sábado, 15 de febrero de 2025

Día 16 febrero de 2025. Domingo VI del Tiempo Ordinario.

 

LECTURAS

  • Jeremías 17,5-8
  • Salmo r4esponsoral 1,1-4.6
  • 1ª Corintios 15,16-20
  • Lucas 6, 17.20-26

Las bienaventuranzas reflejan las actitudes y el estilo de vida del mismo Jesús. Él decidió vivir pobremente, compadeciéndose del sufrimiento de los más pobres, lo que le valió ser odiado y condenado por los que estaban hartos.

En la primera lectura que leemos hoy, el profeta jeremías dice también que serán dichosos los que confían en el Señor. Y lo expresa con una imagen: “serán como árbol plantado junto al agua, que extiende las raíces y da fruto abundante”. A su alrededor todo será verdor y alegría. Y llama “malditos” a quienes confían solo en el hombre, apartando su corazón del Señor. Los que así proceden atraen toda clase de males para sí y para el mundo. Desde el evangelio nos preguntamos: ¿en quién confía nuestro corazón?  o ¿Qué nos atrae con tanta fuerza que nos resistimos a cambiar? ¿La comodidad, el placer, el dinero, nuestros intereses egoístas? 

Para hacer posible su proyecto, Dios cuenta con nosotros, y lo hacemos cuando aliviamos la pobreza de los pobres obrando justamente, cuando tendemos la mano y ayudamos a saciar el hambre y sed de los pueblos, cuando damos cariño a los tristes, atención y cercanía a los enfermos, cuando defendemos y somos solidarios de los maltratados.

La práctica de la solidaridad y de las obras de caridad nos conducen a vivir las bienaventuranzas de manera compartida. Dice el refrán que “amor con amor se paga”. Quien cree que Dios es amor y que le ama, necesariamente tiene que amar a los demás, cómo nos asegura el apóstol Juan: “El que ama, ese ha nacido de Dios”.

En los gestos de solidaridad y entrega se cumple lo que parecía imposible, pero son los caminos que solo Dios conoce. Pongo como ejemplo la solidaridad en el caso de la DANA, de hace poco más de 3 meses, donde tantos miles de voluntarios, vecinos, fuerzas del orden, militares, ayudas económicas de familias y empresas, han hecho y están dando vida a los damnificados. A tales personas Jesús les dice “Dichosos vosotros, porque lo que hacéis con los que sufren, lo hacéis conmigo”.


LECTIO DIVINA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA

HOJA DOMINCAL DIOCESANA