LECTURAS
- Eclesiástico 35,12-14.16-19
- Salmo responsorial 332-3.17-18.19.23
- 2 Timoteo 4,6-8.16-18
- Lucas 18,9-14
El
día del DOMUND que celebramos hoy tiene como objetivo que tengamos una mirada
abierta más allá de nuestras casas y fronteras, que no seamos islas, y esto por
deseo de Jesús. Así nos lo pide Jesús, quien al hacerse ver por los discípulos después de la resurrección les dijo: “Así
está escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día
y en su nombre se predicará la conversión para perdón de los pecados a todos los pueblos comenzando por Jerusalén.
Vosotros seréis testigos de esto”. Así, el lema del Domund-2022 es: “Vosotros seréis mis testigos”.
El lema “seréis mis testigos” significa e implica que hay que empezar por
ser testigos de Jesús en nuestra propia
familia, en nuestro barrio, en nuestra parroquia, allí donde se realiza nuestra
vida, trabajo, estudio, relaciones sociales. Ser
testigos de Jesús quiere decir que se note que somos cristianos: que nuestra mentalidad
esté moldeada por el Evangelio. Por tanto, lo primero es la coherencia de vida. Pero
también nuestra palabra debe acompañar, como dijo el apóstol Pedro a los cristianos en
tiempo de persecución: ”Estad siempre dispuestos a dar razón de vuestra fe a
quien lo pida, pero hacedlo con delicadeza
y respeto...” (1 Pe 3,15-16).
En una familia cristiana se debe anunciar a Jesús con la vida y también con la palabra: enseñar a los hijos
las cosas elementales de la fe, familiarizarlos con Jesús, enseñarles las
primeras oraciones, la participación en la misa dominical, celebrando así la
resurrección del Señor, razón de nuestra fe y garantía de nuestro futuro en
Dios, darle gracias a Dios por todos los bienes que recibimos, y sentirnos
unidos a todos los demás cristiana, nuestra familia cristiana.
Dentro
de la parroquia todos debemos “ser testigos del Señor”, pero hay algunos
cristianos-as, los catequistas, que tienen la misión de ser testigos de Jesús
ante niños y jóvenes a los que inician
en la fe. Los catequistas son enviados por la Iglesia para transmitir la Buena Nueva en nombre de Jesús por
mediación de la Iglesia. Y
lo mismo podemos decir de otros servicios para el bien de la comunidad: el coro
parroquial, Cáritas, pastoral de la salud, liturgia, y otros trabajos materiales que se hacen en la parroquia y templo.
Pero el día del Domund nos invita dirigir la mirada más allá de nuestras
fronteras, nos hace mirar a otros pueblos de la tierra, donde Jesús todavía no es conocido. Nos hace pensar en los misioneros:
sacerdotes, religiosos-as y laicos, que la Iglesia envía a países lejanos para
ser testigos de Jesús anunciándolo con palabras y obras.
Esto
nos debe comprometer a interesarnos por conocer las misiones y rezar por los
misioneros, y orar especialmente para que haya cristianos–as que respondan a
Jesús ofreciéndose como misioneros.
Y también nos invita a sostener la misión y a los
misioneros con nuestra oración y también con nuestra cooperación económica. Recordemos que nuestra generosidad es otra
forma de ser testigos y que nuestra aportación colabora de forma eficaz para
que el Evangelio sea predicado "hasta los confines de la tierra".
El día del DOMUND que celebramos hoy tiene como objetivo que tengamos una mirada abierta más allá de nuestras casas y fronteras, que no seamos islas, y esto por deseo de Jesús. Así nos lo pide Jesús, quien al hacerse ver por los discípulos después de la resurrección les dijo: “Así está escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se predicará la conversión para perdón de los pecados a todos los pueblos comenzando por Jerusalén. Vosotros seréis testigos de esto”. Así, el lema del Domund-2022 es: “Vosotros seréis mis testigos”.
El lema “seréis mis testigos” significa e implica que hay que empezar por ser testigos de Jesús en nuestra propia familia, en nuestro barrio, en nuestra parroquia, allí donde se realiza nuestra vida, trabajo, estudio, relaciones sociales. Ser testigos de Jesús quiere decir que se note que somos cristianos: que nuestra mentalidad esté moldeada por el Evangelio. Por tanto, lo primero es la coherencia de vida. Pero también nuestra palabra debe acompañar, como dijo el apóstol Pedro a los cristianos en tiempo de persecución: ”Estad siempre dispuestos a dar razón de vuestra fe a quien lo pida, pero hacedlo con delicadeza y respeto...” (1 Pe 3,15-16).
En una familia cristiana se debe anunciar a Jesús con la vida y también con la palabra: enseñar a los hijos las cosas elementales de la fe, familiarizarlos con Jesús, enseñarles las primeras oraciones, la participación en la misa dominical, celebrando así la resurrección del Señor, razón de nuestra fe y garantía de nuestro futuro en Dios, darle gracias a Dios por todos los bienes que recibimos, y sentirnos unidos a todos los demás cristiana, nuestra familia cristiana.
Dentro de la parroquia todos debemos “ser testigos del Señor”, pero hay algunos cristianos-as, los catequistas, que tienen la misión de ser testigos de Jesús ante niños y jóvenes a los que inician en la fe. Los catequistas son enviados por la Iglesia para transmitir la Buena Nueva en nombre de Jesús por mediación de la Iglesia. Y lo mismo podemos decir de otros servicios para el bien de la comunidad: el coro parroquial, Cáritas, pastoral de la salud, liturgia, y otros trabajos materiales que se hacen en la parroquia y templo.
Pero el día del Domund nos invita dirigir la mirada más allá de nuestras fronteras, nos hace mirar a otros pueblos de la tierra, donde Jesús todavía no es conocido. Nos hace pensar en los misioneros: sacerdotes, religiosos-as y laicos, que la Iglesia envía a países lejanos para ser testigos de Jesús anunciándolo con palabras y obras.
Esto nos debe comprometer a interesarnos por conocer las misiones y rezar por los misioneros, y orar especialmente para que haya cristianos–as que respondan a Jesús ofreciéndose como misioneros.
Y también nos invita a sostener la misión y a los misioneros con nuestra oración y también con nuestra cooperación económica. Recordemos que nuestra generosidad es otra forma de ser testigos y que nuestra aportación colabora de forma eficaz para que el Evangelio sea predicado "hasta los confines de la tierra".