domingo, 4 de diciembre de 2022

Día 4 diciembre de 2022. Domingo II de Adviento.

 

LECTURAS

  • Isaías 2,1-5
  • Salmo responsorial 71,1-2.7-8.12-13.17
  • Romanos 13,11-14
  • Mateo 24,37-44



Juan Bautista grita diciendo: “Convertíos porque está cerca el Reino de los cielos”. La palabra “conversión” (“metanoia”) significa “cambio de mentalidad”; en lenguaje bíblico es cambiar de rumbo en la vida. La conversión es llamada a una renovación profunda de nuestra vida:  de nuestras actitudes, comportamientos, manera de vivir nuestras relaciones. Pero para rectificar es preciso descubrir y reconocer que me he equivocado. Y tras hacer un discernimiento descubriendo qué es lo mejor para mí, actuar en consecuencia. Esto es la conversión.

     Y la razón de esta llamada a la conversión es “porque está cerca el Reino de los cielos”, que es la persona de Jesús, Dios hecho hombre, nacido en Belén.

Con Jesús ha aparecido el Reino de Dios, pero el mundo lo ignoramos; seguimos sumergidos en nuestras contradicciones, liquidando la justicia, la paz, sembrando la muerte y destrucción de las personas y también de la “casa común” como es la naturaleza. Y por ello, la insistencia e invitación de Juan: “Preparad el camino al Señor, allanad sus senderos”, palabras que escuchadas en este tiempo de Adviento es como si nos dijera: Mirad que el Señor viene de nuevo, y necesitamos abandonar los caminos ambiguos, quitar los obstáculos que impiden la llegada de Dios a nuestra vida y sociedad, que no bloqueemos las puertas de nuestro corazón.

Al decirnos el evangelio cómo vestía y qué comía Juan nos está diciendo  que también nosotros podemos prescindir de muchas cosas superfluas que nos ofrece de manera desmedida la sociedad de consumo, y busquemos lo único necesario para vivir.

Juan dirigiéndose a los fariseos y saduceos (representantes del poder político y religioso), les llama “camada de víboras”, es decir, agentes de muerte. ¿Qué nos diría hoy Juan Bautista a cada uno de nosotros? 

 Y refiriéndose a Jesús, dice unas palabras preciosas: “Yo bautizo en agua  (como si dijera que eso no basta), …pero el que viene detrás de mí, puede más que yo…Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego”. Es decir, él traerá la fuerza de la Vida y el Amor... Él es el Mesías que viene a salvar a todos los pueblos y a todos aquellos que se abren a su presencia.

LECTIO DIVINA  DESDE LA PARROQUIA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA


HOJA DOMINICAL DIOCESANA