LECTURAS
- Éxodo 22, 20-26
- Salmo responsorial 17
- 1 Tesalonicenses
- Mateo 22, 34-40
El evangelio de hoy es una de las páginas "nucleares" de la predicación de Jesús, y en consecuencia, del cristianismo. Los Apóstoles lo entendieron perfectamente, lo que le llevó a Juan a decir: "Todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no conoce a Dios porque Dios es amor".
Jesús dice que el amor es el resumen de todas las leyes y de toda la Biblia: "amar a Dios y amar al prójimo como uno mismo"; son dos caras de una misma moneda.
La primera lectura nos da pistas sobre cómo aplicar lo que Jesús nos dice en el evangelio: nos pone ante la realidad de los inmigrantes, refugiados, pobres y débiles por diversas causas.
A todos nos gusta ser bien tratado, respetados y aceptados. Los cristianos tenemos claro que toda persona es "imagen de Dios" y lo que hacemos a su imagen lo hacemos a Dios mismo. No puede haber una relación buena con Dios si no hay una relación buena con los demás. Sería un contrasentido orar y ensalzar a Dios si al mismo tiempo maltratamos a los hijos de Dios que somos toda persona. De ahí que nos preguntemos ¿Cómo amo a Dios y cómo amo a las personas, las cercanas y a las lejanas? ¿Qué personas me importan y cómo me importan?