viernes, 20 de septiembre de 2024

Día 22 septiembre de 2024. Domingo XXV del Tiempo Ordinario.

 

LECTURAS

  • Sabiduría 2, 12.17-20
  • Salmo responsorial 
  • Santiago 3, 16-4,3
  • Marcos 9, 30-37


Nuestra sociedad tiene su baremo para medir la importancia de una persona, y así se habla de los más ricos del mundo, los más influyentes de la sociedad, si es un deportista, la importancia se mide por triunfos y fortuna. Muy pocas veces, nuestra sociedad considera a las personas que entregan toda su vida o muchos momentos de la misma para ayudar a los más desfavorecidos, y que siempre están ahí cuando se les necesita.  Jesús sí que aprecia a estas personas, con quienes se identifica, como él mismo declaró: “Lo que hacéis a uno de estos pequeños, mis hermanos, a mí me lo hacéis”. Por tanto, Jesús nos ayuda a mirar el mundo como él lo mira, como ha dejado muy claro en la propuesta que hace a los discípulos en el evangelio de hoy: “Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos; y el que acoge a un niño como éste en mi nombre, me acoge a mí, y acoge al que me ha enviado".

Jesús no solo predica el servicio, sino que él mismo se hace servidor de los otros: “El Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar la vida en rescate por muchos”. Esto mismo lo resume el evangelista Juan, tras el lavatorio de los pies de los discípulos, cuando Jesús explica el gesto: “Os he dado ejemplo para lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis”. Así pues, según Jesús, servir es amar. Pensemos en la familia, como los padres y madres se desviven por sus hijos; no los sirven por obligación, sino porque los quieren. En cambio, la vanidad es todo lo contrario: el vanidoso siempre quiere ser el primero, nunca se hará servidor porque solo piensa en sí mismo.

Cuando Jesús nos dice que sirvamos a los demás, nos está diciendo que pongamos los dones y capacidad recibidos a disposición de quienes tenemos al lado, y si lo hacemos es señal de que hemos aprendido a amar.


LECTIO DIVINA DE LA PARROQUIA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA



INSCRIPCIÓN DE CATEQUESIS



 Durante el mes de septiembre es el tiempo de hacer la inscripción para catequesis de iniciación cristiana y preparación a la Primera Comunión. Pueden pasar por el despacho parroquial de 7 a 8 y de 8,30-a 9 de la tarde, donde pueden recoger las fichas correspondientes.
Los días de catequesis son los siguientes:

Martes: 2º año de catequesis
Miércoles: 3º año de catequesis
Jueves: 1º año de catequesis.
Viernes: Catequesis de Confirmación, a las 17,00h.


viernes, 13 de septiembre de 2024

Día 15 septiembre de 2024. Domingo XXIV del Tiempo Ordinario.

  •  Isaías  50,5-9a
  • Salmo responsorial 114, 1-2.3-4.5-6.8-9
  • Santiago 2, 14--18
  • Marcos  8,27-35

    La pedagogía de Jesús le lleva a preguntar a los discípulos sobre quién dicen las gentes que es él. Las respuestas son generales: unos que Juan el Bautista, otros que Elías y otros que los profetas. Jesús sabe que su misión es entendida de varias formas, como se va percibiendo a lo largo del evangelio. Pero a Jesús le interesa la respuesta de sus propios discípulos, los cercanos, aquellos que comparten vida con él, de quienes espera que hayan entendido correctamente quién es Él y cuál es la clase de mesianismo que viene a realizar. Pedro toma la palabra, pero su respuesta adelanta la incomprensión que el mismo Jesús sufrirá, no solo por parte del pueblo judío, sino también entre los suyos.

    Cuando parece que Pedro conoce bien la respuesta: “Tu eres el Cristo”, Jesús se anima a explicarles mejor qué tipo de mesianismo está realizando; pero rápidamente se da cuenta que no lo han entendido, como da a entender Pedro que comienza a reprenderlo por decir que sería reprobado por las instituciones religiosas de su tiempo, sería asesinado y, solo después, habría de resucitar.

    Jesús manifiesta que será un mesías que sufrirá y será crucificado, y quien esté dispuesto a ser su discípulo, ha de correr su misma suerte. Pero Pedro no parece estar dispuesto a ello, y trata de corregir a Jesús, quien le llama “Satanás”, dándole las razones de tal nombre: Pedro, y seguramente la mayoría de los discípulos, están esperando un mesianismo de gloria, de triunfos, de acogida multitudinaria. Por eso dice Jesús: “Tú piensas como los hombres, no como Dios.”

