viernes, 14 de agosto de 2020

Día 16 de agosto. Domingo 20 del Tiempo Ordinario.


 LECTURAS

  1. Isaías 56,1.6-7
  1. Salmo responsorial 66
  1. Romanos 11,13-15.29-32
  1. Mateo 15,21-28


El domingo pasado Jesús decía a Pedro: "¡Qué poca fe!" Y hoy dice a una mujer pagana: "¡Qué grande es tu fe!" Mt quiere dejar muy claro que lo verdaderamente importante es la fe-confianza,  y  no la pertenencia a un pueblo o religión, y por tanto,  si una persona tiene fe en Jesús, no se puede impedir su pertenencia a la comunidad aunque sea “pagana”.

Jesús utiliza un lenguaje propio de la mentalidad judía, de la que él participaba como buen judío; yo creo que lo hace así, probablemente con un sentido pedagógico, para que los judíos que le acompañan, sus discípulos y algunos más,  aprendan lo que es la fe de una mujer pagana, que manifiesta su fe en Jesús y lo hace con una salida tan airosa y con cierta ironía: “También los perritos se comen las migajas que caen de la mesa de los amos”. Jesús hizo grandes elogios de la fe de aquella mujer pagana. Ya lo había dicho  Isaías: "A los extranje­ros que se han dado al Señor les traeré a mi monte santo". Jesús descubre que esa mujer cananea, aparentemente ajena al entorno de Jesús, tiene más confianza en él que los más íntimos que le siguen desde hace tiempo.

 Los cristianos tenemos el peligro de heredar del pueblo judío el sentimiento de pueblo elegido y privilegiado. Estamos tan seguros de que Dios es nuestro, que damos por sentado que el que quiera llegar a Dios tiene que contar con nosotros.

Y sin embargo lo que Jesús nos revela es que todos y cada uno de los seres humanos  somos igual de valiosos para Él, porque Dios nos ama a todos, no por lo que somos, sino por lo que Él es: Padre de todos, y meta para todos. Por eso cuando rezamos, Jesús nos enseña a decir: “Padre nuestro…”

LECTIO DIVINA DESDE LA PARROQUIA DE SAN ROQUE DE HELLÍN: PERROS E HIJOS