sábado, 30 de marzo de 2019
31 de Marzo. Domingo 4º de Cuaresma
domingo, 24 de marzo de 2019
24 de Marzo de 2019. Domingo 3º de Cuaresma
LECTURAS
- Éxodo 3, 1-8a.13-15
- Salmo responsorial 102
- Primera Corintios 10,11-6.10-12
- Lucas 13,1-9
El Dios que se revela a Moisés no es un Dios impasible e insensible, sino un Dios que escucha el clamor del pueblo, al que saca de la esclavitud de Egipto. Aquel pueblo que salió de Egipto experimentó a Dios como Dios misericordioso.
Y sin embargo cuantas veces en el imaginario de muchos, incluido cristianos, se piensa en un Dios que castiga y premia, "premiador de buenos y castigador de malos." que decía el viejo catecismo de mi infancia.
Esa es la pregunta que subyace en la pregunta que hacen a Jesús sobre la masacre de galileos ordenada por Pilato. La respuesta de Jesús es que Dios no procede así: "¿Pensáis que esos galileos era más pecadores que los demás galileos, porque acabaron así? Os digo que no...". Por tanto, no es cristiana la idea que Dios vigila como un policía y se cobra la multa castigando.
Somos nosotros los que nos castigamos a nosotros mismos. Por ello, añade Jesús: "Si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera", frase que quiere decir, más bien, : Si no procedemos de otra manera, entonces malogramos nuestra existencia.
La parábola de la higuera es esclarecedora: Dios nos regala los medios para que crezcamos como personas, y nuestra tarea no es tanto hacer cosas cuanto tomar conciencia de lo que es el verdadero ser y vivir esa realidad a tope. Según vivamos con responsabilidad o no, vamos encontrando nuestro premio o castigo, que nos concedemos nosotros mismos.
LECTIO DIVINA DESDE LA PARROQUIA DE SAN ROQUE DE HELLÍN: OS DIGO QUE NO.
Y sin embargo cuantas veces en el imaginario de muchos, incluido cristianos, se piensa en un Dios que castiga y premia, "premiador de buenos y castigador de malos." que decía el viejo catecismo de mi infancia.
Esa es la pregunta que subyace en la pregunta que hacen a Jesús sobre la masacre de galileos ordenada por Pilato. La respuesta de Jesús es que Dios no procede así: "¿Pensáis que esos galileos era más pecadores que los demás galileos, porque acabaron así? Os digo que no...". Por tanto, no es cristiana la idea que Dios vigila como un policía y se cobra la multa castigando.
Somos nosotros los que nos castigamos a nosotros mismos. Por ello, añade Jesús: "Si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera", frase que quiere decir, más bien, : Si no procedemos de otra manera, entonces malogramos nuestra existencia.
La parábola de la higuera es esclarecedora: Dios nos regala los medios para que crezcamos como personas, y nuestra tarea no es tanto hacer cosas cuanto tomar conciencia de lo que es el verdadero ser y vivir esa realidad a tope. Según vivamos con responsabilidad o no, vamos encontrando nuestro premio o castigo, que nos concedemos nosotros mismos.
LECTIO DIVINA DESDE LA PARROQUIA DE SAN ROQUE DE HELLÍN: OS DIGO QUE NO.
QUIERO VER: SEGUNDA OPORTUNIDAD
sábado, 16 de marzo de 2019
Día 17 de Marzo. Domingo 2º de Cuaresma
DÍA DEL SEMINARIO
LECTURAS
- Génesis 15, 5-12.17-18
- Salmo responsorial 26
- Filipenses 3, 17-4,1
- Lucas 9,28b-36
La Cuaresma nos invita a salir de " tu tierra", como dijo Dios a Abrahám. Para nosotros, "salir de tu tierra" es abandonar la situación en la que estamos instalados cómodamente, viviendo rutinariamente el día a día; es salir del caparazón de nuestros egoísmos que, con frecuencia, hace que nuestros ojos no vean y que nuestro corazón no sienta lo que pasa a nuestro alrededor, adoptando actitudes de indiferencia ante el que pasa necesidad, ajenos al que camina junto a nosotros; y también, sordos a la voz de Dios que nos llama porque nos quiere y nos asocia a su propia vida y alegría.
Tres llamadas: a Abrahán, al que promete hacerle padre de un pueblo, y por ello la promesa de "una descendencia numerosa como las estrellas del cielo", y promesa de una tierra "entre el río de Egipto y el Gran río del Eúfrates".
