LECTURAS
- Éxodo 3, 1-8a.13-15
- Salmo responsorial 102
- Primera Corintios 10,11-6.10-12
- Lucas 13,1-9
El Dios que se revela a Moisés no es un Dios impasible e insensible, sino un Dios que escucha el clamor del pueblo, al que saca de la esclavitud de Egipto. Aquel pueblo que salió de Egipto experimentó a Dios como Dios misericordioso.
Y sin embargo cuantas veces en el imaginario de muchos, incluido cristianos, se piensa en un Dios que castiga y premia, "premiador de buenos y castigador de malos." que decía el viejo catecismo de mi infancia.
Esa es la pregunta que subyace en la pregunta que hacen a Jesús sobre la masacre de galileos ordenada por Pilato. La respuesta de Jesús es que Dios no procede así: "¿Pensáis que esos galileos era más pecadores que los demás galileos, porque acabaron así? Os digo que no...". Por tanto, no es cristiana la idea que Dios vigila como un policía y se cobra la multa castigando.
Somos nosotros los que nos castigamos a nosotros mismos. Por ello, añade Jesús: "Si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera", frase que quiere decir, más bien, : Si no procedemos de otra manera, entonces malogramos nuestra existencia.
La parábola de la higuera es esclarecedora: Dios nos regala los medios para que crezcamos como personas, y nuestra tarea no es tanto hacer cosas cuanto tomar conciencia de lo que es el verdadero ser y vivir esa realidad a tope. Según vivamos con responsabilidad o no, vamos encontrando nuestro premio o castigo, que nos concedemos nosotros mismos.
LECTIO DIVINA DESDE LA PARROQUIA DE SAN ROQUE DE HELLÍN: OS DIGO QUE NO.
Y sin embargo cuantas veces en el imaginario de muchos, incluido cristianos, se piensa en un Dios que castiga y premia, "premiador de buenos y castigador de malos." que decía el viejo catecismo de mi infancia.
Esa es la pregunta que subyace en la pregunta que hacen a Jesús sobre la masacre de galileos ordenada por Pilato. La respuesta de Jesús es que Dios no procede así: "¿Pensáis que esos galileos era más pecadores que los demás galileos, porque acabaron así? Os digo que no...". Por tanto, no es cristiana la idea que Dios vigila como un policía y se cobra la multa castigando.
Somos nosotros los que nos castigamos a nosotros mismos. Por ello, añade Jesús: "Si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera", frase que quiere decir, más bien, : Si no procedemos de otra manera, entonces malogramos nuestra existencia.
La parábola de la higuera es esclarecedora: Dios nos regala los medios para que crezcamos como personas, y nuestra tarea no es tanto hacer cosas cuanto tomar conciencia de lo que es el verdadero ser y vivir esa realidad a tope. Según vivamos con responsabilidad o no, vamos encontrando nuestro premio o castigo, que nos concedemos nosotros mismos.