viernes, 13 de septiembre de 2024

Día 15 septiembre de 2024. Domingo XXIV del Tiempo Ordinario.

  •  Isaías  50,5-9a
  • Salmo responsorial 114, 1-2.3-4.5-6.8-9
  • Santiago 2, 14--18
  • Marcos  8,27-35

    La pedagogía de Jesús le lleva a preguntar a los discípulos sobre quién dicen las gentes que es él. Las respuestas son generales: unos que Juan el Bautista, otros que Elías y otros que los profetas. Jesús sabe que su misión es entendida de varias formas, como se va percibiendo a lo largo del evangelio. Pero a Jesús le interesa la respuesta de sus propios discípulos, los cercanos, aquellos que comparten vida con él, de quienes espera que hayan entendido correctamente quién es Él y cuál es la clase de mesianismo que viene a realizar. Pedro toma la palabra, pero su respuesta adelanta la incomprensión que el mismo Jesús sufrirá, no solo por parte del pueblo judío, sino también entre los suyos.

    Cuando parece que Pedro conoce bien la respuesta: “Tu eres el Cristo”, Jesús se anima a explicarles mejor qué tipo de mesianismo está realizando; pero rápidamente se da cuenta que no lo han entendido, como da a entender Pedro que comienza a reprenderlo por decir que sería reprobado por las instituciones religiosas de su tiempo, sería asesinado y, solo después, habría de resucitar.

    Jesús manifiesta que será un mesías que sufrirá y será crucificado, y quien esté dispuesto a ser su discípulo, ha de correr su misma suerte. Pero Pedro no parece estar dispuesto a ello, y trata de corregir a Jesús, quien le llama “Satanás”, dándole las razones de tal nombre: Pedro, y seguramente la mayoría de los discípulos, están esperando un mesianismo de gloria, de triunfos, de acogida multitudinaria. Por eso dice Jesús: “Tú piensas como los hombres, no como Dios.”

   Este texto sigue vigente hoy, y desde él tenemos que comprender quién es y qué representa Jesucristo para nosotros. Con frecuencia entendemos que Jesucristo es un Dios al que le pedimos bendiciones, y nuestras oraciones se limitan a pedir cosas o favores que nos saquen de apuros o nos den suerte; o lo hemos convertido en un Dios al que honramos con actos de culto, cumpliendo ciertas normas y mandatos; o también, lo hemos convertido en un Dios a nuestra medida que justifica nuestros estilos de vida, por lo que nos aplicamos ciertas palabras suyas y otras las ignoramos. Podríamos seguir describiendo otras deformaciones de la persona de Jesús. Y lo malo está en que, con frecuencia, no buscamos momentos para escuchar la Palabra de Dios, o rehusamos formarnos como cristianos, que nos ayude a comprender mejor a Jesús y sus implicaciones como discípulos

   Este evangelio de hoy nos invita a entender quién es Jesús y, en consecuencia, nos ayuda a seguirle en lo que Él es, y no acomodándolo a nuestros intereses o gustos personales.


LECTIO DIVINA DE LA PARROQUIA SAN ISIDRO DE ALMANSA