LECTURAS
- Hechos de los Apóstoles 1,1-11
- Salmo responsorial
- Efesios 1,17-23
- Marcos 16,15-20
La Fiesta de la Ascensión nos invita
a poner nuestra mirada “en las cosas de arriba”, como decía san Pablo,
es decir: en lo esencial, en los valores
permanentes, aquellos que no serán destruidos con el paso del tiempo. Cuanto más dejemos
que Cristo ilumine nuestra vida, más
descubriéremos cómo actúa en nosotros,
más sentiremos su amor, y más lo daremos a conocer.
No basta con un conocimiento intelectual de Cristo; hace falta un conocimiento a
partir de la experiencia: lo que vivimos cada día iluminados por la Palabra de
Dios y alimentados con la
Eucaristía de cada domingo.
El
mensaje de la Ascensión vale para
nosotros, hoy. No podemos quedarnos de brazos cruzados: la misión que Jesús
confió a sus primeros discípulos, es la misión que nos confía a nosotros, hoy.
Termina el evangelio diciendo: “Después de hablarles, el Señor fue llevado al
cielo y se sentó a la derecha del Padre. Ellos se fueron a
predicar por todas partes, y el Señor
cooperaba confirmando las palabras con las señales que les acompañaban”.
Jesús nos ha dejado el equipaje para
nuestro camino: el Evangelio, y nos ha dejado un Defensor, el Espíritu Santo, que
nos acompaña y actúa, eso sí, si le damos permiso, en cuyo caso se notará su
presencia en nosotros y en nuestro ambiente, como nos dice Jesús en el evangelio.
Si leen el pequeño comentario al evangelio de hoy, que encontramos en el librito “Evangelio
2021”, nos explica lo que significan dichos signos:
- “expulsar
demonios” es ayudar a liberarse a las personas que están sumergidas en el
mal.
- “hablar
lenguas nuevas” significa transmitir el Evangelio con hechos que entiendan
todas las civilizaciones.
- “cogerán serpientes en sus manos” es hacerle frente al
mal, no temiendo por la propia vida.
- “imponer las
mano sobre los enfermos” es consolar,
animar, e implorar la ayuda de Dios sobre ellos.
LECTIO DIVINA DESDE LA PARROQUIA DE SAN ROQUE DE HELLÍN: EL BIEN REINARÁ
HOJA DOMINICAL DIOCESANA
La Fiesta de la Ascensión nos invita
a poner nuestra mirada “en las cosas de arriba”, como decía san Pablo,
es decir: en lo esencial, en los valores
permanentes, aquellos que no serán destruidos con el paso del tiempo. Cuanto más dejemos
que Cristo ilumine nuestra vida, más
descubriéremos cómo actúa en nosotros,
más sentiremos su amor, y más lo daremos a conocer.
No basta con un conocimiento intelectual de Cristo; hace falta un conocimiento a
partir de la experiencia: lo que vivimos cada día iluminados por la Palabra de
Dios y alimentados con la
Eucaristía de cada domingo.
El
mensaje de la Ascensión vale para
nosotros, hoy. No podemos quedarnos de brazos cruzados: la misión que Jesús
confió a sus primeros discípulos, es la misión que nos confía a nosotros, hoy.
Termina el evangelio diciendo: “Después de hablarles, el Señor fue llevado al
cielo y se sentó a la derecha del Padre. Ellos se fueron a
predicar por todas partes, y el Señor
cooperaba confirmando las palabras con las señales que les acompañaban”.
Jesús nos ha dejado el equipaje para
nuestro camino: el Evangelio, y nos ha dejado un Defensor, el Espíritu Santo, que
nos acompaña y actúa, eso sí, si le damos permiso, en cuyo caso se notará su
presencia en nosotros y en nuestro ambiente, como nos dice Jesús en el evangelio.
Si leen el pequeño comentario al evangelio de hoy, que encontramos en el librito “Evangelio
2021”, nos explica lo que significan dichos signos:
- “expulsar
demonios” es ayudar a liberarse a las personas que están sumergidas en el
mal.
- “hablar
lenguas nuevas” significa transmitir el Evangelio con hechos que entiendan
todas las civilizaciones.
- “cogerán serpientes en sus manos” es hacerle frente al
mal, no temiendo por la propia vida.
- “imponer las
mano sobre los enfermos” es consolar,
animar, e implorar la ayuda de Dios sobre ellos.
LECTIO DIVINA DESDE LA PARROQUIA DE SAN ROQUE DE HELLÍN: EL BIEN REINARÁ
HOJA DOMINICAL DIOCESANA