   Este texto sigue vigente hoy, y desde él tenemos que comprender quién es y qué representa Jesucristo para nosotros. Con frecuencia entendemos que Jesucristo es un Dios al que le pedimos bendiciones, y nuestras oraciones se limitan a pedir cosas o favores que nos saquen de apuros o nos den suerte; o lo hemos convertido en un Dios al que honramos con actos de culto, cumpliendo ciertas normas y mandatos; o también, lo hemos convertido en un Dios a nuestra medida que justifica nuestros estilos de vida, por lo que nos aplicamos ciertas palabras suyas y otras las ignoramos. Podríamos seguir describiendo otras deformaciones de la persona de Jesús. Y lo malo está en que, con frecuencia, no buscamos momentos para escuchar la Palabra de Dios, o rehusamos formarnos como cristianos, que nos ayude a comprender mejor a Jesús y sus implicaciones como discípulos

   Este evangelio de hoy nos invita a entender quién es Jesús y, en consecuencia, nos ayuda a seguirle en lo que Él es, y no acomodándolo a nuestros intereses o gustos personales.


LECTIO DIVINA DE LA PARROQUIA SAN ISIDRO DE ALMANSA
 

 

 


jueves, 5 de septiembre de 2024

Día 8 septiembre de 2024-Domingo XXIII del Tiempo Ordinario.

 

LECTURAS

Isaías 35,4-7a
Salmo responsorial 145, 7.8-9a.9bc-10
Santiago 2,1-5
Marcos 7,31-37



  •     “¡Éffeta! palabra aramea (lengua de Jesús), que significa “ábrete”, es la palabra clave en el evangelio de hoy. Podemos identificarla con el verbo “escuchar”, que es algo más que oír, y tiene una dimensión humana y espiritual muy importante. Aprendiendo a escuchar la Palabra de Dios, aprendemos también a escucharnos los unos a los otros, y así dialogar y entendernos. Dialogar es una necesidad que tenemos cada persona y también la sociedad, especialmente en estos tiempos en que vamos hasta por la calle pendientes del móvil y ausentes de los demás. Por eso, los cristianos en la medida en que aprendamos a escuchar la Palabra de Dios, aprenderemos a dialogar y ser mejores ciudadanos.
  •      El sordomudo del evangelio de hoy es una figura representativa de nuestra cerrazón mental como discípulos de Jesús. Muchísimos bautizados nunca han oído la Palabra de Dios; de hecho, a muchos no les suena el evangelio; y muchos bautizados cuando asisten a la misa o a una celebración sacramental, no prestan atención a la Palabra que se proclama, sino que están distraídos de mil maneras: pendientes del móvil, algunos charlando con el vecino; cuando se trata de una boda, más pendientes del coro que canta, o haciendo comentarios sobre los novios u otras cuestiones; y cuántas veces pendientes del reloj porque aquello parece que no acaba nunca.
  •       Nuestro mundo, y especialmente nuestras sociedades occidentales se están haciendo sordas a Dios. Hoy Jesús nos diría: “¡Éffeta Europa! ¡Ábrete Occidente! No conseguimos oír a Dios, porque nos dejamos arrastrar por la cultura de la superficialidad, del ruido, de las prisas; incluso somos sordomudos ante la vida: no apreciamos el misterio de la vida, se hacen leyes para eliminar la vida, se trafica con la vida humana, se deja que el mar se trague muchas vidas humanas; el horror de las guerras que llenan buena parte de los telediarios y noticias de prensa, las seguimos como si se tratara de un espectáculo, pensamos que eso nos queda lejano. ¿Cómo vamos a percibir la presencia de Dios si vivimos fuera de nosotros, incapaces de entrar en nuestro interior? Ya lo dijo San Agustín de sí mismo: “Señor, yo te buscaba por las afueras, y tú estabas dentro de mí, porque tú eres más interior a mí que yo mismo”.
  •      La curación del sordomudo nos invita a dejar que Jesús siga realizando en cada uno de nosotros su gesto liberador, que lo hace por medio de su Palabra y por medio de los sacramentos de la Iglesia, signos y acciones visibles en los que actúa Dios de manera invisible, dándonos vida ahora, y ayudándonos a caminar hacia la vida en Dios. 

LECTIO DIVINA  PARROQUIA SAN ISIDRO DE ALMANSA