sábado, 30 de septiembre de 2023

Día 1 octubre de 2023. Domingo 26 del Tiempo Ordinario.

 

LECTURAS

  • Ezequiel 18, 25-28
  • Salmo responsorial  24, 4bc-5.7-7.8-9
  • Filipenses 2, 1-11
  • Mateo 21, 28-32


        “Ir a la viña” quiere decir que Dios nos llama a todos y envía al ambiente y sociedad donde vivimos, pidiéndonos vivir según su voluntad, es decir, poniendo amor, justicia, perdón, búsqueda del bien para todos, creando relaciones solidarias y fraternas, respeto y ayuda mutua; es decir, poner más humanidad en nuestro vivir cotidiano.

         En la parábola se indica que no es lo mismo “decir” que “hacer”. Delante de Dios una persona no vale por lo que dice, sino por lo que hace; no vale por lo que reza a Dios, sino por el esfuerzo que pone en hacer la voluntad de Dios, como dijo Jesús: “no todo el que me dice: ¡Señor, Señor!, entrará en el Reino de los cielos, sino el que cumple la voluntad del Padre”.

        San Pablo, en la segunda lectura, nos invita a mirar y seguir a Jesucristo, enviado por el Padre a su viña, el mundo, donde vivió según el proyecto de Dios. Es cristiano el que sigue a Cristo, lo que implica aprender de él y hacer como él, de modo que aquellos que traten con nosotros, descubran en nuestro trato que somos de Jesús porque nos parecemos a él. Nos propone como seguidores de Cristo mantenernos concordes con un mismo amor y un mismo sentir, no actuar por rivalidad y ostentación, no buscar el interés particular sino el interés de los demás. En definitiva, nos pide tener los mismos sentimientos que Cristo Jesús, que siendo Dios se hizo hombre, humilde y servidor de todos para reconciliarnos y hacernos hijos de Dios. El fruto que Jesús nos pide es que nuestra vida transpire su propia vida, como bien dijo: “En esto conocerán todos que sois mis discípulos: si os amáis unos a otros".

        Esta parábola del hombre que tenía dos hijos es también para nosotros, ya que podemos vernos reflejados en ellos, cuando experimentamos la contradicción entre el “decir” y el “hacer."

        Al principio de la parábola Jesús dice: “¿qué os parece?”; esta pregunta nos la hace hoy a nosotros. Por ello, podríamos preguntarnos: nuestro sí a Dios ¿es solo de palabra o acompañan también las obras? Solo respondiendo positivamente a su llamada interior es posible encontrar la alegría, la paz del corazón y un sentido pleno a nuestra vida. San Agustín decía:” Ama y dilo con tu vida”.


LECTIO DIVINA PARROQUIA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA


 

 

 

 

 


viernes, 22 de septiembre de 2023

Día 24 septiembre de 2023. Domingo 25 del Tiempo Ordinario.

 

Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado 2023

    LECTURAS

  • Isaías 55, 6-9
  • Salmo responsorial 144,2-3.8-9.17-18
  • Filipenses 1, 20c-24.27a
  • Mateo 20, 1-16a

Con la parábola del evangelio, Jesús no pretende darnos una lección de justicia social en cuestiones laborales. Lo que Jesús quiere subrayar es que Dios tiene una lógica distinta a nuestra lógica humana como ya anunció el profeta Isaías: “Porque mis planes no son vuestros planes, vuestros caminos no son mis caminos”, dice Dios por boca del profeta (1ª lectura).

Que el propietario dé a todos la misma paga, está indicando que Dios, el dueño de la viña, que es nuestro mundo, nos envía a trabajar, es decir, a realizarnos como personas y vivir de manera positiva y honesta, haciendo posible un mundo de justicia, de paz, de perdón, de amor. Y el denario es símbolo del premio que Dios concede a los hombres y mujeres que viven según su voluntad, que no es otra que la vida plena y eterna, en comunión de vida con Él.

El mensaje de fondo de la parábola es:  Dios ama a los hombres y mujeres porque somos sus hijos, y nos llama a vivir con Él participando de su amor. Por eso quienes viven y trabajan, según Dios, en su campo, que es nuestro mundo, viven en comunión con Él, ahora; y más allá de este mundo, a la caída del sol, él nos dará parte en su vida por toda la eternidad. Eso simboliza el “denario”.