A San Pablo al que Jesús llamó, cambia de mentalidad y actitudes, y por ello anima a su querida comunidad de Filipos a que lo imiten como él imita a Jesucristo.
Y Jesús que hace testigos de su transfiguración a sus tres discípulos más significativos, a los que les encarga, después de la resurrección, de ser testigos de lo que han contemplado en el monte.
Hoy día, Jesús sigue haciendo su llamada y espera respuestas decididas y con alegría. Esto nos lo recuerda esta Jornada del Día del Seminario, por lo que la Iglesia nos invita a que sintamos el "Seminario, misión de todos"; esto es, que oremos por las vocaciones, que creemos un ambiente propicio a las mismas, que las acojamos, las apoyemos y nos legremos porque alguno de nuestros jóvenes son llamados y responden con alegría a Jesús para servirlo en la Iglesia como sacerdotes, y para ello formarse según el modelo de Jesús el Buen Pastor, y esto se realiza en el Seminario.
Apoyemos con nuestra oración y colaboración económica la formación de nuestros seminaristas..
Tres llamadas: a Abrahán, al que promete hacerle padre de un pueblo, y por ello la promesa de "una descendencia numerosa como las estrellas del cielo", y promesa de una tierra "entre el río de Egipto y el Gran río del Eúfrates".
A San Pablo al que Jesús llamó, cambia de mentalidad y actitudes, y por ello anima a su querida comunidad de Filipos a que lo imiten como él imita a Jesucristo.
Y Jesús que hace testigos de su transfiguración a sus tres discípulos más significativos, a los que les encarga, después de la resurrección, de ser testigos de lo que han contemplado en el monte.
Hoy día, Jesús sigue haciendo su llamada y espera respuestas decididas y con alegría. Esto nos lo recuerda esta Jornada del Día del Seminario, por lo que la Iglesia nos invita a que sintamos el "Seminario, misión de todos"; esto es, que oremos por las vocaciones, que creemos un ambiente propicio a las mismas, que las acojamos, las apoyemos y nos legremos porque alguno de nuestros jóvenes son llamados y responden con alegría a Jesús para servirlo en la Iglesia como sacerdotes, y para ello formarse según el modelo de Jesús el Buen Pastor, y esto se realiza en el Seminario.
Apoyemos con nuestra oración y colaboración económica la formación de nuestros seminaristas..
LECTIO DIVINA DESDE LA PARROQUIA DE SAN ROQUE DE HELLÍN: EL COMBATE POR LA LUZ
QUIERO VER: LA VOZ
HOJA DOMINICAL DIOCESANA
Los seminaristas en nuestra Parroquia:
con niños de 3º de catequesis de iniciación cristiana
y con un grupo de Confirmación:
sábado, 9 de marzo de 2019
Día 10 de Marzo. Domingo Primero de Cuaresma.
LECTURAS
- Deuteronomio 26,4-10
- Salmo responsorial 90
- Romanos 10,8-13
- Lucas 4,1-13
En días pasados, hemos podido contemplar desfiles llenos de colorido y música, disfraces y máscaras, como son los carnavales, fiestas populares que preceden a la Cuaresma.
Podríamos darle la vuelta, y entender a partir de estas imágenes qué es la Cuaresma. Es un camino para despojarnos de los disfraces y máscaras que en el día a día vamos poniendo en nuestra vida y relaciones. Por tanto, la Cuaresma es un cambio en el que pasamos del disfraz, de lo externo y sobreañadido para llegar a lo interior. Es como el trabajo de limpieza que se hace con una obra de arte cuando se restaura: se le quitan las capas de suciedad o adherencias que el tiempo le ha echado encima ocultando lo auténtico, de modo que una vez restaurada, aparece la obra tal y como la creó su autor.
La Cuaresma apunta a la Pascua, y en ella la renovación con más fuerza de nuestro compromiso de seguir a Jesucristo, como haremos al renovar las promesas del bautismo, que debe ser un acto que recoja las renuncias de todo aquello que es contrario a la fe y contra lo que hemos luchado durante la Cuaresma, como se nos decía en la imposición de la ceniza. "Conviértete y cree en el Evangelio".
LECTIO DIVINA DESDE LA PARROQUIA DE SAN ROQUE DE HELLÍN: CUARENTA DÍAS.
