LECTURAS
Cuando una persona tiene interés por algo de valor, hace esfuerzos, se impone disciplina. En este sentido hay que entender el evangelio de hoy, donde encontramos ciertas frases, que nos resultan extrañas según las vamos escuchando.
Pero lo que Jesús nos pide no es que renunciemos sino que elijamos lo mejor. Y elegir lo mejor exige dejar de lado lo que es inferior o lo que nos impide lo mejor. Lo cierto es que el amor a Jesús o a Dios no pueden entrar en conflicto con el amor a los padres o de éstos a los hijos. No en vano Jesús dijo a modo de testamento: "Amaos unos a otros como yo os he amado". Ahí está la clave, en amar como Jesús; lo que no sea así está marcado por el egoísmo, que muchas veces tiñe las relaciones familiares, convirtiéndose en un veneno, que impide crecer humanamente y por tanto no realizarse como persona.
El verdadero amor no puede oponerse a otro amor auténtico. Nada que no sea humano puede llegar a ser evangélico.