LECTURAS
Proverbios 9, 1-6
salmo responsorial 33
Efesios 5, 15-20
Juan 6, 51-58
Tras la multiplicación de los panes, Jesús manifiesta cuál es la intención de la gente: "No me buscáis porque hayáis recibido señales, sino porque habéis comido hasta saciaros". Y Jesús sabe que hay necesidad del pan de trigo, sin embargo, les habla de otro alimento que da vida duradera, y lo concreta afirmando: "el que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él".
Jesús, partiendo del pan que fortalece el cuerpo, habla de su "carne" que da vida eterna. En la lengua de Jesús, el arameo, la palabra "carne" es una forma de designar toda la persona y no sólo la parte material, con cuyas palabras está indicando que quien lo acepta, quien cree en él, recibe la vida superior, la vida de Dios. Por ello, recibir el "pan" de la Eucaristía, implica coincidir con él en el ser y en el actuar; eso es vivir en comunión.
San Agustín lo entendió muy bien, y lo explicó mejor, al decir que "La Iglesia hace la Eucaristía y la Eucaristía hace la Iglesia"; es decir, es la Iglesia que se reúne para celebrar o confeccionar la Eucaristía, y en la medida en que la Iglesia la celebra, crece y se perfecciona como Iglesia, como familia reunida por Jesús, que crece en comunión con Dios y con los demás miembros.
Jesús, partiendo del pan que fortalece el cuerpo, habla de su "carne" que da vida eterna. En la lengua de Jesús, el arameo, la palabra "carne" es una forma de designar toda la persona y no sólo la parte material, con cuyas palabras está indicando que quien lo acepta, quien cree en él, recibe la vida superior, la vida de Dios. Por ello, recibir el "pan" de la Eucaristía, implica coincidir con él en el ser y en el actuar; eso es vivir en comunión.
San Agustín lo entendió muy bien, y lo explicó mejor, al decir que "La Iglesia hace la Eucaristía y la Eucaristía hace la Iglesia"; es decir, es la Iglesia que se reúne para celebrar o confeccionar la Eucaristía, y en la medida en que la Iglesia la celebra, crece y se perfecciona como Iglesia, como familia reunida por Jesús, que crece en comunión con Dios y con los demás miembros.