El cristiano de verdad, en realidad va encontrando la recompensa de Dios en la vivencia diaria de su vocación, disfrutando en el trabajo que realiza cada día: el médico que cuida de los pacientes y trata atentamente, el maestro que enseña a los niños por vocación, la madre o ama de casa que cuida de los suyos de sol a sol, el mecánico que hace su trabajo cuidadosamente como servicio al cliente, el catequista o la catequista que, semana tras semana, dedica su tiempo a enseñar a niños y jóvenes el mensaje de Jesús, el grupo del coro que cada domingo anima la misa para hacerla más participativa y alegre, los miembros del grupo de Cáritas que dedican su tiempo a atender a los que más lo necesitan, la esposa o esposo que, en la ancianidad, cuida de su cónyuge con paciencia y amor. En el “bien hacer” de cada día, se está recibiendo la paga de Dios, que un día será definitiva junto a Dios y junto a todos los que están con Dios.

Hoy tenemos que decir a Jesús: gracias, Señor, por tu bondad; gracias por invitarnos a trabajar en tu viña; gracias por acogernos a todos por igual.


LECTIO DIVINA DE LA PARROQUIA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA


JORNADA MUNDAL DEL MIGRANTE Y EL REFUGIADO


    En su mensaje, el Papa Francisco recuerda que “Los migrantes escapan debido a la pobreza, al miedo, a la desesperación” y señala que algunas de las causas más visibles de la migración son “las persecuciones, las guerras, los fenómenos atmosféricos y la miseria”

    En esta línea, el Santo Padre indica en el mensaje que “es necesario un esfuerzo conjunto de cada uno de los países y de la comunidad internacional para que se asegure a todos el derecho a no tener que emigrar, es decir, la posibilidad de vivir en paz y con dignidad en la propia tierra”.

    Asimismo, el Papa solicita “reconocer en el migrante no sólo un hermano o una hermana en dificultad, sino a Cristo mismo que llama a nuestra puerta” y añade que “mientras trabajamos para que toda migración pueda ser fruto de una decisión libre, estamos llamados a tener el máximo respeto por la dignidad de cada migrante”.
   “Dondequiera que decidamos construir nuestro futuro, en el país donde hemos nacido o en otro lugar, lo importante es que haya siempre allí una comunidad dispuesta a acoger, proteger, promover e integrar a todos, sin distinción y sin dejar a nadie fuera”, escribió el Papa Francisco.


 ORACION DE LA JORNADA MUNDIAL DEL MIGRANTE 

Y EL REFUGIADO 2023
 

 Oh Dios, Padre todopoderoso: concédenos la gracia de comprometernos activamente en favor de la justicia, la solidaridad y la paz, para que a todos tus hijos se les asegure la libertad de elegir si migrar o quedarse.

Concédenos la valentía de denunciar todos los horrores de nuestro mundo, de luchar contra toda injusticia que desfigura la belleza de tus criaturas y la armonía de nuestra casa común.

 Sostennos con la fuerza de tu Espíritu, para que podamos manifestar tu ternura a cada migrante que pones en nuestro camino y difundir en los corazones y en cada ambiente la cultura del encuentro y del cuidado. 






viernes, 15 de septiembre de 2023

Día 17 septiembre de 2023. Domingo XXIV del Tiempo Ordinario.

 

LECTURAS

  • Eclesiástico 27, 30-28,7
  • Salmo responsorial
  • Romanos 14,7-9
  • Mateo 18,21-35


Jesús, con la parábola del evangelio,  pone el perdón como base para una buena convivencia humana. Sin el perdón no hay vida comunitaria, ni relaciones auténticas.

El perdón cristiano nace de la experiencia de haber sido perdonados por Dios; y solo tendremos experiencia si tenemos conciencia y nos relacionamos con Dios. Quién ha experimentado la misericordia de Dios no puede andar calculando hasta dónde debe perdonar al prójimo, porque Dios nos ha perdonado inmensamente, cómo al empleado al que le perdona los 10.000 talentos.  Así pues, no olvidemos lo que reprocha el rey al empleado inmensamente perdonado y que no perdona: “¿No debías tú también tener compasión de tu compañero como yo tuve compasión de ti?”

 En nuestros telediarios, no hay día, que no aparezcan noticias trágicas: asesinatos por ajustes de cuentas entre parejas sentimentales o dentro de la familia. En el fondo, se trata de personas que no han sabido crecer como personas. Los psicólogos tienen mucho que decirnos sobre toda esta problemática tan generalizada, especialmente en nuestro país.

 Jesús nos enseña en el Evangelio que quien no tiene conciencia vital del perdón de Dios, no sabe comprender ni amar a los demás y corre el riesgo de vivir sin entrañas, como el empleado de la parábola, que endurece cada vez más sus exigencias y niega a su compañero la comprensión y el perdón. Quien olvida lo mucho que a él se le perdona, se vuelve duro de corazón con los demás.

Y quién se niega a conceder el perdón, se hace daño a sí mismo, aunque no lo quiera. El odio es como el cáncer que corroe a la persona y envenena las relaciones humanas y la convivencia. La película “El mayor regalo” habla de la paz interior que gana quién siendo víctima, ha sido capaz de perdonar a su victimario. En lugar de alimentar el odio, perdonando ha recuperado la alegría y las ganas de vivir.

