritando detrás de nosotros”.

      En las respuestas primeras que da Jesús, se refleja toda la mentalidad que tenían los judíos hacia los gentiles o paganos, como manifiesta en la forma despectiva como habla a la mujer que le suplica. En efecto, los judíos llamaban a los no judíos: “perros gentiles” porque no pertenecían al pueblo de Dios y no eran dignos de la salvación según ellos.

      Probablemente esa forma de proceder Jesús fue una manera pedagógica de atraer la atención de los presentes para manifestar públicamente la fe de aquella mujer que, no siendo judía, sin embargo, implora a Jesús. Finalmente, Jesús la acogió y escuchó, admiro su fe, y curó a su hija enferma: “Mujer, ¡qué grande es tu fe! Que se cumpla lo que deseas. Y en aquel momento, su hija quedó curada”. Sin duda, el evangelista Mateo, con el extraño proceder de Jesús, quiere dar una lección a sus discípulos y a la comunidad judeocristiana, para que acojan a los extranjeros como legítimos beneficiarios de  la salvación  anunciada por Jesús.

      Jesús admiró la gran fe de aquella mujer sencilla y pagana que, por amor a su hija, no dudó en suplicar a Jesús a pesar de los obstáculos y dificultades. La respuesta de Jesús nos manifiesta que todos estamos llamados a la salvación, y que las diferencias de trato entre nosotros por razón cultural, religiosa, económica, política, racial, no es lo que Dios quiere, porque ante Dios, todos somos hijos y hermanos, y en Jesús se manifiesta la compasión de Dios hacia todo ser humano.


LECTIO DIVINA PARROQUIA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA