sábado, 3 de abril de 2021

Día 4 de abril de 2021. Domingo de Pascua

 


LECTURAS

  • Hechos de los Apóstoles (10,34a.37-43)
  • Sal 117,1-2.16ab-17.22-23
  • Colosenses (3,1-4)
  • Juan (20,1-9)

Hay cristianos que creen que la fiesta cristiana más importante es Navidad, otros que la Semana Santa, o que el Viernes Santo es el más significativo, y esto por los nazarenos, los latigazos, las Dolorosas,  el Santo Sepulcro. Pero no; si las cosas fueran así, estaríamos haciendo «memoria» de la muerte injusta de un inocente en manos de los poderosos. Y  sacaríamos  la conclusión de que ganan los de siempre, sin que Dios haga absolutamente nada.  

     Pero no fue así. La resurrección de Jesús significa que sólo una vida planteada, vivida y entregada desde el amor tiene sentido, es más poderosa que la muerte. Y Dios está de acuerdo, y por eso el crucificado es Resucitado, y por eso la Fiesta de Pascua es la “fiesta de las Fiestas”, razón de nuestra  fe en Jesucristo, al que reconocemos como Señor y Salvador.

Los discípulos no creyeron que Jesús había resucitado porque vieran el sepulcro vacío:

-Solo llegaron a reconocerlo cuando  se encontraron con él y lo sienten presente cuando están reunidos “en su nombre”, en comunidad; hay que estar entre los suyos, con los suyos, y aceptar ser de los suyos.

-Cuando hacían lo mismo que él hizo, parten el pan y beben el vino  de la Eucaristía, y se comprometen a vivir su mismo estilo de vida, él se hace presente, y los discípulos se van transformando  en otros Cristos que seguirán haciendo  lo que hacía Jesús.

 - Cuando oran, cuando dejan cuestionarse por lo que Jesús había dicho  y hecho, cuando se preguntan: “Señor, ¿Qué tengo que hacer para entra en el Reino de Dios? O bien: ¿Cuál es tu voluntad sobre mí? Entonces Cristo está presente.

- Y también, cuando impulsados por la misericordia, reconocen al Señor  en los pequeños y en los que sufren, Cristo se hace presente, porque “lo que hacéis a uno de estos pequeños, mis hermanos,  a mí me lo hacéis”, decía Jesús.

 La experiencia de que Cristo había resucitado fue vivida  por los discípulos poco a poco. Y también fueron cambiando, haciéndose hombres y mujeres nuevos, poco a poco. Por eso la Iglesia celebra este día de Pascua durante 50 días (el Tiempo Pascual), como diciendo: debemos ir resucitando poco a poco. Es el Espíritu que nos da Jesucristo resucitado el que trasformará nuestros corazones de piedra haciéndolos semejantes al suyo, hasta ser realidad lo que nos dice San Pablo: “Ya no  soy yo  el que está vivo, es Cristo  quien vive en mí”. En consecuencia: oremos con insistencia durante todo este tiempo pascual, deseando que el Señor nos resucite, que pasemos de una fe superficial a una fe existencial,  con la ayuda del Espíritu Santo.

LECTIO DIVINA DESDE LA PARROQUIA DE SAN ROQUE DE HELLÍN: ¿BUSCÁIS AL QUE HA MUERTO?