sábado, 18 de marzo de 2023

Día 19 marzo de 2023. Domingo IV de Cuaresma. Día del Seminario.

 



LECTURAS

  • 1 Samuel 16,1.6-710-13a
  • Salmo responsorial
  • Efesios 5, 8-14
  • Juan 9, 1-41


    En este domingo 4º de Cuaresma, hay un elemento clave: la luz, que aparece en la curación del ciego de nacimiento, que recobra la visión y, también en la carta de San Pablo a los cristianos de Éfeso, a los que invita a vivir como hijos de la luz, lo que significa fructificar en toda clase de obras buenas: “Sed imitadores de Dios como hijos amados” dice el apóstol.

    A los que forman la Iglesia, san Pablo los llama “santos”, no porque sean los perfectos sino porque han sido alcanzados por la redención de Cristo, dando lugar a un ser humano nuevo, que tiene por meta buscar siempre lo que agrada a Dios.

    Si miramos el mundo de hoy, nuestro mundo, enseguida descubrimos calamidades, desgracias, sufrimientos… fruto de las guerras, las hambrunas, la destrucción del Planeta, la desesperanza ante un futuro incierto. Las noticias de estas situaciones nos llevan a reconocer la existencia del mal en el mundo; los males sociales se explican por la interrelación de unos con otros; por lo general se debe a los abusos, irresponsabilidades, egoísmo de otros, de modo que la miseria de muchos tiene su explicación en la explotación de otros.

    Y Dios sale al encuentro del ser humano, y nos busca siempre para liberarnos del mal, y eso lo hace como don gratuito,  que se manifiesta en el paso de las tinieblas a la luz. Ahora bien, la salvación no se realiza en las personas si no hay colaboración de estas.

     La fe, como la vida misma,  tiene un proceso, un dinamismo: así lo vemos en el ciego que, cuando le preguntan quién lo ha curado, no sabe nada de Jesús, ni su nombre ni donde vive. Ante la pregunta acusadora de los fariseos en alusión a Jesús, el ciego responde que solo sabe que él antes era ciego y ahora ve, y eso se debe a un hombre, que es imposible que sea un pecador si hace cosas buenas como la de curarle a él. De manera indirecta está reconociendo que sólo alguien que viene de Dios puede hacer tal cosa. Mas tarde, cuando se encuentra directamente con Jesús, llegará a la fe plena, confesando abiertamente: “Creo, Señor”. El relato del ciego puede evocar nuestro propio bautismo en el que recibimos la luz que es Cristo y la nueva vida de hijos de Dios.


LECTIO DIVINA DESDE LA PARROQUIA DE SAN ISISDRO DE ALMANSA


HOJA DOMINICAL DIOCESANA



Levántate y ponte en camino» es el lema de este año, que  recoge una de las expresiones más repetidas en la Sagrada Escritura«Levántate». Junto con las palabras de Jesús, «Yo soy el camino».

Pero, además, «estamos llamados a recorrer un camino, a llevar adelante la peregrinación de la fe, a correr en la carrera» sabiendo que caminamos porque hemos conocido a Jesús, que nos ha dicho: «Yo soy el camino».

La Sagrada Escritura y la historia de la Iglesia están repletas de testimonios de hombres y mujeres que «tomándose en serio la llamada del Señor han abandonado la comodidad de una vida quizá más segura, y se han lanzado por los caminos del mundo dejándose guiar por el Señor».

Dios sigue llamando, nuestros seminaristas están llenos de historias de vida donde es fácil reconocer la huella de Dios, su voz resuena: «Levántate y ponte en camino».

En este curso los seminaristas que realizan los Estudios Eclesiásticos (Filosofía y Teología) en España son 974. Los ingresos han sido 172, y las ordenaciones de presbíteros 97.

En nuestra diócesis de Albacete, tenemos 5 seminaristas mayores:, de los cuales  2 son diáconos, y 3 están realizando los  Estudios Eclesiásticos en el Seminario de Orihuela-Alicante. Y además,  1 seminarista en el Seminario Menor de Orihuela