LECTURAS
Desde la tierna infancia hasta la edad adulta, en torno a los 30 años, Jesús había permanecido en Nazaret, en la casa familiar junto a sus padres María y José, de quien aprendió, sin duda, el oficio familiar, y así era conocido como el "hijo del carpintero". De dicho trabajo vivía y colaboraba en la economía familiar.
Apareció Juan Bautista, reconocido como profeta, que predicaba en el desierto de Judea junto al río Jordán, despertando mucha expectación en todo el pueblo, pues hacía siglos que no había profetas en Israel, lo que se consideraba una desgracia; era como si Dios hubiera abandonado al pueblo. Jesús, seguro que junto con otros paisanos de su pueblo Nazaret, se desplazó hasta donde estaba Juan, deseoso de escuchar al profeta. Y allí se hizo bautizar Jesús.
Es importante lo que ocurrió en el bautismo, narrado de forma telegráfica por el evangelista; tan importante fue que todos los evangelistas lo narran, y lo sitúan como el comienzo de la predicación de Jesús, quien toma conciencia de su identidad y misión: "Este es mi Hijo, el amado, en quien me complazco".
Después del bautismo comenzó lo que conocemos como "vida pública" o predicación por tierras de Palestina, primero en Galilea y después en Judea.