viernes, 16 de febrero de 2024

Día 18 febrero de 2024. Domingo I de Cuaresma.

 

LECTURAS

  • Génesis 9,8-15
  • Salmo responsorial  24, 4bc.6-7bc.8-9
  • 1 Pedro 3, 18-22
  • Mateo 1,12-15

El evangelio de hoy sitúa a Jesús en el desierto, dedicado durante 40 días a prepararse a la misión de predicar la Buena Noticia a las gentes de Palestina. Pero, sobre todo, esos 40 días en el desierto es un marco dentro del cual se resume la vida terrena de Jesús, durante la cual fue probado, sintió la tentación respecto a su misión, permaneciendo fiel a la voluntad de Dios, y de ahí que se gane la cruz y la asuma con todas las consecuencias. La carta a los Hebreos lo dice así:” Jesús ha sido probado en todo, como nosotros, menos en el pecado”. El “como nosotros” nos está diciendo que Jesús es un hombre verdadero, que vive, crece, sufre, se alegra, se interroga, duda, como cualquier otro ser humano, pasando por el gran sufrimiento de la muerte en la cruz.

  El “desierto” ha sido siempre un lugar simbólico en la vida religiosa cristiana, que ha mirado la vivencia histórica y religiosa del pueblo hebreo en sus 40 años de estancia y paso por el desierto. Allí aprendió Moisés quién era el único Dios, Yahvé, y cuál era la misión a la que lo llamaba: sacar al pueblo hebreo de la esclavitud de Egipto y conducirlo a la nueva tierra, la tierra de sus antepasados. Jesús también fue al desierto donde, como todo ser humano, experimentó la tentación y se mostró como aquel que ha vencido el mal. Para nosotros cristianos, la Cuaresma hoy es un tiempo de desierto, de silencio, de oración, para ir a las raíces de nuestra fe cristiana, que muchas veces olvidamos o no hemos descubierto todavía, de ahí que vivamos muchas veces de manera superficial e incluso con indiferencia.

Con Jesús llegó al “Reino de Dios” que exige conversión, porque “convertirse”, en este caso del que habla el evangelio, implica cambiar de mirada, darse la vuelta para iniciar un camino distinto; en eso consiste la vida cristiana. Es encontrar en la vida de Jesús lo que Dios espera de la humanidad y por eso nos disponernos a vivir como Él vivió, a mirar el mundo desde el horizonte que Él lo hizo. Quienes acogen sus palabras, acogen los valores que Jesús propone en el evangelio: reconocen y creen en el amor misericordioso de Dios, al que responden agradecidos, y por ello se comprometen en la transformación del mundo, de la familia, de la misma Iglesia según los valores de Jesús; en eso consiste el “Reino de Dios”.

 LECTIO DIVINA DESDE LA PARROQUIA DE SAN ROQUE DE ALMANSA

HOJA DOMINICAL DIOCESANA

 

 

 

 

miércoles, 14 de febrero de 2024

Día 14 febrero de 2024. Miércoles de Ceniza.

 CUARESMA 2024


LECTURAS

  • Joel 2, 12-18
  • Salmo responsorial 50,  3-6.12-14.17
  • 2 Corintios 5,20-6,2
  • Mateo 6,1-6.16-18


    El primer acento de este comienzo de Cuaresma es una llamada a superar la superficialidad; nos lo recuerda una frase clásica  que se pronuncia al imponer la ceniza sobre la cabeza: “Acuérdate de que eres polvo y al polvo volverás”, con lo que se subraya la caducidad de todo, incluso de nuestra vida terrena. La ceniza visualiza y recuerda nuestro engaño de correr tras de tantas cosas que nos llenan el corazón, pero que no pueden darnos la vida que perdura, y hacen de este mundo un lugar agresivo e injusto.

   En Miércoles de Ceniza, todas las lecturas de la Palabra de Dios proponen la conversión, es decir, reconocer con espíritu arrepentido la falsa vida que llevamos a veces, marcada por la inhumanidad de nuestras relaciones y pecados. “Conversión” significa cambiar de mentalidad y de intereses; en definitiva, dar importancia a lo que la tiene, viviendo según el Espíritu de Dios, que se nos dio por el Bautismo y la Confirmación. De ahí que la llamada de Jesús: “Convertíos y creed en el Evangelio”,  no es otra cosa que llamada a ser discípulos de verdad, y tratarnos unos a otros como hijos de Dios que somos y miembros de la familia de Dios, la Iglesia, reunidos en ella por la muerte y resurrección de Cristo.

