viernes, 11 de junio de 2021

Día 13 junio de 2021

 

LECTURAS

  • Ezequiel 17, 22-24
  • Salmo responsorial 91
  • 2 Corintios 5, 6-10
  • Marcos 4, 26-34



     En el   evangelio de hoy  Jesús nos  enseña  que en la “semilla” está simbolizado  el Reino o proyecto de Dios  sobre cada persona y sobre la humanidad. Y como tal, es a la vez, una realidad divina que está en cada  uno de nosotros  como regalo de Dios, y es al mismo tiempo una realidad  humana en cuanto que se tiene  que manifestar en  la vida de las personas.

 Como todos sabemos, para que una se milla germine y crezca necesita de unas condiciones indispensables externas a ella: necesita el concurso del labrador que debe realizar algunos trabajos como preparar la tierra, cultivarla, y otros aspectos como la humedad, temperatura, sol, aire, que dependen  de la naturaleza, con lo que se nos indica  que no todo depende de nosotros mismos, sino también  de circunstancias concretas, de personas  que nos estimulan con su forma de ser o con una ayuda directa, incluso personas que no tienen relieve social, y sin embargo, pueden ser el ángel que Dios pone en nuestra vida.

Nuestra obligación ahora es preguntarnos  si hemos descubierto el Reino de Dios y si hemos puesto las condiciones necesarias por nuestra parte,  para que pueda producir su fruto en cada uno de nosotros. Si no se desarrolla, la culpa  no será de la semilla ni de Dios, sino nuestra. Según nos dice Jesús  “la semilla germina y va creciendo… la tierra va produciendo fruto sola: primero los tallos, luego la espiga, después el grano”.

El Reino con su propia fuerza está en cada persona; solo espera  su oportunidad, que se dará cuando  nosotros aportemos las condiciones necesarias. Además, el Reino de Dios no es sólo para cuando vamos caminando por este de “valle de lágrimas”, como  es nuestro mundo histórico, sino que llegará a su   plenitud en la meta final, que sucederá tras  pasar la fase de nuestra muerte,  meta que señala San Pablo en la 2ª lectura, sobre lo que nos ha dicho: “Sabemos que, mientras sea el cuerpo nuestro domicilio, estamos desterrados lejos del Señor”. El apóstol nos enseña  y recuerda  que la muerte es el tránsito  de esta situación  terrena, que él llama “destierro”, a la situación  de “estar con el Señor”, participando  eternamente de su misma vida  gloriosa,  la vida de Dios. Hay muchos cristianos que, cuando hablan a sus difuntos, parece que no tienen clara cuál es  la esperanza cristiana, y se dirigen a ellos diciendo “allá donde estés”, como si estuvieran perdidos por el espacio como lo satélites-chatarra  que dan vueltas y más vueltas en el espacio hasta que se desintegran.

  A cada uno  corresponde disponerse a ser buena tierra, donde el Reino de Dios sembrado en nosotros crezca y fructifique, y si es así, como  dice Jesús, seremos  luz que alumbre al  mundo, o  levadura  que hace crecer nuestra sociedad según el proyecto de Dios.

 

LECTIO DIVINA DESDE LA PARROQUIA DE SAN ROQUE DE HELLÍN: COSECHA QUIEN SEMBRÓ

HOJA DOMINICAL DIOCESANA


 PRIMERAS COMUNIONES 2021

15 Mayo de 2021



Primeras Comuniones: 22 Mayo de 2021



Primeras Comuniones: 29 Mayo de 2021


Primeras Comuniones: 5 Junio de 2021







Primeras Comuniones: 12 Junio de 2021