Podríamos darle la vuelta, y entender a partir de estas imágenes qué es la Cuaresma. Es un camino para despojarnos de los disfraces y máscaras que en el día a día vamos poniendo en nuestra vida y relaciones. Por tanto, la Cuaresma es un cambio en el que pasamos del disfraz, de lo externo y sobreañadido para llegar a lo interior. Es como el trabajo de limpieza que se hace con una obra de arte cuando se restaura: se le quitan las capas de suciedad o adherencias que el tiempo le ha echado encima ocultando lo auténtico, de modo que una vez restaurada, aparece la obra tal y como la creó su autor.
La Cuaresma apunta a la Pascua, y en ella la renovación con más fuerza de nuestro compromiso de seguir a Jesucristo, como haremos al renovar las promesas del bautismo, que debe ser un acto que recoja las renuncias de todo aquello que es contrario a la fe y contra lo que hemos luchado durante la Cuaresma, como se nos decía en la imposición de la ceniza. "Conviértete y cree en el Evangelio".
LECTIO DIVINA DESDE LA PARROQUIA DE SAN ROQUE DE HELLÍN: CUARENTA DÍAS.
QUIERO VER: CAMINO DE TENTACIONES
HOJA DOMINICAL DIOCESANA
sábado, 2 de marzo de 2019
Día 3 de Marzo de 2019. Domingo 8º del Tiempo Ordinario
LECTURAS
- Eclesiástico 27,5-8
- Salmo responsorial 91
- 1ª Corintios 15,54-58
- Lucas 6,39-45
Jesús se dirige a sus discípulos, y por tanto, a nosotros, con una pregunta-proverbio: "Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? Todos entendemos el proverbio y sabemos la respuesta.
Un ciego fisiológico es una persona que no puede ver, que no ve la luz. LLevado el proverbio al plano espiritual que es en el que habla Jesús, significa que un ciego es el que no contempla la luz de Cristo, y por tanto, es incapaz de ver las realidades a la luz de Cristo.
Por desgracia, son muchos los bautizados que no tienen la luz de Cristo, bien porque la han perdido, bien porque no la han cultivado, de modo que aunque fueron iluminados, sin embargo, se han convertido en "miopes profundos" o con "cataratas" desde el punto de vista espiritual, porque de hecho no tiene una visión cristiana de la realidad. Son bautizados, pero como si no lo fueran, especie de "ciegos espirituales".
Las palabras de Jesús nos indican que el evangelio es para ser vivido. Y eso nos lo dice con otro proverbio: "No hay árbol bueno que dé fruto malo. Y no hay árbol malo que dé fruto bueno. Con este juego de palabras, Jesús nos dice que Dios nos ha hacho "árbol bueno", o como decía San Pablo: "hemos sido injertados en Cristo". Nuestras palabras y acciones son manifestación de los que somos, y la vida de los que seguimos a Jesús se manifiesta, no tanto por los buenos deseos, cuanto por las actitudes y actos concretos de nuestra vida de cada día.
Un ciego fisiológico es una persona que no puede ver, que no ve la luz. LLevado el proverbio al plano espiritual que es en el que habla Jesús, significa que un ciego es el que no contempla la luz de Cristo, y por tanto, es incapaz de ver las realidades a la luz de Cristo.
Por desgracia, son muchos los bautizados que no tienen la luz de Cristo, bien porque la han perdido, bien porque no la han cultivado, de modo que aunque fueron iluminados, sin embargo, se han convertido en "miopes profundos" o con "cataratas" desde el punto de vista espiritual, porque de hecho no tiene una visión cristiana de la realidad. Son bautizados, pero como si no lo fueran, especie de "ciegos espirituales".
Las palabras de Jesús nos indican que el evangelio es para ser vivido. Y eso nos lo dice con otro proverbio: "No hay árbol bueno que dé fruto malo. Y no hay árbol malo que dé fruto bueno. Con este juego de palabras, Jesús nos dice que Dios nos ha hacho "árbol bueno", o como decía San Pablo: "hemos sido injertados en Cristo". Nuestras palabras y acciones son manifestación de los que somos, y la vida de los que seguimos a Jesús se manifiesta, no tanto por los buenos deseos, cuanto por las actitudes y actos concretos de nuestra vida de cada día.
LECTIO DIVINA DESDE LA PARROQUIA DE SAN ROQUE DE HELLÍN: POR SU FRUTO SE CONOCE CADA ÁRBOL
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