LECTURAS
- Isaías 2, 11-5
- Salmo responsorial
- Romanos 13,11-14
- Mateo 24, 37-44
Lo
importante en Adviento es centrarnos en el mensaje de Jesús y tratar de vivirlo
como él lo vivió y propuso. La Palabra
de Dios que iremos escuchando nos ayuda a intentar vivir según el espíritu de
Jesús. Así, por ejemplo, san Pablo nos dice que “va siendo hora de
espabilarse”, y esto mismo nos dice Jesús al final del evangelio.
La
advertencia de san Pablo a los romanos (2ª lectura) es las misma que podría hacernos hoy a nosotros:
“nada de comilonas y borracheras, nada de riñas y pendencias”, dice el apóstol.
Si miramos nuestra vida personal y
social vemos que buscamos y nos quedamos en lo inmediato, mirando la propia
comodidad centrados en nosotros mismos, llenando nuestra vida de lo placentero,
siguiendo las pautas de la moda y publicidad que nos arrastra a todos casi de
manera inconsciente. A este modo de ser y actuar la SE llama “estar dormidos”.
Si
nos tenemos por cristianos, el Adviento es ocasión para preguntarnos: ¿Quién es
Jesús para mí? ¿Qué importancia tiene en mi vida? ¿Por
qué es importante Jesucristo? Él mismo dijo: “Quien me ha visto a mí, ha visto
al Padre”. Y también: “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre
sino por mí”. Es decir, Jesús es “Dios con nosotros”, que se ha hecho nuestro
hermano al hacerse hombre, y nos acompaña en nuestro caminar terreno señalándonos
la meta de nuestra vida, que es Dios.
El
mensaje de Jesús, no es para amargarnos
la vida, sino que nos previene contra el mal, nos libera de los falsos ídolos a
los que adoramos, nos libera del pecado y la muerte, y nos acompaña hasta la
Vida en Dios. De ahí que lo llamemos nuestro Salvador y Señor.
La venida de Jesús es una buena noticia porque viene a ayudarnos a salir del mal que encontramos en la sociedad y en
nuestro interior: La esperanza cristiana fundada en el evangelio nos dice que
Jesús viene a darnos vida; pero es decisivo que cada cual quiera recibirlo.
Jesús llama a nuestra puerta en muchas ocasiones, pero cuántas veces damos el
portazo para que no entre.
Cuando
hoy Jesús termina el evangelio diciendo “Estad también vosotros preparados,
porque a la hora que menos penséis vendrá el Hijo del hombre” no es una amenaza
sino una invitación a decidirse por Él, que nos ofrece la salvación de Dios y
espera que le digamos “sí”.
- Isaías 2, 11-5
- Salmo responsorial
- Romanos 13,11-14
- Mateo 24, 37-44