LECTURAS
- Hechos de los Apóstoles 1,1-11
- Salmo responsorial 103
- 1 Corintios 12,3b-7,12-13
- Juan 20,19-23
Hace
50 días celebramos el día de la Resurrección del Señor o Pascua, la fiesta cristiana por excelencia. Pentecostés,
o fiesta del Espíritu Santo, es el cierre de estos 50 días del llamado tiempo
pascual.
Con
esta fiesta celebramos que Jesús ha cumplido su promesa del envío de un nuevo
Defensor, el Espíritu de la verdad, que guía, ilumina y abre la mente y el corazón de los
discípulos para comprender adecuadamente quién es Jesús y qué significado tiene todo lo que él enseñó con su palabra y
con su forma de vida.
Los discípulos que estaban encerrados en la casa, al recibir el Espíritu Santo,
se sienten llenos de fuerza y valentía para salir a la calle y hablar de Jesús,
compartiendo con los demás aquello de lo que han sido testigos.
De grupo cerrado se convierte en grupo abierto,” Iglesia en salida”: “como el
Padre me envío así os envío yo”, y los envía con la presencia y fuerza del
Espíritu: “Recibid el Espíritu Santo”.
Por
esto, Pentecostés es el día del “Apostolado seglar”, es decir, que todos los cristianos somos “bautizados y enviados” a los
ámbitos dónde nos ha tocado vivir: en la
familia, en el trabajo, con los vecinos y amigos, en la parroquia.
San Pablo, en la 2ª lectura, nos habla de la Iglesia como cuerpo con diferentes miembros, y
del buen funcionamiento de dichos miembros depende que el cuerpo que es la Iglesia disfrute de buena salud.
Dios nos llama a que
cada cual aportemos lo mejor de nosotros mismos para edificación de todos, y seamos una
Iglesia sana, ejemplar, testigos creíbles ante el mundo, de modo que
los que aún no son creyentes puedan decir: “oímos hablar de las maravillas de
Dios en nuestra propia lengua” es decir, que nuestro estilo de vida sea
coherente con lo que significa nuestra fe cristiana.
Para
que esto se haga realidad, hace falta estar atentos al Espíritu y crear las condiciones para hacerlo vida en
nosotros: escucha atenta de su palabra con decisión de ponerla en práctica, Eucaristía
dominical en que nos reunimos como familia de Jesús resucitado, y búsqueda del bien común, con una atención preferencial a los más débiles como hacía Jesús.
LECTIO DIVINA DESDE LA PARROQUIA DE SAN ROQUE DE HELLÍN: INFUNDIR CALOR DE VIDA
Hace
50 días celebramos el día de la Resurrección del Señor o Pascua, la fiesta cristiana por excelencia. Pentecostés,
o fiesta del Espíritu Santo, es el cierre de estos 50 días del llamado tiempo
pascual.
Con
esta fiesta celebramos que Jesús ha cumplido su promesa del envío de un nuevo
Defensor, el Espíritu de la verdad, que guía, ilumina y abre la mente y el corazón de los
discípulos para comprender adecuadamente quién es Jesús y qué significado tiene todo lo que él enseñó con su palabra y
con su forma de vida.
Los discípulos que estaban encerrados en la casa, al recibir el Espíritu Santo,
se sienten llenos de fuerza y valentía para salir a la calle y hablar de Jesús,
compartiendo con los demás aquello de lo que han sido testigos.
De grupo cerrado se convierte en grupo abierto,” Iglesia en salida”: “como el
Padre me envío así os envío yo”, y los envía con la presencia y fuerza del
Espíritu: “Recibid el Espíritu Santo”.
Por
esto, Pentecostés es el día del “Apostolado seglar”, es decir, que todos los cristianos somos “bautizados y enviados” a los
ámbitos dónde nos ha tocado vivir: en la
familia, en el trabajo, con los vecinos y amigos, en la parroquia.
San Pablo, en la 2ª lectura, nos habla de la Iglesia como cuerpo con diferentes miembros, y
del buen funcionamiento de dichos miembros depende que el cuerpo que es la Iglesia disfrute de buena salud.
Dios nos llama a que
cada cual aportemos lo mejor de nosotros mismos para edificación de todos, y seamos una
Iglesia sana, ejemplar, testigos creíbles ante el mundo, de modo que
los que aún no son creyentes puedan decir: “oímos hablar de las maravillas de
Dios en nuestra propia lengua” es decir, que nuestro estilo de vida sea
coherente con lo que significa nuestra fe cristiana.
Para
que esto se haga realidad, hace falta estar atentos al Espíritu y crear las condiciones para hacerlo vida en
nosotros: escucha atenta de su palabra con decisión de ponerla en práctica, Eucaristía
dominical en que nos reunimos como familia de Jesús resucitado, y búsqueda del bien común, con una atención preferencial a los más débiles como hacía Jesús.
LECTIO DIVINA DESDE LA PARROQUIA DE SAN ROQUE DE HELLÍN: INFUNDIR CALOR DE VIDA
HOJA DOMINICAL DIOCESANA
HORARIO DE MISAS DE VERANO
Como hacemos cada año, con el mes de junio iniciamos el horario de Misas de verano hasta que finalice septiembre, y que será como se indica a continuación:
De martes a sábado, la Santa Misa será a las 20,00h. Los Domingos no cambia, y por tanto es a las 12,00h.