LECTURAS
- Números 11,25-29
- Salmo responsorial 18, 8.10.12-13.14
- Santiago 5, 1-6
- Marcos 9, 38-43.45.47-48
El evangelio relata la queja del discípulo Juan a Jesús, al que dice: “Hemos visto a uno que
echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no viene
con nosotros”. La respuesta de Jesús no se hace esperar: “No se lo
impidáis, porque
el que hace milagros en mi nombre, no puede hablar mal de mí”. Con estas palabras Jesús descalifica la intolerancia, porque lo que
importa es que se haga el bien. Así, Jesús nos invita al respeto y a la alegría
por el bien que se hace, lo haga quien lo haga. La pretensión de monopolizar el
bien y la verdad son actitudes extrañas a Jesús y, en consecuencia,
deben ser extrañas a los discípulos de Jesús que somos nosotros, los cristianos,
como ya declaró el concilio Vaticano II: “Nada hay verdaderamente humano que no
encuentre eco en el corazón de los discípulos de Cristo” (GS 1)
¿Qué significa hoy “echar
demonios”? Significa liberar de las esclavitudes, es luchar contra el mal,
contra todo aquello que impide una vida plenamente humana. Así pues, todos los
que, de alguna manera, trabajan por el crecimiento y la liberación de la vida
del ser humano “están con nosotros”, dice Jesús.
Jesús s muestra una segunda prioridad, que la podemos
apreciar en todas las páginas de los evangelios: son los pequeños, los que no
cuentan, los marginados. Y por eso, Jesús
añade:” El que os dé a beber un vaso de agua porque sois de Cristo, no se
quedará sin recompensa”. Dar un vaso de agua es una expresión concreta de
acogida y de solidaridad. “Dar un vaso de agua” era el modo de hablar de la
época, que no debemos de entenderlo al pie de la letra. Jesús quiere decir que
cualquier acción que ayude a los demás a ser más humanos, beneficia no sólo al
que lo recibe, sino, en primer lugar, al que lo hace, porque la recompensa está
en la misma acción.
Y, por último, Jesús hace una llamada a vivir su seguimiento, no a
medias tintas, sino con radicalidad, como expresan sus palabras: “Y, si tu mano te induce a pecar, córtatela…
si tu pie te induce a pecar, córtatelo…
si tu ojo te induce a pecar, sácatelo.... “. Ciertamente las palabras de Jesús,
fuertemente expresivas no hay que entenderlas al pie de la
letra. Estas palabras nos invitan a ir
erradicar aquello que impide nuestro crecer como personas, o que dificulta
nuestra misión, porque está en juego entrar en la Vida y ante el don del Reino de
Dios no vale la mediocridad.
LECTIO DIVINA PARROQUIA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA
COMIENZO DE LA CATEQUESISI CURSO 2024-2025
A partir del 1 de octubre comenzamos la catequesis de iniciación cristiana:
MARTES: 2º año de catequesis, a las 6 de la tarde.
MIÉRCOLES: 3º año de catequesis, a las 6 de la tarde.
JUEVES: 1º año de catequesis, a las 6 de la tarde.
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El evangelio relata la queja del discípulo Juan a Jesús, al que dice: “Hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no viene con nosotros”. La respuesta de Jesús no se hace esperar: “No se lo impidáis, porque el que hace milagros en mi nombre, no puede hablar mal de mí”. Con estas palabras Jesús descalifica la intolerancia, porque lo que importa es que se haga el bien. Así, Jesús nos invita al respeto y a la alegría por el bien que se hace, lo haga quien lo haga. La pretensión de monopolizar el bien y la verdad son actitudes extrañas a Jesús y, en consecuencia, deben ser extrañas a los discípulos de Jesús que somos nosotros, los cristianos, como ya declaró el concilio Vaticano II: “Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en el corazón de los discípulos de Cristo” (GS 1)
¿Qué significa hoy “echar demonios”? Significa liberar de las esclavitudes, es luchar contra el mal, contra todo aquello que impide una vida plenamente humana. Así pues, todos los que, de alguna manera, trabajan por el crecimiento y la liberación de la vida del ser humano “están con nosotros”, dice Jesús.
Jesús s muestra una segunda prioridad, que la podemos apreciar en todas las páginas de los evangelios: son los pequeños, los que no cuentan, los marginados. Y por eso, Jesús añade:” El que os dé a beber un vaso de agua porque sois de Cristo, no se quedará sin recompensa”. Dar un vaso de agua es una expresión concreta de acogida y de solidaridad. “Dar un vaso de agua” era el modo de hablar de la época, que no debemos de entenderlo al pie de la letra. Jesús quiere decir que cualquier acción que ayude a los demás a ser más humanos, beneficia no sólo al que lo recibe, sino, en primer lugar, al que lo hace, porque la recompensa está en la misma acción.
Y, por último, Jesús hace una llamada a vivir su seguimiento, no a medias tintas, sino con radicalidad, como expresan sus palabras: “Y, si tu mano te induce a pecar, córtatela… si tu pie te induce a pecar, córtatelo… si tu ojo te induce a pecar, sácatelo.... “. Ciertamente las palabras de Jesús, fuertemente expresivas no hay que entenderlas al pie de la letra. Estas palabras nos invitan a ir erradicar aquello que impide nuestro crecer como personas, o que dificulta nuestra misión, porque está en juego entrar en la Vida y ante el don del Reino de Dios no vale la mediocridad.
LECTIO DIVINA PARROQUIA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA
COMIENZO DE LA CATEQUESISI CURSO 2024-2025
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