     En este día y durante toda la Cuaresma, iremos viendo cómo Dios toma la iniciativa, y nos busca para darnos la salvación. Así, el profeta Joel, en la primera lectura de hoy, nos dice que Dios “es un Dios compasivo y misericordioso, lento a la cólera y rico en amor, que siempre está dispuesto a compadecerse de su pueblo, cuando éste acude con actitud sincera de conversión y arrepentimiento”. San Pablo, en la segunda lectura, también nos dice: “Reconciliaos con Dios”, y añade: “Ahora es el tiempo favorable, ahora es el día de la salvación”.

    En el Evangelio, Jesús nos muestra que la conversión consiste en la autenticidad de vida: que lo que se haga, se haga de corazón, afectando a todas las dimensiones de la persona, y por ello habla de nuestra relación con los otros, de nuestra relación con Dios, y con nosotros mismos. Y no os propone 3 actitudes, indicadas con ejemplos concretos: la limosna, la oración, y el ayuno o austeridad como alternativa de vida frente a un mundo que nos ha acostumbrado a no negarnos capricho alguno. 

    En la Biblia, el ayuno implica vivir en justicia y compartir los bienes propios con los más pobres. Así nos lo recuerda el profeta Isaías: “Este es el ayuno que yo quiero: soltar las cadenas injustas, liberar a los oprimidos, partir tu pan con el hambriento, cubrir a quien va desnudo y no desentenderte de los tuyos”.


TODOS LOS VIERNES DE CUARESMA, AL TÉRMINO DE LA MISA, A LAS 20,OOH TENDREMOS VIA CRUCIS.

EL 20 DE MARZO, MIÉRCOLES, A LAS 20,00H: CELEBRACION PENITENCIAL COMUNITARIA CON CONFESIONES.



 

 



sábado, 10 de febrero de 2024

Día 11 febrero de 2024. Domingo VI del Tiempo Ordinario. Día de Manos Unidas. Jornada Mundial del Enfermo.

 


«El Efecto Ser Humano» es el lema que propone Manos Unidas para la Campaña 2024 contra el hambre en el mundo que comienza con el  Día del Ayuno Voluntario, el viernes 9 de febrero, y que celebra su Jornada mundial y colecta de la campaña el domingo 11 de febrero.

Manos Unidas busca en esta nueva campaña concienciar a la sociedad de cómo la crisis medioambiental está afectando a millones de personas, sobre todo del Sur global, perjudicando sus derechos más básicos como el derecho a la alimentación, al agua potable, a la salud, a una vida digna, a un entorno saludable, generando una gran injusticia climática.

LECTURAS 

  • Levítico 13, 1-2.44-46
  • Salmo responsorial  31,1-2.5-11
  • 1 Corintios 10, 31-11,1
  • Marcos 1,40-45

     

     Como relata el evangelio de hoy, un leproso, en tiempos de Jesús, era un excluido social, un descartado.

    La Palabra de Dios nos pone de cara todos los “leprosos” de nuestro mundo, excluidos por la “cultura del descarte”, ya sea por motivos de pobreza, dependencias, enfermedades psíquicas o minusvalías. Como seguidores de Jesús no podemos dejar que se nos endurezca el cuello de tanto mirar al otro lado para no ver esas situaciones de exclusión y marginación.

    Este domingo, 11 de febrero, es la fiesta de la Virgen de Lourdes, y por ello también la Jornada Mundial del enfermo, lo que nos invita a orar y sentirnos cercanos de los que sufren por enfermedad o por la debilidad propia de la ancianidad. El buen samaritano del evangelio, que todos conocemos, nos muestra cómo sentirnos prójimos de aquel que sufre, acercándonos y echando una mano para paliar su sufrimiento.

