sábado, 30 de junio de 2018

Día 1 de Julio de 2018. Domingo 13 del Tiempo Ordinario


LECTURAS

  • Sabiduría 1,13-15; 2, 23-24
  • Salmo responsorial 29
  • 2 Corintios 8,7.9.13-15
  • Marcos 5, 21-43
      Uno de los grandes problemas  para todo hombre y mujer, en todos los tiempos y culturas, es la muerte. De hecho convivimos con ella: ¿Quien no ha vivido de cerca la muerte de un ser querido: unos padres, esposo o esposa, un hijo, un hermano, un amigo? También nuestras reacciones ante la muerte son diversas.
      La Palabra de Dios de hoy nos habla de este enigma, pero sobre todo, nos habla de la vida, que es a lo que Dios nos ha llamado.
      En el evangelio escuchamos dos historias complementarias: Jesús no sólo cura la enfermedad, caso de la mujer que toca el manto de Jesús, sino que devuelve a la vida una niña  de 12 años, que acaba de morir; de esta manera Jesús se manifiesta como Señor de la vida.
      Ya, en la primera lectura, del Libro de la Sabiduría, se dice que Dios creó al ser humano para la inmortalidad, es decir, para que viva. Este es el proyecto de Dios.
       Los protagonistas del evangelio, la mujer y el padre de la niña, muestran una gran fe en Jesús.  También nosotros podemos preguntarnos  por nuestra  fe, porque la fe nos debe llevar a vivir de manera nueva, haciendo como Jesús: crear vida a nuestro alrededor, o como nos dice San Pablo: "Ya que sobresalís en la fe... distinguíos  también en vuestra generosidad... que vuestra abundancia remedie el mal  que otros tienen".


LECTIO DIVINA DESDE LA PARROQUIA DE SAN ROQUE DE HELLÍN: SANGRE Y MUJERES

QUIERO VER: SOBRE TODO, FE