sábado, 4 de junio de 2022

Día 5 junio de 2022. Domingo de Pentecostés.

 


«Sigamos construyendo juntos. El Espíritu Santo nos necesita» es el lema y la invitación de la Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y Vida para el Día de la Acción Católica y Apostolado Seglar que la Iglesia celebra el día de Pentecostés, este año el 5 de junio.

Un día, como recuerdan los obispos de esta Comisión en su mensaje, para destacar «el papel fundamental que tiene el laicado en la corresponsabilidad eclesial y en la misión evangelizadora, junto con los pastores y la Vida Consagrada».

LECTURAS

  • Hechos de los Apóstoles 2,1-11
  • Salmo responsorial  103,1ab.24ac.29bc.30.31.34
  • 1 Corintios 12,3b-7.12-13
  • Juan 20,19-23



La fiesta de Pentecostés pone de relieve  que gracias al Espíritu, comienza algo nuevo. De la misma manera  que la predicación y misión de Jesús comienza con la fuerza del Espíritu que desciende sobre él cuando el bautismo en el Jordán, capacitándolo para  su misión, en Pentecostés el Espíritu  mueve y da fuerza a sus discípulos  para anunciar el Evangelio y ser  testigos  con  valentía, sin miedo al qué dirán y sin miedo a las autoridades, anunciando a  Jesús como el Mesías y Salvador.

Si miramos nuestra propia vida, enseguida  vemos  nuestras limitaciones, debilidades e inconsistencias,  lo que nos lleva a sentirnos inseguros,  temerosos, tristes. Si dejamos que el Espíritu de Dios actúe en nosotros, como los primeros discípulos,   entonces nos renovará, provocando en nosotros seguridad, alegría, paz, ausencia de miedo.

 En el Credo decimos que el Espíritu Santo  es “dador de vida”: abre el corazón de las personas para entregarse a los demás buscando el bien del otro sin buscar nada a cambio, pone en movimiento lo que estaba bloqueado o dormido de la persona, mueve a la conversión  al que está muerto por el pecado o vive en la indiferencia. 

Si dejamos que el Espíritu nos guíe, éste se percibirá en los dones que da: a unos  les inspira a  la vocación de sacerdote, diácono, vida consagrada (religiosos-as), a otros a diversos servicios dentro de la Iglesia como catequistas, servicio de Cáritas, pastoral de la salud, servicio litúrgico como lectores, y otros servicios necesarios para la marcha de la parroquia.

Pero también hay otros dones y vocaciones que se realizan fuera del ámbito estrictamente religioso: ser padre o madre, ser hijos; el don del trabajo hecho con responsabilidad,  la vocación a la enseñanza, la vocación a la vida pública por el bien de los ciudadanos, con especial atención a los más desfavorecidos.

Y todo ello hay que hacerlo con caridad; si no hay caridad, no se actúa bajo la acción del Espíritu, ni se busca el bien común, sino que primarán intereses egoístas y particulares.

 Pedimos que el Espíritu  de Dios  venga a nuestra España tan desorientada; que venga a nuestra Iglesia y nos despierte  de nuestra  indiferencia, que renueva nuestra fe y seamos  sus testigos en medio de tanta confusión. Que el Espíritu Santo renueva nuestra vida y que avancemos por los caminos de la luz y de la paz.


HOJA DOMINICAL DIOCESANA


Apostolado seglar de Albacete