LECTURAS
- Hechos de los Apóstoles 6,1-7
- Salmo responsorial 32
- 1 Pedro 2,4-9
- Juan 14,1-12
Jesús
celebraba la última Cena con sus discípulos, y el ambiente era tenso: Jesús
había hablado de traición, de negaciones y de su partida. Viendo Jesús el estado
de perplejidad de los discípulos les dirige unas palabras invitando a la calma y confianza: “No se turbe vuestro corazón:
creed en Dios, creed también en mi; en la casa de mi Padre hay muchas moradas”.
Con estas palabras Jesús indica que en el
corazón de Dios tienen cabida todos, o lo que es lo mismo, en la familia de
Dios hay sitio para todos. Los
discípulos escuchando a Jesús no acaban de entender, y Felipe, a modo de portavoz del resto de compañeros, pide a Jesús que vaya al grano: “Señor,
muéstranos al Padre, y nos basta”. Tal vez, Felipe esperaba una manifestación
espectacular de Dios, sin embargo, la respuesta sencilla de Jesús lo dice todo:
“Quien me ha visto a mí, ha visto al
Padre”. Con estas breves palabras Jesús
les está revelando que lo que ellos han contemplado en la predicación y signos
que él ha realizado, en todo ello se ha manifestado Dios, porque Jesús es la “foto visible” del Dios invisible: “creedme:
yo estoy en el Padre y el Padre en mí. Si no, creed a las obras”.
Pues bien, Jesús no solo nos habla, sino que nos acompaña. El domingo pasado lo hacía con la imagen del "pastor", hoy con la imagen del "camino". Él es el camino que conduce a Dios, Creer en este Jesús que está con nosotros, en el día a día, es motivo de alegría, como nos dice el papa Francisco: "La alegría del evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús" (EG 19)
El evangelista Juan, en el Prólogo de su evangelio, ya lo decía: "A quienes lo recibieron les da poder de ser hijos de Dios". Jesús es el acceso a Dios; no hay otro atajo: "Nadie va al Padre sino por mí".
LECTIO DIVINA DESDE LA PARROQUIA DE SAN ROQUE DE HELLÍN: DIJO JESÚS: "CREED"
HOJA DOMINICAL DIOCESANA
Pues bien, Jesús no solo nos habla, sino que nos acompaña. El domingo pasado lo hacía con la imagen del "pastor", hoy con la imagen del "camino". Él es el camino que conduce a Dios, Creer en este Jesús que está con nosotros, en el día a día, es motivo de alegría, como nos dice el papa Francisco: "La alegría del evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús" (EG 19)
El evangelista Juan, en el Prólogo de su evangelio, ya lo decía: "A quienes lo recibieron les da poder de ser hijos de Dios". Jesús es el acceso a Dios; no hay otro atajo: "Nadie va al Padre sino por mí".