DÍA DEL SEMINARIO-2022
LECTURAS
- Éxodo 3,1-8a.10.13-15
- Salmo responsorial 102, 1-2.3-4.6-7.8.11
- 1 Corintios 10, 1-6.10-12
- Lucas 13,1-9
En el evangelio Jesús responde a las preguntas que le hacen, diciendo: “si no os convertís, todos
pereceréis igualmente”. Jesús invita a
la conversión, a un cambio de mentalidad y modo de vida, porque mientras no
haya conversión, nosotros mismos producimos los males que tenemos y sufrimos,
causando destrucción, muerte e
infelicidad.
Estamos viviendo un tiempo que urge la conversión, un cambio de vida y
de mentalidad; y si no cambiamos, todos estaremos perdidos. Para
ilustrar esta urgencia, Jesús cuenta la parábola de la higuera, que tiene su
actualidad, pues todos estamos de acuerdo: ¿para qué una higuera si no da
higos?, o ¿para qué una vida estéril y
sin sentido? Corremos
el riesgo de vivir una vida superficial,
donde todo se reduce a ganar dinero, vivir bien, a divertirnos, pero cuando
falta todo eso, aparece una vida vacía.
Es necesario que nos apliquemos la parábola, porque todos podemos ser esa higuera llena de hojas aparentemente verdes, y sin
embargo, completamente inútil. El dueño de una higuera así, piensa: “para qué
perder el tiempo si no da fruto, mejor cortarla”. Pero hay Alguien, el “viñador” que es Jesús,
quien pacientemente nos da una
oportunidad, para que demos fruto. Jesús es el que suplica a Dios por cada
uno: “Señor, déjala todavía este año, yo la cavaré y le echaré estiércol, a ver
si da fruto”. Con estas palaras, Jesús
nos dice que Dios sigue esperando, un año tras otro, porque el amor de Dios no
tiene límite.
El
Dios de Jesús es el Dios de la misericordia. Él no se cansa de esperar, pero nuestra vida tiene un recorrido, todos
tenemos “nuestro tiempo”, no sabemos cuándo acabará, pero, ojalá que cuando
llegue a término, tengamos ”frutos de vida”, que son el amor y la entrega con que vivamos nuestros días. Le
pedimos al Señor que podamos dar frutos de
amor y de vida, siguiendo su Palabra y su ejemplo.
HOJA DOMINICAL DIOCESANA
En el evangelio Jesús responde a las preguntas que le hacen, diciendo: “si no os convertís, todos
pereceréis igualmente”. Jesús invita a
la conversión, a un cambio de mentalidad y modo de vida, porque mientras no
haya conversión, nosotros mismos producimos los males que tenemos y sufrimos,
causando destrucción, muerte e
infelicidad.
Estamos viviendo un tiempo que urge la conversión, un cambio de vida y de mentalidad; y si no cambiamos, todos estaremos perdidos. Para ilustrar esta urgencia, Jesús cuenta la parábola de la higuera, que tiene su actualidad, pues todos estamos de acuerdo: ¿para qué una higuera si no da higos?, o ¿para qué una vida estéril y sin sentido? Corremos el riesgo de vivir una vida superficial, donde todo se reduce a ganar dinero, vivir bien, a divertirnos, pero cuando falta todo eso, aparece una vida vacía.
El Dios de Jesús es el Dios de la misericordia. Él no se cansa de esperar, pero nuestra vida tiene un recorrido, todos tenemos “nuestro tiempo”, no sabemos cuándo acabará, pero, ojalá que cuando llegue a término, tengamos ”frutos de vida”, que son el amor y la entrega con que vivamos nuestros días. Le pedimos al Señor que podamos dar frutos de amor y de vida, siguiendo su Palabra y su ejemplo.
HOJA DOMINICAL DIOCESANA
«Sacerdotes al servicio de una Iglesia en camino» es el lema que centrará este año el Día del Seminario. La Iglesia celebra esta jornada el 19 de marzo, solemnidad de San José. En las comunidades autónomas en las que no es festivo, se celebra el domingo más cercano. En este caso, el 20 de marzo.
«Sacerdotes al servicio de una Iglesia en camino» es el lema que centrará este año el Día del Seminario. La Iglesia celebra esta jornada el 19 de marzo, solemnidad de San José. En las comunidades autónomas en las que no es festivo, se celebra el domingo más cercano. En este caso, el 20 de marzo.
«Sacerdotes al servicio de una Iglesia en camino», lema de este año
El lema del Día del Seminario 2022 se inspira en el proceso sinodal en el que está inmersa la Iglesia, «el Sínodo universal en el que nos encontramos nos hace a todos ponernos en camino juntos».
Junto al Sínodo, dos palabras: sacerdotes y servicio. Sacerdotes, en plural, «recordándonos el sentido del seminario y llamándonos a acrecentar nuestra fraternidad. Los sacerdotes no hemos sido llamados para estar solos. El seminario nos enseña la importancia de la comunidad y la necesidad de vivir una sana fraternidad».
Además se presenta la vocación sacerdotal como servicio. En el seminario, «los seminaristas aprenden a vivir el servicio y a servir a los hermanos, como parte integrante y fundamental de la vocación. Los intereses egoístas y el provecho propio han de desterrarse y deben dejar lugar al desarrollo de una vocación recibida para ser entregada. Solo desde la entrega la vocación recibe todo su sentido».
El lema del Día del Seminario 2022 se inspira en el proceso sinodal en el que está inmersa la Iglesia, «el Sínodo universal en el que nos encontramos nos hace a todos ponernos en camino juntos».
Junto al Sínodo, dos palabras: sacerdotes y servicio. Sacerdotes, en plural, «recordándonos el sentido del seminario y llamándonos a acrecentar nuestra fraternidad. Los sacerdotes no hemos sido llamados para estar solos. El seminario nos enseña la importancia de la comunidad y la necesidad de vivir una sana fraternidad».
Además se presenta la vocación sacerdotal como servicio. En el seminario, «los seminaristas aprenden a vivir el servicio y a servir a los hermanos, como parte integrante y fundamental de la vocación. Los intereses egoístas y el provecho propio han de desterrarse y deben dejar lugar al desarrollo de una vocación recibida para ser entregada. Solo desde la entrega la vocación recibe todo su sentido».