- Salmo responsorial 68, 8-10.14.17.33-35
El envío de los Doce a recorrer los poblados de Galilea y anunciar la Buena Nueva de Jesús, contando lo que oían y veían en Jesús, motivó que Jesús animara a los apóstoles a poner su confianza en Dios, porque bien sabía Jesús que su mensaje no siempre sería bien acogido, incluso rechazado, porque siempre hay quienes no quieren moverse de sus posiciones, bien por comodidad, bien porque ven que sus intereses peligran, y por ello intentan conservarlos rechazando dicho mensaje.
Este rechazo e indiferencia también se repite en nuestro tiempo, incluso por parte de muchos bautizados, lo que indica que somos muchos los bautizados, pero pocos los convertidos.Y así vemos también que tenemos un cristianismo "epidérmico" o superficial, que se reduce a una costumbre sociológica y folklórica, y por tanto falto de convicciones y, en consecuencia, sin conversión.
¿Por qué nos da miedo recibir y vivir el evangelio en profundidad? ¿Por qué tenemos miedo o reparo de vivirlo y manifestarlo públicamente?