     Hoy también celebramos el día de Manos Unidas o Campaña contra el hambre en el mundo. Según la OMS, alrededor del 40% de los adultos tienen sobrepeso, y el 13% son obesos. Es incalculable la cantidad de comida que se estropea, que se tira o que no se aprovecha. En España, según el Ministerio de Agricultura, en 2021 se calculó que se tiró 1,2 millones de toneladas de alimentos (28 kilos por persona). Por ello, Manos Unidas (una ONG de la Iglesia católica y de voluntarios), que busca la promoción y desarrollo de los pueblos empobrecidos, llama a la puerta de nuestra conciencia y de nuestras parroquias, para que colaboremos en paliar el drama del hambre en el mundo. 

  • A las puertas de la Cuaresma, podemos entrar en nuestra conciencia y preguntarnos cuántas cosas que compramos no son necesarias y están de más, porque la cultura del consumo nos empuja a gastar más y más, sin necesidad realmente. Si tenemos conciencia de buenos samaritanos, podemos preguntarnos qué puedo compartir de mi bolsillo para hacer posibles proyectos en favor de los empobrecidos.

LECTIO DIVINA DE LA PARROQUIA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA


HOJA DOMINCAL DIOCESANA


Se desarrolla del 11 de febrero, festividad de Nuestra Señora de Lourdes, al 5 de mayo de 2024, VI Domingo de Pascua

“Comprendo a las personas que tienden a la tristeza por las graves dificultades que tienen que sufrir, pero poco a poco hay que permitir que la alegría de la fe comience a despertarse, como una secreta, pero firme confianza, aun en medio de las peores angustias»

(Papa Francisco, Exh. Ap. Evangelii gaudium 6).

sábado, 3 de febrero de 2024

Día 4 Febrero de 2024. Domingo V del Tiempo Ordinario.


 LECTURAS

  • Job 7,1-4.6-7
  • Salmo responsorial 146, 1-2.3-4.5-6
  • 1 Corintios 9,16-19.22-23
  • Marcos 1,29-39

La vida no siempre es fácil, pues vivimos situaciones que nos llevan al desánimo, desencanto, y finalmente a la falta de esperanza y sentido de vida.

El libro de Job (1ª lectura) nos muestra a un hombre que presenta ante Dios su existencia marcada por el dolor y el sufrimiento. Job se identifica con un jornalero-esclavo que no consigue lo que desea o merece, cómo es su caso. No descansa, se siente acosado día y noche: “corren mis días más que la lanzadera, hoy se van consumiendo faltos de esperanza… mis ojos no verán más la dicha”, termina diciendo Job.

Hoy día nos resulta fácil constatar que el grito de Job está presente en la vida diaria de muchos hombres y mujeres, de cientos de millones de seres humanos, en todos los rincones del mundo, personas que se enfrentan a una vida de lucha y dificultad y que les parece imposible salir de ese círculo vicioso de sufrimiento que viven.

En el Evangelio de hoy, continuación del domingo pasado, leemos un pasaje que podemos llamar” un día en la vida de Jesús". Después de salir de la sinagoga, cura a la suegra de Pedro, la población se agolpaba a la puerta, y saliendo curó a muchos enfermos, y así pasó el día hasta llegada la noche.

Se nos presenta a Jesús como curador, consciente del mal y del sufrimiento que hay en el mundo. Jesús hace honor al nombre que lleva (Dios salva) y manifiesta su poder contra el mal en todas sus formas.  

La primera mirada de Jesús se dirige al sufrimiento de las gentes más enfermas y desnutridas de Galilea; anuncia un Dios Salvador y amigo realizando gestos de bondad: bendice a los enfermos, libera a los leprosos de la marginación, abraza a los más frágiles y pequeños, libera a los poseídos por espíritus malignos, acoge a los pecadores despreciado por todos. Jesús anuncia a Dios curando la vida, y anuncia la salvación eterna sanando la vida actual. Este es el recuerdo que dejó Jesús, como dirá el apóstol Pedro: “Ungido por Dios con el Espíritu Santo, pasó por el mundo haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él” (Hch 10,38).

 LECTIO DIVINA DE LA PARROQUIA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA


          HOJA DOMINICAL DIOCESANA