LECTURAS
- Isaías 22, 19-23
- Romanos 11, 33-36
- Salmo responsorial 137
- Mateo 16, 13-20
Los
evangelios son el resumen de la
predicación de los Apóstoles, que comunican la buena noticia que han vivido junto a Jesús, de modo que la
confesión de Pedro: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios”, es el resumen de la
fe en Jesús, transmitida por los Apóstoles
y la Iglesia que surge de la predicación apostólica. De ahí que Jesús
llame a Simón “Pedro”: “piedra o roca”, indicando con ello que la fe de Pedro y de los Apóstoles,
testigos oculares de Jesús, es el
fundamento sobre el que se construye la fe de la Iglesia: “sobre esta
piedra edificare mi Iglesia”, dice Jesús.
La pregunta: “Y para vosotros, ¿quién soy yo?" es una pregunta que Jesús
dirige hoy a cada uno de nosotros, y que nos podemos hacer de la siguiente
manera: Qué significa y qué provoca en mí el modo de pensar y vivir de Jesús,
en quien creo como Hijo de Dios hecho
hombre. Aquí
no valen las respuestas teóricas, ni las
respuestas de libro, sino la respuesta que salga de nuestro interior.
Teilhard
de Chardin, un jesuita de la primera mitad del siglo XX, paleontólogo y
filósofo, decía que “el evangelio que
lee hoy la gente es el evangelio que lee en los cristianos y cristianas que dicen
seguir a Cristo”. Es decir, la imagen actual, viva y atrayente, o poco
seductora e indiferente, que puede tener
la gente sobre la persona y hechos de
Jesús depende en gran medida de cómo lo vivimos y presentamos quienes decimos
que creemos en él y lo seguimos. Seguir a Jesús
implica reproducir en nuestra
vida sus gestos de amor y ternura, mirar la vida y a las personas con sus ojos, esperar su resurrección que se convertirá un
día en nuestra propia resurrección. Y,
sin duda, orar muchas veces diciendo
desde el fondo de nuestro corazón: “Creo, Señor, pero aumenta mi fe”.
LECTIO DIVINA DESDE LA PARROQUIA DE SAN ROQUE DE HELLÍN: EDIFICAR LA IGLESIA
Los evangelios son el resumen de la predicación de los Apóstoles, que comunican la buena noticia que han vivido junto a Jesús, de modo que la confesión de Pedro: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios”, es el resumen de la fe en Jesús, transmitida por los Apóstoles y la Iglesia que surge de la predicación apostólica. De ahí que Jesús llame a Simón “Pedro”: “piedra o roca”, indicando con ello que la fe de Pedro y de los Apóstoles, testigos oculares de Jesús, es el fundamento sobre el que se construye la fe de la Iglesia: “sobre esta piedra edificare mi Iglesia”, dice Jesús.
Teilhard de Chardin, un jesuita de la primera mitad del siglo XX, paleontólogo y filósofo, decía que “el evangelio que lee hoy la gente es el evangelio que lee en los cristianos y cristianas que dicen seguir a Cristo”. Es decir, la imagen actual, viva y atrayente, o poco seductora e indiferente, que puede tener la gente sobre la persona y hechos de Jesús depende en gran medida de cómo lo vivimos y presentamos quienes decimos que creemos en él y lo seguimos. Seguir a Jesús implica reproducir en nuestra vida sus gestos de amor y ternura, mirar la vida y a las personas con sus ojos, esperar su resurrección que se convertirá un día en nuestra propia resurrección. Y, sin duda, orar muchas veces diciendo desde el fondo de nuestro corazón: “Creo, Señor, pero aumenta mi fe”.