  Hay mucha gente que no capta bien lo que significa la invitación de Jesús al perdón, incluso considera ridículo perdonar. Pero perdonar no significa ignorar las injusticias cometidas, ni aceptarlas de manera pasiva o indiferente. Al contrario, si uno perdona es precisamente para destruir de alguna manera la raíz del mal, y para ayudar al otro a rehabilitarse y actuar de manera diferente en el futuro. 

Es normal que, ante la injusticia sintamos disgusto, enfado e indignación; sin embargo, otra cosa es el odio, el rencor y la venganza, puesto que son instintos de muerte que dañan profundamente a quien vive en esa dinámica.

Jesús no habla del perdón desde la teoría: si recordamos su última oración en la Cruz fue: “Padre perdónales, porque no saben lo que hacen”.  Esta oración es expresión de un amor sin límites y de un amor solidario.


LECTIO DIVINA PARROQUIA SAN ISIDRO DE ALMANSA
 

 INSCRIPCIÓN EN LA CATEQUESIS PARROQUIAL DE INICACIÓN CRISTIANA 



Cuantos padres y madres deseen inscribir a sus hijos, de 2º de Primeria, en la Catequesis parroquial de iniciación cristiana, pueden pasar por el despacho parroquial, dónde se les informará y podrán recibir el impreso de solicitud de  Catequesis para el curso 2023-24.
Por las tardes, de 19,00h a 20,00h, y de 20,30h a 21,00h, durante el mes  de septiembre, porque comenzaremos  el 3 de octubre.



sábado, 2 de septiembre de 2023

Día 3 septiembre de 2023. Domingo XXII del Tiempo Ordinario.

 

LECTURAS

  • Jeremías 20,7-9
  • Salmo responsorial
  • Romanos 12, 1-2
  • Mateo 16, 21-27


Jesús manifiesta claramente a sus discípulos que su camino pasa por el sufrimiento; va a sufrir, morir y resucitar. Y el texto dice que desde entonces Jesús empezó a hablar abiertamente de su pasión.

Ya hemos escuchado la reacción de Pedro quien dice a Jesús: “No lo permita Dios, Señor. Eso no puede pasarte”. Jesús responde con dureza a Pedro: “Quítate de mí vista, Satanás, que me haces tropezar”. Pero la respuesta de Jesús, aunque dura, no es un rechazo sino, más bien, una invitación a que se sitúe como discípulo. Literalmente Jesús le dice: “Ponte detrás de mí”, que es como decirle: “tu puesto es ser discípulo, sígueme y camina siguiendo mis pasos”. Sin duda que Pedro hizo aquella “corrección” a Jesús, porque le resultaba “escandaloso” que Jesús tenga que pasar por el sufrimiento, y también por la falsa idea que tenía del Mesías, y que Jesús corrige.

 El Apóstol Pedro representa aquí a los discípulos de todos los tiempos, también a nosotros que, a veces, no comprendemos a Jesús y nos enfadamos con él porque no hace lo que a nosotros nos gustaría. Como a Pedro, también Jesús nos dice a nosotros de situarnos en actitud de seguimiento, reorientando nuestra vida y siguiendo sus pasos en fidelidad a Dios. Y Jesús nos hace una pregunta para motivar nuestra entrega y seguimiento: “¿de qué le sirve a un hombre o mujer ganar el mundo entero si malogra su vida? En la sociedad actual lo tenemos todo, pero nos falta lo esencial, y así se explica que se viva en tensión, con ansiedad, aburrimiento o estrés, lo que conduce, a no pocos, a una vida vacía y sin sentido, incluso quitarse la viday por eso cada vez más gente se quita la vida, como leemos en periódicos y escuchamos en TV.

 Muchos cristianos no han llegado a entender el Evangelio y han desfigurado la llamada de Jesús a “tomar la cruz”. Dios no quiere el sufrimiento, ni Jesús buscó sufrir por sufrir, ni morir por morir, ni quiere el sufrimiento para los demás. No olvidemos que “Jesús pasó por el mundo haciendo el bien: curando a los enfermos, perdonando a los pecadores, liberando del mal, animando y dando esperanza a los marginados…”

Jesús pasó por el sufrimiento por ser fiel a Dios y servir a los demás hasta el final. Y en la muerte de Jesús en la cruz, se manifestó el amor de Dios que, en Jesucristo, se entrega hasta la muerte, lo mismo que en nuestro caso, sirviendo atentamente a los demás se manifestará que somos discípulos de Jesús porque nos parecemos a él.

LECTIO DIVINA PARROQUIA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA