LECTURAS
- Éxodo 20,1-7
- Salmo responsorial 18
- 1 Corinitos 1, 22-25
- Jn 2, 13-25
Jesús,
partiendo de la imagen del templo de Jerusalén hablaba de sí mismo, al decir que
será destruido y reedificado en tres días, que es una clara alusión a su muerte y resurrección que sucedería unos
pocos días después, ya que a partir de su muerte y resurrección, Jesús mostrará
quién es él, el veredero templo y lugar del
encuentro con Dios.
El
evangelio del domingo pasado y el de hoy nos comunican el mismo mensaje: a Dios se
va por medio de Jesucristo, como dijo Jesús, pocas horas antes de su muerte, en
la conversación con los discípulos en la última Cena: “Quien me ha visto a mí,
ha visto al Padre”, y también: “Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie va
al Padre sino por mí”.
Pero, además, Jesús que por su humanidad
se ha hecho solidario con todo ser
humano, nos convierte a todos en templos vivos
de Dios, lugares de su Presencia; por eso Jesús dijo: “Lo que hacéis a
uno de estos pequeños, mis hermanos, a
mí me lo hacéis”.
Desde
esto que nos dice Jesús, podemos afirmar que Dios sigue siendo profanado en sus templos, y esos
templos son: las personas maltratadas por las leyes injustas, por el terrorismo
y las guerras, por actos de opresión y por la crueldad. ¡Cuántos
países empobrecidos! ¡Cuántas personas marginadas y excluidas de nuestra
sociedad! ¡Cuántos cristianos asesinados cruelmente por ser cristianos!
LECTIO DIVINA DESDE LA PARROQUIA DE SAN ROQUE DE HELLÍN: JESÚS Y EL TEMPLO
VIAJE DEL PAPA A IRAQ
El papa Francisco saluda a un grupo de personas discapacitadas que le esperan frente a la catedral siria cristiana Nuestra Señora de la Liberación, donde oficiará la primera misa. Francisco condenó nada más llegar la violencia y “la plaga de la corrupción, los abusos de poder y la ilegalidad en la que se ha sumido el país en los últimos tiempos”.
Jesús, partiendo de la imagen del templo de Jerusalén hablaba de sí mismo, al decir que será destruido y reedificado en tres días, que es una clara alusión a su muerte y resurrección que sucedería unos pocos días después, ya que a partir de su muerte y resurrección, Jesús mostrará quién es él, el veredero templo y lugar del encuentro con Dios.
El
evangelio del domingo pasado y el de hoy nos comunican el mismo mensaje: a Dios se
va por medio de Jesucristo, como dijo Jesús, pocas horas antes de su muerte, en
la conversación con los discípulos en la última Cena: “Quien me ha visto a mí,
ha visto al Padre”, y también: “Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie va
al Padre sino por mí”.
Desde
esto que nos dice Jesús, podemos afirmar que Dios sigue siendo profanado en sus templos, y esos
templos son: las personas maltratadas por las leyes injustas, por el terrorismo
y las guerras, por actos de opresión y por la crueldad. ¡Cuántos
países empobrecidos! ¡Cuántas personas marginadas y excluidas de nuestra
sociedad! ¡Cuántos cristianos asesinados cruelmente por ser cristianos!
LECTIO DIVINA DESDE LA PARROQUIA DE SAN ROQUE DE HELLÍN: JESÚS Y EL TEMPLO
VIAJE DEL PAPA A IRAQ