viernes, 17 de enero de 2025

Día 19 enero de 2025. Domingo II del Tiempo Ordinario.

     LECTURAS

  • Isaías 62,1-5
  • Salmo responsorial 95, 1-3.7-10
  • 1 Corintios 12,4-11
  • Jn 2,1-11

      Leemos en el evangelio que “había una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda”.
María se adelantó para colaborar en los preparativos de la boda, probablemente porque alguno de los contrayentes eran parientes cercanos. Jesús y sus discípulos también estaban invitados; no estaban allí como María, sino que vienen de fuera a la boda.
      Maria, en cambio, ha ido, no solo como invitada, sino también como mujer que colabora en los preparativos de la boda. María trajinando entre los fogones y las salas del banquete, de ahí que se diera cuenta de qué iba escaseando el vino para mantener la fiesta hasta el final.  De faltar vino hubiera sido una vergüenza para los novios y, tal vez, la crítica de los invitados. Por ello María vio que tenía que hacer algo, Y sin pensarlo dos veces, le dice a Jesús: “No les queda vino”. María conoce bien a su hijo y sabe que basta poner ante él la necesidad para que su amor compasivo se active; cuántas veces se dice en el evangelio de Jesús que se compadeció de tal o cual persona, o de la multitud. Jesús nunca pasa de largo ante la necesidad. Y María consigue que el amor compasivo de Jesús se manifieste. Y así termina el evangelio diciendo: “Este fue el primero de los signos que Jesús realizó en Caná de Galilea; así manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en él”.
       Todos tenemos nuestra misión en la vida, y como nos ha recordado San Pablo en la segunda lectura, para realizarla contamos con los “carismas” o dones que Dios nos da. Un ejemplo es la Virgen María, de quien recordamos que cuando Dios le encomendó la misión de ser la madre de Dios hecho hombre, Jesús, respondió diciendo: “He aquí la sierva del Señor, ¡hágase en mí según tu palabra!”. El carisma o don de María fue la de servidora en las cosas más humildes, sirviendo como madre, sirviendo a Isabel su pariente ya mayor y embarazada..
      San Pablo con sus palabras, en la 2ª lectura, nos ayuda a reflexionar diciéndonos que en cada grupo cristiano todo bautizado es importante y necesario, todos tenemos cualidades, y hay diversidad de cualidades, y lo importante es ponerlas al servicio de los demás para que esa comunidad o grupo crezca.
 Si somos cristianos debemos identificarnos con Cristo, quien dijo: “El que quiera ser primero, que sea el servidor de los demás como el Hijo del hombre que no ha venido a ser servido sino a servir".

LECTIO DIVINA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA

HOJA DOMINICAL DIOCESANA